ENGLISH MAFIA II: RESURRECTION | Harry Styles

Warm Storm

Jamás crees de lo que eres capaz hasta que llegas a un punto en el que no puedes reconocerte a ti misma. En realidad, el límite de las acciones  es impuesto por ti mismo y cuando te das cuenta de que fuiste más allá, ya no puedes encontrar el camino de regreso.

Y eso fue justo lo que pasó conmigo hace tiempo, sólo que había estado tan ocupada pretendiendo que podía ser fuerte que no me había dado cuenta.

Hasta hoy.

No puedo encontrar mi camino de regreso. No puedo ver la luz, la salida, con cada momento que pasa la oscuridad se hace más densa y no puedo hacer algo para evitarlo.

Tengo miedo, un miedo que ni siquiera Harry con toda su protección puede evitar que sienta. A pesar de que me repite una y otra vez que todo estará bien, a pesar de que me estruja fuerte en sus brazos, a pesar de que me susurra al oído cuanto me ama en cada oportunidad que tiene.

Él no es el problema, sino yo.

No puedes amar a alguien si no te amas a ti mismo, si no eres capaz de valerte por ti mismo, de ser fuerte sin necesitar alguien a tu lado.

No soy nada de eso.

No importa cuánto ame a Harry, lo único que hago es lastimarlo, y no es justo.

Tuvimos que volver a Londres. Becca y Harry no quisieron quedarse en Malibu a pesar de que se los suplique.

Creo que no debí haberlo hecho mientras aún sangraba y luchaba por mantenerme consciente.

Al final, terminé en el hospital con un diagnóstico peor que el anterior.

Resulta que uno de los tantos cristales que estallaron en pedazos logró alcanzar una parte importante de mi muñeca y por eso la sangre no se detenía.

Por supuesto que lo primero que pensaron fue que intenté suicidarme, pero, a pesar de que mi situación era bastante perjudicial, pude explicar lo que había pasado.

No mentí, en nada. Dije la verdad. Dije que a pesar de tener personas que me aman no soy capaz de corresponderles de la misma forma. Que mi estabilidad mental y emocional no es la mejor, así que es muy fácil para mí tener crisis y colapsos.

Así que aquí estoy, con ambas manos vendadas hasta las muñecas. Recostada en mi cama, con Harry a mi lado, sosteniendome, y lo único que puedo hacer es evitar su mirada.

No puedo verlo a los ojos, no después de haberlo hecho pasar por ese horrible momento.

Está sufriendo, lo sé, puedo sentirlo. Becca sufre también, ambos lo hacen, y no podría odiarme más por eso.

—Harry— mi voz suena extraña a mis oídos. Creo que es la primera vez que hablo desde que salí del hospital.

—¿Amor?— se incorpora para mirarme.

—Perdóname— susurro— por todo.

—Está bien

—No— espeto— no está bien.— por fin me atrevo a mirarlo. Sus ojos están rojos de tanto llorar, y luce agotado—. No mereces nada de esto. No es justo.

—Está bien— repite— ya todo esta bien.

—No es verdad— protesto— sabes que nada esta bien y no lo estará pronto.

Se levanta de la cama, con brusquedad, claramente irritado.

—Por favor— dice— ya basta.

—No puedo ser optimista Harry— admito— siento un...un enorme vacío en el pecho que no me permite serlo.