Parte IV: Capítulo 31

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Nicole miraba la vista que tenía en el balcón esperando la llegada de su hermano, sabía que debían hablar.

Luego de su escape a Malibú junto a Valerie y Megan, todo parecía haber cambiado en ella, luego de tanto tiempo ella se sintió libre sin tener que cargar con todo ese peso que tenía el pasado ella sola. Sabía que esto era nuevo, nunca nadie le había hecho sentir así, ni siquiera Beatrice. Quizás era amor o algo similar, pero sabía que todos estos sentimientos debía saberlo su hermano pues involucraban su trabajo.

—Tengo los papeles, nos vamos. —Stephen entró rápidamente al departamento de su hermana tirándole un pasaporte, era el de Valerie.

—¿Nos vamos?

—Nos vamos con Shannon, Gino nos quiere muertos y si Steven queda libre estarás dos veces muerta, además te quitarán a Valerie. —Nicole frunció el ceño.

—Mierda, Stephen. ¿Es en serio?

—No jugaría con algo así. —Dijo seriamente. —Espero hayas disfrutado de tus vacaciones, ahora iremos por Valerie a su escuela y nos iremos mañana, primero le haré un favor a Gino para salvar nuestras vidas.

—No entiendo, él nos quiere muertos, ¿Y aún así te pide un favor?

—Solucionaré su problema, sólo no sé si podré hacerlo. Por eso tengo que hacerlo solo, si sale mal quiero que te vayas con Shannon.

—Stephen la última vez que te dejé solo en algo ya ves como terminó. —Nicole dijo seriamente, dejar a su hermano no parecía ser una opción.

—Pues tendrás que hacerlo, te dejo. Nos vemos en el avión hermanita.

Tan rápido como llegó Stephen, él se marchó. Si no había involucrado a Nicole en esto era porque debía detener a la única persona capaz de meter a Gino en la cárcel, una mujer había metido su nariz en donde no debía.

Nicole tomó su auto y fue a la escuela de Valerie, aún quedaban horas para que terminara la escuela y ella se quedó un momento en su auto pensando. Pensando en Megan.

Nicole por primera vez no quería dejar a una chica y tendría que dejar a Megan por la seguridad de la fiscal, en serio lo lamentaba. Por primera vez había logrado esa conexión que tanto había esperado sentir en el fondo de su corazón, iba a tener que terminarla. Tomó su celular y miró la foto que tenían en Malibú, desde hace ya un tiempo no se había sentido humana, pero Megan junto a Valerie lo habían logrado.

—¿Nicki? —Megan contestó la llamada en altavoz para dejar su celular en su escritorio.

—Hey.

—¿Cómo estás? —Megan sonrió dejando los papeles a un lado para estar pendiente de la llamada de Nicole.

—Megan, me preguntaba si podíamos hablar.

—¿Está todo bien?, te escucho algo rara. —Nicole miró la escuela soltando un suspiro, pero de pronto gracias al silencio en la línea pudo escuchar una familiar voz masculina. —¿Stephen?

—Hola Megan. —Nicole guardó silencio y rápidamente le mandó un mensaje a Megan para decirle que no colgara. Megan obedeció guardando su teléfono en su bolsillo. —¿Estabas ocupada?

—No, en realidad hablaba por WhatsApp con tu hermana, pero está algo rara. ¿Sabes algo?

—Sobre eso, ella te tiene una sorpresa y me ha pedido venir por ti. Espero no sea un mal momento, pero cuando eres una persona con bastante tiempo libre como Nicole piensas que todos también lo tienen. —Stephen fingió una sonrisa al igual que Megan.

—En realidad, estaba terminando con algo...

—¿Terminando con la investigación de Gino? —Megan miró sorprendida a Stephen, nadie sabía que ella estaba ayudando con el caso de Gino, ni siquiera Nicole. Con eso fue suficiente como para que la latina saliera del estacionamiento de la escuela rápidamente maldiciendo por la gran distancia que existía para llegar a la oficina de Megan. —Vamos, Megan.

—No sé qué es lo que pasa, pero yo... —Stephen le apuntó con su arma dejándole en silencio. —¿Cómo pasaste el detector?

—Eso es lo de menos, ahora sin trucos nos iremos. —Megan asintió. —Y dejaras tú celular aquí.

Cuando la llamada se colgó Nicole llamó a Grace para pedirle que cuidara de Valerie y rápidamente volvió a su departamento para cambiarse e ir a buscar algunas cosas que le ayudarían para evitar que su hermano asesinara a Megan. Sabía que regalarle ese brazalete a la rubia iba a servir de algo.

Megan esa tarde se había quedado en la habitación luego de haberse quemado en la playa con el sol, estaba agotada tratando de seguir el ritmo a Valerie, pero esa niña tenía demasiada energía y la única capaz seguirle el ritmo era Nicole al parecer.

—Volví. —Megan se sentó a ver cómo Nicole entraba a la habitación con una pequeña bolsa. —Dejé a Val por dos horas en la zona de niños del hotel. —Nicole le miró juguetonamente antes de saltar a la cama a su lado. —¿Cómo está la langosta más linda?

—Que graciosa. —Megan rodó los ojos. —¿Cómo estuvo la playa?

—Bastante bien, hoy que he ido sin ti mucha gente me invitó a salir. —Nicole rio por la cara de Megan. —Tranquila, claramente no he aceptado además Valerie me llamaba mamá cada vez que alguna persona se me acercaba, al parecer eso aleja a los jóvenes universitarios que creen poder conmigo.

—Esa niña es un cielo. Tendré que agradecerle por cuidar de ti. —Nicole acarició con cuidado la mejilla de Megan.

—De todas formas, no necesito alguna joven universitaria o otra persona si te tengo a tí. —La mirada de Nicole había logrado hipnotizar por un momento a Megan. —Te he traído algo. —La latina sacó una pomada de la bolsa y no dudó en aplicárselo en los brazos a la fiscal para luego ponerle un poco en la cara. —Esto te ayudará, cariño. —Nicole se había dado cuenta del apodo que había usado, como también lo hizo Megan. Pero la morena sacó el brazalete que le había traído a la rubia. —Y un recuerdo de Malibú, así siempre llevarás un recuerdo de tus mejores vacaciones.

—Una vez tuve unas vacaciones en Dubái.

—Y esas fueron las segundas mejores. —Nicole le besó y pronto el beso se volvió algo intenso, cuando la latina tocó el cuerpo de la rubia esta rápidamente se quejó. —Lo lamento.

Megan miraba la bodega en la que estaba, era la bodega de Steve Collins en donde Beatrice había muerto. Stephen le mantenía retenida en una silla y lo único que había podido hacer este tiempo era rezar. No sabía que estaba pasando, pero no tenía que ser un genio para saber que algo malo pasaría, ella sabía que Gino tenía algo que ver con esto y si salía viva se encargaría de confirmarlo ante una corte.

—Bien, es hora. —Stephen entró con un arma diferente con la cual le amenazó y en sus manos llevaba guantes. —Lamento tener que hacer esto, me caías bien.

—No tienes que hacerlo.

—Claro que sí, debo asegurarme de que Steve vuelva a la cárcel y Gino salga para seguir con su impunidad, nunca debí aceptar el dinero de tu padre.

—¿Mi padre?

—Oh, no tengo tiempo para esto. Ahora, lo siento Megan. Espero mi hermana me perdone por esto. —Megan cerró los ojos rápidamente.

—No lo haré. —La rubia volvió a abrir sus ojos al escuchar esa femenina voz, en la entrada se encontraba caminando Nicole apuntando con otra pistola a su propio hermano. —Baja el arma, Stephen.

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