Parte III: Capítulo 28

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Megan miraba expectante las noticias, aquel hombre que siempre se encontraba en las fiestas de la empresa estaba siendo arrestado. Ella siempre supo que Gino no era un hombre con una buena reputación, pero nunca habían encontrado pruebas de sus negocios sucios, ahora él era el posible culpable de su secuestro. Megan miró a Nicole quién miraba asombrada la televisión, ella parecía estar tan confundida como se encontraba la fiscal.

Megan no podía encontrar vinculación de Gino en esto y Nicole no podía entender cómo habían llegado a descubrir que Gino quería hacer aquello, era peligroso pues si investigaban aún más llegarían a ellos o peor, podrían dejar libre a Steve. Algo estaba pasando y ella iba a descubrirlo.

—Debo hacer una llamada. —Megan se levantó del sofá y Nicole asintió viendo como la fiscal salía al balcón. La latina rápidamente tomó su teléfono para llamar a su hermano.

—¿Sabés que mierda está pasando?

—Oh, hola. Yo estoy bien, gracias por preguntar. —Su hermano habló de forma irónica.

—Stephen.

—Tu suegro me pagó lo suficiente para arriesgarnos a encerrar a Gino, ahora puedes dejar a la rubia y volver a Londres con mamá.

—¿Tienes la mínima idea de lo qué puede pasar?

—Claro, es por eso que ya estoy arreglando todo para irnos, con Valerie.

—Maldito imbécil, no puedo irme con ella hasta que Steve sea culpable. —Gruñó mirando hacía el balcón viendo como la rubia se paseaba de un lado al otro con su teléfono. —Stephen, él es un maldito hijo de perra, cuando descubra que esto es tu culpa vendrá por nosotros y si llega a pasarle algo a Valerie o a Me... —Se calló al darse cuenta de que nombraría a la rubia.

—Te preocupas por ella.

—Aún es nuestra protección de la ley. —Murmuró.

—Bien, nos iremos a Las Vegas o algo. —Stephen soltó un suspiro. —Al menos ustedes tendrán que salir de la ciudad mientras intento arreglar esto, ¿Bien?

—Ya veré que hago, ocúpate de solucionar esto antes de que nos mate Gino o yo te mate a ti. —Nicole cortó su llamada antes de soltar un suspiro mirando a la rubia, ¿Ella se estaba preocupando por otras personas?

Para Nicole el amor era un sentimiento ficticio que se habían inventado para hacerse creer que necesitaban de otras personas para sobrevivir. Su vida no le había ayudado a cambiar de opinión, pero desde que había muerto Beatrice todo había cambiado.

—No puedo tomar el caso de nuevo. —Megan volvió a su lado buscando refugio en sus brazos. —Pero no dejaré esto así, algo está pasando. Puedo sentirlo.

—Cariño, —Megan miró los ojos chocolate. —creo que sería bueno tomarnos un respiro antes de volver a todo esto. Sería saludable para Valerie también, la prensa estará sobre nosotras.

—¿En qué piensas?

—No lo sé, ¿Disney world? —Megan sonrió.

—Nicki, creo que ella ha ido a todos estos lugares. —Nicole hizo un pequeño puchero. —Me gusta la idea. —La rubia besó sus labios cortamente. —Podríamos ir a la playa.

—Uhm, me gusta la idea de verte en bañador. —Nicole sonrió pícaramente. —¿En qué lugar?

—¿Miami? —Nicole negó. —¿Hawaii?

—Pensaba en California. —Megan le miró. —Es un poco más tranquilo cuando estás fuera de Los Ángeles, además tenemos una casa de playa allá.

—Bien, me parece una buena idea. —Megan acarició su mejilla. —Luego me encargaré de que Steve se quede en la cárcel. No sé cómo se les ha ocurrido una relación con Gino con lo que nos pasó, él es amigo de papá desde que soy una niña.

—No lo sé, Meg. Uno nunca termina de conocer a la gente.

—Lo sé, pero Gino siempre a sido amable con mi familia no entendería por qué lo hizo. Sé que da mala espina, pero no lo creo. —Nicole sólo le miró. —Hay cosas que una persona sabe, al menos sé cuando una persona es culpable y cuando no.

