Nicole se levantó con cuidado, si bien estaba acostumbrada a estas lesiones no significaba que dolieran menos que antes, pero al menos era un dolor con el cual ya se familiarizaba. Fue a abrir la puerta encontrándose con Grace quien tenía una sonrisa en su cara.
—Hey Grace.
—Me alegra poder verte al fin. —Grace entró sin esperar mucho y Nicole se fijó en el botiquín que llevaba en sus manos. —Tu hermano me había recomendado darte tu espacio, así que lo hice y he venido para ayudarte con los vendajes.
—Muchas gracias, Grace. —La joven estudiante de enfermería asintió con una pequeña sonrisa en su cara.
—Solo ven a sentarte. —Nicole le obedeció dejando que Grace le ayudara a limpiar sus heridas y cambiar las vendas que tenía. —¿Cómo llevas todo?
—Lo mejor que puedo. —Nicole hizo una mueca, estaba acostumbrada a mentirle a la gente, pero aún no se sentía bien haciéndolo con su vecina. —De hecho, hoy vendrá un policía para preguntarme algunas cosas.
—¿Debes tener un abogado? —Nicole negó.
—Pero vendrá la fiscal a cargo del caso.
—El otro día le vi, ¿Qué le has dicho? —Nicole le miró confundida.
—Ella parecía verdaderamente afectada por lo que le dijiste.
—Oh. —Nicole fingió sorpresa, pero en realidad se felicitó en su interior al haber logrado su objetivo. —Solo le conté lo que había pasado.
—¿Y qué fue lo que pasó?
—No estoy preparada para hablar de ese tema con alguien más que los oficiales y Megan, la fiscal. Aunque lo estuviera no podría por confidencialidad. —Grace bajó la mirada asintiendo antes de seguir limpiando algunos cortes que tenía en mi brazo quedándonos en silencio.
Grace vendaba su brazo una vez más cuando el timbre de mi departamento sonó, ella se ofreció a levantarse y notó que era la fiscal junto a un detective que pudo reconocerle pues le había visitado en el hospital, pero ella no quería hablar con él en ese momento. Miró de arriba a abajo a la fiscal apreciando sus largas piernas, ella en serio era bastante linda.
Cuando le miró su corazón se detuvo al notar quien era ella, ya le recordaba. Ella era la chica que estaba en la pista del aeropuerto la mañana que se fueron a Inglaterra porque a Shannon le habían atacado. Ya le recordaba perfectamente, no pudo evitar pensar en que si en ese entonces era linda ahora no se quedaba atrás.
El recuerdo de Beatrice apareció en su mente sorpresivamente haciendo que alejara la vista de Megan. Era como si de la nada ella apareciera y le observara, como un fantasma, un fantasma destinado a atormentarle por asesinarle.
—Buenas tardes, señorita García. —Ella estaba seria, supuso que debía mantener esa imagen frente al detective.
—Buenas tardes. —El detective le saludó antes que los ojos de ambos se fueran a Grace. —Soy el detective Alexander Quinn.
—Un gusto conocerle. Ella es Grace, mi vecina. —Ella les saludó antes de sentarse a su lado para seguir curando sus heridas ante la atenta mirada de Megan Robbers. —Lo siento, nos han encontrado en un mal momento.
—Pero no se preocupen, no me queda mucho. —Grace sonrió. —Tomen asiento. —Ellos obedecieron.
—Puedo notar que ha sanado muy rápido. —Comentó el detective.
—Nicole siempre ha tenido una excelente recuperación, pueden buscarlo en su historial médico. —Grace contestó por ella terminando de vendar su torso. —Además, tuvo la suerte de no tener heridas de gravedad vital. —Grace le miró seriamente. —Tuvo mucha suerte esta vez.
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Killer Love
Teen FictionNicole García creció en las calles del Bronx teniendo una niñez llena de violencia y maltrato, cuando cumple 12 años decide dejar su casa para escapar de aquel infierno entrando a otro. Cuando por fin piensa encontrar ayuda con una joven mujer que d...