ENGLISH MAFIA II: RESURRECTION | Harry Styles

Falling Apart (Part 2)

Sé que merezco esto. La tortura de ver a Harry con otra mujer es el castigo que merezco por haber hecho que se fuera. Yo lo alejé de mí y debo vivir con eso.

Lo único que puedo hacer al respecto es llorar. Porque no tengo derecho a reclamar nada. Es increíble la rapidez con la que desechó todo aquello que alguna vez tuvimos. Tal vez fue lo mejor, tal vez no quiso quedarse con los momentos en los que eramos felices porque le recuerdan que después de todo nada sería para siempre.

Quisiera ser como él; tener la habilidad de desechar todo aquello que te lastima y seguir adelante. Pero no. A mí me tocó ser la débil.

Ya pasó mucho tiempo desde que las peleas acabaron y el lugar se vació. Me encuentro en los vestidores, sentada en el suelo del área de casilleros. Mi espalda esta recargada justo en el que solía ser de Zayn.

Maldición, extraño a ese chico. Justo en estos momentos necesito uno de sus abrazos reconfortantes, sus palabras de aliento y la seguridad que su presencia me brindaba. Me siento tan vulnerable, tan sola, tan vacía.

Tan miserable.

He pensado en llamarlo, pero tengo miedo de que no responda cuando vea mi nombre en la pantalla de su teléfono. Así que es mejor que evite la humillación de ser ignorada.

Además, debe estar más ocupado que nunca ahora que ascendió a las ligas mayores. Entrenamientos, contratos, más entrenamiento. Estoy segura que muy pronto su nombre será uno de los más importantes en el mundo de las artes marciales mixtas.

Cierro los ojos en un intento por apartar algunos de aquellos pensamientos negativos que me perturban, pero lo único que logro es que la imagen de Melanie y Harry juntos esté más presente.

Los abro de golpe y casi grito cuando me percato de la presencia de Draco. Esta sentado sobre la banca de metal frente a mí y la forma en la que me mira me provoca más ganas de llorar. Tengo la extraña necesidad de acercarme a él y abrazarlo. Pero sería bastante extraño, así que aparto esa idea de mi cabeza y limpio las lágrimas de mis mejillas.

—¿Por qué estás viviendo con Hannibal?— pregunta de golpe.

Tardo un momento en procesar sus palabras. Lo dijo tan de pronto y tan inesperadamente que me siento un poco mareada.

—¿Cómo lo sabes?— es lo único que sale de mi boca.

—No importa como lo sé. Sólo responde.

No puedo hacerlo. Me he estado cuestionando lo mismo desde que me mudé con él. Y no puedo hallar una respuesta correcta. Supongo que al ser mi única opción confiable no lo pensé
demasiado y pues...

—No quiero hacer esto— digo— por favor. No me siento bien.

—No te ves bien— admite— ¿Cuándo fue la última vez que comiste algo?

Tampoco tengo una respuesta para eso. No sé nada en éste momento. Lo único que de lo que soy consiente es del horrible dolor que siento en el corazón y en que mi cabeza está a punto se estallar. Los oídos me zumban, mi estómago arde y estoy temblando.

—Yo no...— balbuceo— no lo sé.

Cierro los ojos de nuevo soltando un suspiro. Había estado tan sumida en mis pensamientos que no me había dado cuenta del dolor físico. No sé qué demonios me esta pasando, pero creo que no me importa demasiado.

Abro los ojos de nuevo cuando siento unas manos frías sobre mis mejillas. Draco esta de cuclillas frente a mí y me mira con preocupación.

—Estás temblando— examina mi rostro a detalle, como si hacerlo fuera a darle las respuestas que yo no pude.— por favor, dime qué te pasa.