—Claro. —Nicole sonrió de una forma forzada. —Entonces nos vamos a Malibú, mujer maravilla.

—¿Mujer maravilla? —Megan sonrió y Nicole había logrado distraerla del tema otra vez.

—Si ya sabes, luchas por la justicia y esas cosas. —La latina se encogió de hombros.

—Entonces, tú deberías ser Superman o algo así, saltaste de un edificio por mí.

—Supergirl. —Nicole le guiñó un ojo. —¿Sabés?, —Se posó entre sus piernas y acercó su rostro lentamente. —Valerie llegará como en dos horas más, podríamos... —Las mejillas de Megan se enrojecieron.

—Eh... Debo ir a trabajar aún. —Megan desvío su mirada.

—Meg, somos adultas no deberías ponerte nerviosa con lo que tiene relación al sexo. —Megan le miró. —Puedo asegurarte que lo disfrutarás.

—Yo... no sé qué hacer.

—Te puedo ayudar, no todos nacen sabiendo. —Nicole se acercó a su cuello y lo acarició con la punta de su nariz. —Siempre hay una primera vez para todo y con verte llegar a un orgasmo, con tan solo eso yo lo disfrutaré. —Cuando Nicole volvió a ver su cara notó la roja que estaba y está sonrió, nunca la había costado tanto convencer a alguien para acostarse con ella y a Nicole le encantaban los desafíos.

—Tendrá que ser en otra ocasión porque... —Nicole atrapó sus labios en un beso hambriento y Megan lo correspondió. —Nicki, ya. —La fiscal la separó levemente. —Hablo en serio.—Dijo al notar la sonrisa pícara de la latina. —Nicole.

—Demonios, está bien. —La latina soltó un bufido frustrada. —Será mejor que... —Antes de que Nicole pudiese terminar de hablar llamaban a su puerta, ambas se miraron extrañadas, pero Nicole simplemente se levantó pues pensó que era Grace quien apenas la visitaba desde que la vio con la fiscal.

Cuando la latina abrió la puerta simplemente se quedó de piedra al ver a la mujer frente a ella, de todas las personas, tenía que ser ella. Megan se levantó a ver qué era lo que pasaba al no escuchar nada y vio a una mujer de unos cuarenta y tantos años en la puerta, notó rasgos muy similares entre ambas mujeres a pesar de los moretones que llevaba la mayor en su rostro.

—Nicki.

—¿Qué mierda haces aquí? —Megan una vez más pudo ver esa mirada tan fría de Nicole, esa mirada que casi hacía ver irreconocible a la latina. —Si vienes a buscar dinero, no le daré ni un centavo a ese cerdo.

—Solo necesito un lugar en donde pasar la noche, él está algo molesto y...

—No es mi puto problema. —Nicole iba a cerrarle la puerta en la cara a su madre, pero Megan la detuvo sin mirarle.

—Yo le puedo ayudar, soy fiscal y...

—No quiero problemas con él, sólo un lugar en donde dormir, gracias señorita. —Megan notó como los dedos de Nicole apretaban la puerta con fuerza.

—Entonces, déjeme ayudarle en eso. —Megan le ofreció una amable sonrisa.

—Pues ve a buscar tus cosas y te la llevas, yo iré a abajo a decirle al estúpido de la recepción que esta mujer tiene prohibido el paso. —Nicole le dio una mirada de odio a su madre biológica antes de irse de su propio apartamento.

—Ella sigue tan brava como siempre. —Su madre soltó un suspiro.

—Usted es su madre, ¿No? —Megan quiso aclarar su duda y la mayor sólo asintió. —Ya veo.

—Me alegro mucho que desde que Nicole se fue con esa mujer haya tenido una mejor vida. —Megan sólo le miró antes de ir a tomar sus cosas y llevarle hasta un hogar de mujeres para que ella pudiera pasar la noche ahí.

Desde ese día no logró comunicarse con Nicole, ella sólo le había dejado los pasajes de su vuelo a California en la recepción de su edificio. Ese viaje iba a ser la oportunidad de volver a hablar y por primera vez Nicole se entregaría de verdad a alguien.

Killer Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora