Begin Again

7K 385 118
                                    

No puedo reconocer a la chica que me mira con ojos cansados. Ya no tiene ese color rosa en las mejillas que iluminaba su rostro, ni ese brillo en los ojos que demostraba esa felicidad que comenzaba a crecer conforme el tiempo pasaba.

Pareciera que fue arrastrada por la peor de las tormentas, quitandole todo aquello que había construido y que creyó que sería para siempre. Arrancándole las esperanzas y ganas de vivir de tajo, dejando un profundo vacío dentro de ella capaz de consumirla, y creo que de alguna forma, así fue.

Observo mi reflejo en el enorme espejo de mi habitación y no me gusta lo que veo. Ni siquiera estoy segura de si estoy viva, jamás había visto un color tan pálido en mi piel, es como una combinación de papel y sombras color canela.

Y eso no es lo peor.

Los jeans me quedan grandes, donde debía estar mi trasero sólo hay un triste espacio vacío. Pareciera como si alguien hubiera desinflado mis pechos con una aguja y todas esas áreas en las cuales tenía proporción sólo son un triste recuerdo.

El haber vuelto a consumir pastillas para la depresión y control de ansiedad me destruyó por completo. Uno de los efectos secundarios son la falta de apetito y gracias a eso bajé considerablemente de peso. No pude hacer nada para evitarlo, cuando llevaba un bocado a mi boca y lograba digerirlo, a los cinco minutos ya me encontraba en el baño expulsandolo. Así que me resigne y la única forma en la que lograban alimentarme era por medio de una sonda.

No fue suficiente.

Nada lo fue

Pero, eso era lo que quería ¿no?

Ser una chica delgada, lo suficiente como para gustarle a cualquier chico y de alguna forma sentirme mejor conmigo misma.

¿Y por qué no me siento así? 


Sólo soy un recipiente vacío que lucha arduamente por volver a llenarse. Lo ansía, lo necesita para ya no sentirse más de ese modo.

Pero es difícil, aun después de dos años no he podido lograr mucho, estoy dejado las pastillas; supongo que eso es algo, pero no lo suficiente. Aún siento la necesidad de tomarlas, son las únicas que pueden calmar este dolor que siento, funcionan como una anestesia que me desconecta de la realidad.

Miro un poco más a la chica escuálida  en el espejo y salgo a paso lento de mi habitación.

Hace más de tres meses que no me da un ataque de ansiedad, y pasaron dos años desde que el hombre que creí que me amaba me abandonó así sin más.

Lucho por no pensar mucho en eso, han sido dos años muy pesados en los que he tenido que luchar hasta el cansancio. Psicólogos, psiquiatras, ataques de ansiedad, pastillas, pastillas, más pastillas...

No recuerdo un momento desde ese día en el que no haya consumido pastillas. Se han vuelto una adicción a la cual estoy comenzando a temer y sé que es momento de dejarlas.

La ausencia de Harry fue capaz de acabar conmigo violentamente. Me duele pensarlo, me duele decir su nombre, me duele recordar todos esos momentos que pasamos juntos. Su recuerdo me persigue a todos lados; lo veo en la calle, en el sofá de la sala de estar, en mi habitación. También lo sueño, después de todo lo que pasó aún sigue siendo el dueño de mis sueños.

Pero ya fue suficiente

He pensado en él más de lo que merece, después de lo que hizo, ni siquiera debería recordar su nombre. Si quiero volver a retomar las riendas de mi vida debo empezar por ahí, tengo que recordar que fue él quien lo arruinó todo, que me dejó porque en realidad no me amaba, que jamás le interesó estar conmigo y que todo lo que salió de su boca sólo fueron mentiras.

ENGLISH MAFIA II: RESURRECTION | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora