Killer Love

Parte I: Capítulo 3

Aquel día en Nueva York estaba lloviendo con fuerza, Nicole miró al cielo soltando un suspiro, ese día su madre no le había dado dinero para el autobús pues se supone que Malcolm iría a buscarle, pero aquello no sucedió y se decidió por irse por su propia cuenta.

Malcolm, el novio de su madre, últimamente pasaba mucho en casa cuando su madre llegaba del trabajo, él siempre parecía ser un hombre agradable con Nicole frente a los ojos de Rosaline, pero Malcolm y Nicole no se llevaban para nada bien. Nicole fingía llevarse bien con aquel hombre porque Carmen le había dicho que al parecer era la única forma de que su pequeña no discutiera con su madre por un tema tonto que ella aseguraba que no iba a durar mucho.

Cuando Nicole llegó a su casa vio como el auto de Malcolm estaba estacionado ahí, ella miró por dentro para ver si el hombre estaba ahí, pero no. Al entrar en su casa pudo escuchar el ruido de su televisión que parecía estar en el canal de deportes, se acercó a la sala notando ahí al hombre sentando en el sofá favorito de su padre como si aquella fuera su casa.

—¿Qué hace usted aquí? —Preguntó enfadada.

—Oye, estás mojando el piso. —La miró por el rabillo del ojo antes de volver su atención al partido de béisbol. —Recuerda que tu madre me pidió que te cuidara hoy.

—Se ha olvidado de ir por mí a la escuela.

—Oh, sí lo siento tenía una reunión importante. Pero te he comprado la cena de camino acá, está en la cocina. —La niña fue a la cocina encontrando una bolsa de Mc Donald ahí, ella frunció el ceño.

—No me gusta Mc Donald. —Dijo volviendo a la sala.

—Ese no es mi problema, si no te lo comerás dámelo. —El hombre se lo arrebató de las manos volviendo a su lugar. —Ve a cambiarte y luego tienes que limpiar el piso.

—Pero mamá dice que yo no...

—¿Ves a tu mamá acá? —La niña negó algo asustada por la mirada que recibió de parte del novio de su madre. —Aquello no fue una petición, fue una orden, niña estúpida.

Nicole rápidamente se fue a su habitación para tomar otra ropa y encerrarse en el baño para tomar una ducha rápida, pues la señora Carmen siempre le dijo que debía darse una ducha si llegaba empapada a su casa para evitar resfriarse. Cuando estaba lista fue a dejar su ropa dentro de la lavadora y se apresuró a limpiar el piso mientras escuchaba las quejas de Malcolm acerca del juego que veía en la televisión, su estómago sonó, pero algo le decía que era mejor no decir nada.

—Listo. —Murmuró aliviada de poder terminar, debía ir a hacer sus deberes de la escuela.

—¡Nicole ven acá! —La niña fue al salón en donde Malcolm contaba algunos billetes. —Ve a comprarme unas cervezas.

—Pero tengo nueve años.

—¿Y eso qué?, ve al almacén de Sam, dile que vas en mi nombre. —La niña aceptó los billetes.

—Estúpido hombre.

—En mi presencia no se hablará español ni ningún otro idioma que no entienda. —La niña tomó un paraguas y se marchó enfadada, ese era el colmo.

Para Nicole sus raíces eran muy importantes, aunque no conocía a sus abuelos maternos sus abuelos paternos y su padre le habían enseñado la cultura que había tenido desde hace años su familia que venía de México como Carmen. Rosaline no era apegada a sus raíces argentinas pues ella había crecido con la cultura estadounidense y sus padres nunca le enseñaron mucho de Argentina. Nicole había aprendido que la familia era importante y saber de dónde venían también, a todos los unía una cultura que ella respetaba y aunque muchas veces como Carmen, rechazaban algunas cosas seguían respetando otras. Y que ahora un hombre que no tenía nada que ver con ella o su familia le prohibiera algo así la había enfadado como nunca, si su padre le hubiese escuchado de seguro le hubiera dado un golpe y hubiera dejado que su hija le insultara en ambos idiomas. Pero ahí no estaba su padre y se suponía que él nunca debió enseñarle aquellas palabras, si su madre se llegara a enterar le mandaría a lavarse la boca con jabón.