Parte IV: Capítulo 37

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Megan miraba su computadora escuchando la noticia en la televisión de como habían soltado a Gino y se preguntaba si estaba haciendo lo correcto. Ella sabía que no solo lo hacía por Nicole, también lo hacía por ella y su familia, aún se preguntaba qué clase de negocios tenía su padre con Gino y como habían terminado para que ella fuera secuestrada a causa de esto. Seguramente si Nicole no le hubiera encontrado, su destino sería otro.

Entonces lo pensó un momento, ¿Cómo era que la mujer llegaba siempre a tiempo antes de la policía?

Aquellas ideas se fueron cuando su teléfono sonó y reconoció el número de la escuela en la cual estaba Valerie.

—¿Si?

—Disculpe, señorita Robbins. Le llamamos porque la tutora de Valerie no ha llegado a recogerle y ya ha pasado un rato.

—Yo iré por ella y trataré de comunicarme con Nicole, nos vemos.

La fiscal tomó las llaves de su auto y trató de comunicarse con Nicole, pero ella no contestaba su teléfono, estaba preocupada pues con los eventos recientes temía por la vida de su novia. Le mandó mensajes a Stephen, pero él tampoco le respondió, decidió respirar y esperar a que la latina apareciera en un rango de 3 horas mientras ella iba por la niña.

Nicole miraba la casa de sus abuelos, no había vuelto ahí desde que su padre había estado en la cárcel, sabía que si alguien le diría el paradero de su padre serían sus abuelos. Se bajó del auto sintiendo como sus manos sudaban, ni cuando debía asesinar a alguien se ponía tan nerviosa, pero para era ella esto significa volver a recordar esa época en donde todo parecía estar bien. Tuvo que tomar aire al menos tres veces antes de tocar el timbre de la casa.

—Lamento la tardanza, yo... —Una vieja señora arregló sus lentes para ver a la mujer que estaba frente a sus ojos, era su nieta. —Oh, Nicole. —Nicole no pudo reaccionar cuando la anciana le abrazó con fuerza y se sorprendió haciéndolo también, no sabía cuánto extrañaba a su abuela hasta que la mujer le había abierto la puerta. —Mi niña, estás tan grande y hermosa. —La anciana tomó las mejillas de Nicole para ver su rostro. —Estás muy flaquita, no hay donde coger.

—Me gusta cuidar mi figura, abuelita. —Nicole le sonrió levemente.

—Vamos pasa, te daré un poco de chocolate caliente. —Su abuela caminó a la cocina y Nicole entró lentamente, aquella casa no había cambiado ni un poco. Fui hasta el salón y observó la foto en donde salía ella de pequeña junto a su padre, aquellos habían sido sus mejores años hasta entonces. —Espero siga siendo tu favorito. —La anciana volvió con una taza de chocolate caliente en cosa de minutos.

—No he bebido uno tan bueno como esté en años. —Nicole lo dijo sinceramente al probar ese chocolate que tanto le gustaba.

—Nicole, lamento no haber luchado por ti. —Nicole se congeló, luego de toda esa calidez al entrar en esa casa volvió a la realidad. —Cuando tu madre no nos dejó volver a verte con tu abuelo pensamos que serían cosa de semanas, le dimos tiempo y cuando quisimos volver a tu vida estaba ese cerdo de Malcolm controlando a tu madre y tú ya habías encontrado un mejor lugar junto a esa mujer que...

—Abuela, no vengo a hablar de eso. La verdad no quiero escuchar eso. —Nicole dejó la taza a un lado y se sentó rectamente. —Vengo a hablar de mi padre. —Su abuela soltó un suspiro. —Me he enterado de que él ha salido y al parecer tiene a gente vigilandome todo el día.

—Si, Alberto salió hace algún tiempo y siempre ha estado preocupado por ti.

—¿Preocupado por mí?, el hombre que aceptó dinero para firmar mi nueva custodia, ¿Él está preocupado por mí?

—Nicole...

—No me importan esas mierdas, no es contigo con quien debo hablarlo.

—Señorita, no acepto malas palabras en esta casa. —La joven latina no pudo evitar rodar sus ojos.

—Solo dime, ¿En dónde está?

—Él te buscará cuando sea seguro.

—No me retes, abuela. Soy muy buena obteniendo lo que quiero y quiero verlo, así que si no me lo dices tú, tendré que investigar.

—Nicole García, sal de esta casa. —Su abuela se levantó de su asiento y Nicole se sorprendió. —Ya he hablado y sabes que cuando digo algo, es mi decisión final.

—No abuela, no lo recuerdo pues la última vez que te vi era solo una niña que veía como se llevaban en una patrulla a su padre. Y ahora me das un puto chocolate caliente pensando que nada pasó, quizás si quiero escuchar tus disculpas por haberme dejado sola en ese infierno. Si no hubiese sido por la mujer que fue mejor abuela que tú o por Shannon, seguramente estaría viviendo en las calles o con problemas mayores a los que estoy ahora, o aún peor estaría muerta como desee cada año hasta que Shannon salvó mi vida. —Nicole se fue cerrando fuertemente la puerta sin importarle su abuela, iba camino a su coche cuando vio a Xavier apoyado en él.

—Esa no es forma de tratar a las abuelitas, preciosa.

—Cállate. —Nicole gruñó buscando sus llaves. —¿No tienes una vida?

—Si, pero hasta que tú no estés a salvo tendré que ponerla en receso por un tiempo. —Nicole le miró. —¿No se te hizo tarde para ir por tu niña? —La latina miró rápidamente su teléfono para ver la hora y todos los mensajes que tenía. —Nos estamos viendo, princesa.

Nicole entró al departamento encontrándose a Megan quien hablaba por teléfono, pero al ver a la latina decidió colgar e ir a abrazarle para luego darle golpes en el brazo.

—Hey.

—¿Sólo dirás hey? —Megan frunció el ceño y la castaña supo que no fue lo mejor. —Estaba llamando a la policía para que fueran en tu búsqueda, Nicole. ¿Dónde estabas?

—Estoy cansada, lo importante es que ves que estoy viva y...

—¿Dónde estabas? —Nicole miró a Megan y decidió intentar su táctica para evadir preguntas que consistía en besarla hasta lograr que terminara en su cama, pero Megan era totalmente diferente a todas las chicas con las que había estado en el pasado. —Tú nunca dejas a un lado a Valery.

—Estoy buscando a mi padre. —Megan se quedó sorprendida ante aquella confesión, Nicole no era de hablar de su familia biológica, pero sabía que su padre era un tema delicado para ella. —Algo está pasando y quiero saber qué, no me gustan las sorpresas.

—¿Quieres ayuda en eso?

—No te preocupes, Stephen me ayudará. —Nicole acarició la mejilla de la fiscal.

—Hablando de padres, tú que eres parte del mundo de los negocios, ¿Sabes cómo mi padre se ha involucrado con Gino?

—Como todo el mundo lo hace en un comienzo, préstamos de dinero. Creo que tú también deberías tener una conversación con tu padre.

Killer Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora