Deeper (Part 2)

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—¿Embarazada?— es extraño pronunciar esa palabra. Creí que jamás entraría en mi vocabulario, y que salga de mi boca es algo que no puedo creer— no es posible— río de nervios— y-yo no p-puedo...no puedo embarazarme, no puedo tener hijos.

Decir que estoy en estado de shock es poco. No podría expresar con palabras la forma en la que me siento ahora. Todo es tan abrumador y poco creíble que no me sorprendería que me despertara sudando y con la respiración agitada como reacción ante un extraño y bizarro sueño.

—Lo estás— confirma— no hay ninguna duda o error.

—Pero...— a penas y puedo hablar.

—Esto es real— habla Draco— y como ya lo dijo Steven, no estás en condiciones.

Tantas cosas pasan por mi cabeza que no puedo concentrarme en una sola. Estoy impresionada, pero sobre todo, asustada. A pesar de que Draco dijo que era real todavía hay algo en mí que dice que no crea esto. Que tal vez es sólo un sueño.

Un hermoso sueño.

—No puedo tener bebés— es lo único que sale de mi boca. Repito eso una y otra vez en mi mente como un recordatorio, algo a lo que me puedo aferrar si es que despierto y me doy cuenta de que nada fue real.

—Creo que esta en shock— dice Draco.

Observo como Steven se acerca hasta aquí y se sienta a mi lado. Sus manos toman mi rostro y me examina por unos segundos.

—Sé que tu padecimiento no te permite tener bebés— dice, sin apartar las manos de mi rostro.— pero esa pequeña esperanza que sé que había es una realidad ahora.

—Una esperanza de dos por ciento— logro decir. Aún sin poder asimilar la situación.

—He conocido casos de mujeres que no sobrepasan el cero punto un por ciento de probabilidad. No son capaces de concebir para nada.— sonríe— deberías sentirte afortunada.

Aparta las manos de mi rostro dejando una sensación de vacío capaz de hacer que me dé cuenta de que no estoy soñando. Es real, maldición, es real.

De manera instintiva, coloco una mano sobre mi abdomen y una sonrisa se dibuja en mis labios. Bajo la vista a esa área y sonrío más, sonrío hasta que las mejillas me duelen y sin embargo no dejo de hacerlo.

Entonces, siento mis ojos humedecerse cuando creí que eso tampoco era posible. Las lágrimas caen de ellos por mis mejillas y no hago nada para apartarlas.

—Ahí van las últimas lágrimas— dice Draco.

Río ante su comentario y alzo la vista hacia ellos de nuevo. Ambos me miran con una sonrisa, y una expresión legible de felicidad.

—Es un milagro— habla Steven— pero es importante que tomes en cuenta que tu estado hace de éste embarazo un riesgo para tu salud, y la vida de tu bebé.

Mi sonrisa se borra y enseguida la realidad me golpea con violencia. Creo que terminaré pagando muy caro el haber llevado al límite mi cuerpo de éste modo. Ahora que llevo una vida dentro de mí todo parece bastante diferente.

Porque ahora no soy sólo yo, el haber sido tan egoísta y estúpida puede costarle la vida a mi bebé.

Mi bebé

Dios, se siente tan bien.

—¿Qué va a pasar?— sueno aterrada, estoy aterrada.

—Tus padecimientos requieren tratamientos que están estrictamente prohibidos para mujeres embarazadas— me informa— los medicamentos son fuertes y el feto no podría soportarlos.

ENGLISH MAFIA II: RESURRECTION | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora