Megan miraba alrededor de la lujosa habitación en la que se encontraban, ella en realidad esperaba un almacén sucio en donde luego de que Gino estuviera lejos de las manos de los policías encontraran su cuerpo junto a las ratas, al parecer no sería ese el caso.
La rubia miró a la latina que parecía mirar todo alrededor una y otra vez, notó como sus manos temblaban, pero no se atrevió a coger sus manos pues fue ella quién había soltado su mano al notar la presencia de su tutora y su hermano en la limusina, supuso que quizás no era el momento.
—Ya cálmate, Nicole. Te dará un ataque de ansiedad. —Shannon dijo tomando de su copa tranquilamente, Stephen se encontraba sentado a su lado en el sofá mirando sus manos.
—Hace años no me pasa.
—No es algo que se cure. —Shannon rodó sus ojos. —Ya siéntate, no hay forma de salir de aquí. Sólo esperemos a que Gino vuelva para saber qué es lo que quiere de nosotros.
—Matarnos, eso quiere. No hubiese involucrado a Megan si no fuese por eso. —Nicole dijo algo exasperada por la situación, sabía que esto no era bueno y de alguna forma tenía que volver a casa por Valerie.
—Por cierto, Megan es un gusto conocerte. —Shannon le sonrió y Megan le imitó pues fue lo único que se le ocurrió en ese momento. —Ciertamente mi hija tiene un excelente gusto con las mujeres.
—Supongo que gracias.
—Todas terminan muerta. —Murmuró Stephen sin que Megan pudiera escucharle y este recibió un golpe de la mujer mayor.
—Debes estar muy enamorada de Nicole para soportar todo esto. —Nicole miró a Shannon fríamente, sabía a donde quería llegar con esto. Megan miró a Nicole notando esa mirada tan fría que solía tener la mayor parte del tiempo que no estaba con ella. Pero aún así la mujer debía admitir que la latina le fascinaba con eso y todo lo demás, si hacía todo esto era para protegerle, aunque la mayor parte del tiempo fuera Nicole quien protegía a la fiscal. —Con esa mirada lo supe todo.
—Uhm, yo... —Las mejillas de Megan se tiñeron de rojo y se preguntó cuánto tiempo se había quedado mirando a la latina.
—No tienes que responder nada de lo que ella te diga, Meg. —Nicole le miró cambiando su mirada en un instante. —Ella no sabe nada de nosotras. —Nicole se sentó en uno de los sofás que se encontraba en la habitación y tomó la mano de Megan atrayéndola para que se sentara a su lado. —Saldremos de esto, como siempre.
—Lo sé. —La rubia le sonrió. —Confío en ti.
—No deberías. —Nicole volvió a mirar fríamente a Shannon.
—Madre, basta. —Stephen le cortó y Shannon soltó una risa encogiéndose de hombros.
—¿Por qué diría algo así? —Megan murmuró.
—Porque a ella nunca le gustaron mis parejas.
—Todas resultan muertas. —Nicole se levantó enfadada, pero no le dijo nada a Shannon puesto que Gino había vuelto a la habitación junto a sus hombres. —Sentada. —Y Nicole le obedeció como si de un perro se tratara. —Gino, ya nos tienes aquí, ¿Qué es lo que quieres?
—Ahora los ojos están pendientes en mí por culpa de estos jóvenes, Shannon. Creo que debemos encontrar una solución. —Megan apretó nerviosa la mano de Nicole. —Sé que tus niños tienen que salir impunes del caso de los Collins, —La latina sintió su corazón latir rápidamente, si Gino seguía hablando Megan respondería a las dudas que ahora tenía en su cabeza. —y mi estimada Megan es alguien a quien estimo pues la he visto crecer, así que haremos esto por las buenas. Yo me encargaré de lo de Steven, pero Edward irá a la cárcel también.
—¿Mi padre? —La rubia preguntó y Gino asintió. —Él no merece ir a la cárcel.
—Cariño, no sabes nada de tu padre. —El hombre rio fuertemente. —Él es mi mejor socio y al tratar de meterme a la cárcel, sería él quien quedaría libre con mis negocios a su cargo.
—¿Qué quieres Gino?, estoy segura de que eso no es todo lo que quieres.—Nicole preguntó tratando de evitar que la rubia siguiera torturandose.
—Quiero que sean parte de mi equipo, oficialmente. —Los tres asesinos se miraron. —También les pagaré, no se preocupen.
—No. —Stephen fue el primero en negarse.
—Stephen. —Shannon le miró en forma de reprimenda. —Debemos analizarlo muy bien, solo nos quedaban algunos favores para saldar nuestra deuda contigo, Gino.
—Me metieron en la cárcel, si se niegan pues tendré que matarlos. —Nicole se levantó posicionándose frente a Megan como si se tratara de un escudo. —Además, matando a esta niña que recogiste de la calle podré cobrar una pequeña venganza con su padre. —La latina se descolocó de inmediato ante la mención de su padre.
—¿Mi padre?, ¿Qué tiene que ver él contigo?
—Ese no es tu problema, pero si no hacen lo que quiero pues se convertirá en tu problema y en el de tu madre. —Gino miró seriamente a esa intensa mirada café que le miraba atentamente, no pasó mucho cuando una extraña sensación se sintió en el aire de la habitación. Casi una sed de sangre.
—Nicole. —Shannon le llamó, pero la latina no apartaba la mirada del hombre italiano.
—Se una buena niña y obedecele a Shannon, no quiero que termines con una bala entre tus cejas. A mis hombres no les agrada que me miren de esa forma y... —De pronto una explosión se escuchó en el lugar con un pequeño remezón.
Disparos se escucharon y Nicole se tiró sobre el cuerpo de Megan para protegerle, de pronto aquellos disparos se acercaron y los hombres de Gino dispararon sus armas. Unos brazos le tomaron apartándose de Megan, miró a quien le sujetaba notando de que se trataba de Xavier y quien tomó a la fiscal quien se había desmayado era su padre sacándoles rápidamente del lugar.
Las cosas se habían complicado más de lo que la latina esperaba al subirse al auto de Gino.
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Killer Love
Teen FictionNicole García creció en las calles del Bronx teniendo una niñez llena de violencia y maltrato, cuando cumple 12 años decide dejar su casa para escapar de aquel infierno entrando a otro. Cuando por fin piensa encontrar ayuda con una joven mujer que d...