ENGLISH MAFIA II: RESURRECTION | Harry Styles

Paradise Zone

No he podido apartar la vista por más que me esfuerce. También me di cuenta de que no voy a poder dejar de pensar en todos los problemas que tengo encima.

La imagen de Harry y el pequeño Noah me afecta de formas que no puedo interpretar.

Y una cosa lleva a la otra. Recuerdo que no podré tener hijos, después recuerdo que mi madre ya no me considera su hija, y que además, le fue infiel a papá. Y por último, el hecho de que Zayn ya no sea más mi amigo y darme cuenta en lo que se convirtió.

En lo que yo lo converti.

Es como un círculo vicioso que da vueltas una y otra vez y que no da señales de que va detenerse.

Así que aquí estoy, sentada en la orilla de la piscina con mis pies dentro observando la escena frente a mí. Becca entró a nadar hace un rato y yo decidí que aún no quería hacerlo. Entré como en un pequeño trance y ahora no sé cómo salir.

Harry tampoco lo ha hecho. Ha estado demasiado ocupado con Noah como para siquiera darse cuenta de que mi estado de ánimo cayó violentamente.

No quiero que lo note, sin embargo.

No estoy dispuesta a hacerlo pasar un mal rato sólo porque no soy capaz de controlar mis emociones.

—Hace mucho tiempo que no hacía esto— la voz de Becca me trae a la realidad.

—¿Hacer qué?— pregunto volviendo la vista a ella.

—Nadar— responde, acercándose a mí— ¿Tú no lo harás? Ni siquiera te has despojado de las prendas sobrantes— sonríe con picardía— elegiste el bikini amarillo. Es un gran color y tu piel lo luce a la perfección.

—Lo haré en un rato más— sonrío casi sin ganas— tú sigue.

—Estás esperando a Harry— se acerca lo suficiente a mí como para tomarme de los tobillos.

—No lo hagas Becca— le advierto.

—No lo haré— rueda los ojos. Se acerca un poco más hasta quedar entre mis piernas y suelto una risa ante lo extraño que es esto— ¿por qué está usando una camisa de manga larga?— pregunta posando su vista en la escena— estamos como a treinta y tres grados.

De verdad no esperaba a que preguntara eso. Pero el que lo haya hecho hace que me dé cuenta de que no sé si debo decirle la razón. Quiero decir, si Harry no se ha quitado la camisa es porque le incómoda demasiado.

Pero no es algo que pueda mantener oculto por mucho tiempo. Así que no creo que no haya problema en decirle. A demás, sé que Becca es una persona que no le da demasiada importancia a esos detalles.

—Es que él...bueno— suspiro— tuvo un accidente.

—¿Qué tipo de accidente?— coloca los brazos cruzados sobre mis muslos y recarga su cabeza en ellos.

—El incendio en la cárcel— digo, recordando aquellas palabras desgarradoras— el fuego lo alcanzó antes de que pudiera salir.

—Por Dios— alza la vista hacia mí— debió haber sido horrible.

—Todo el brazo izquierdo y parte de su pecho se vieron afectados— aparto la vista de ella y lo miro— supongo que debe sentirse incómodo, por eso la trae puesta.

—No veo cuál es el problema—. Sale de la piscina en un moviendo rápido y se coloca a mi lado— quiero decir, sabes que te respeto, pero Harry es demasiado atractivo y no creo que unas cicatrices cambien algo.

—Parece que él lo prefiere así.

—Creo que un hombre con cicatrices es lo más sexy del mundo— confiesa.