Parte III: Capítulo 29

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Megan llegó al aeropuerto mirando a su alrededor para poder encontrar a la latina junto a la niña, pero entre toda la gente que estaba ahí le costó un poco hasta que unos delgados brazos le abrazaron y pudo ver la cabellera rubia abrazándole, Valerie.

—Pequeña.

—Meg. Por fin llegas, Nicole estaba nerviosa pues pensó que no llegarías. Pensé que ella estaba a punto de... —La latina había tapado su boca rápidamente cuando escuchó lo que tenía planeado decir la pequeña niña.

—Valerie, ten diez dólares para los dulces que querías. —La niña se olvidó de lo que iba a decir y corrió a la tienda de dulces. —Hola Megan.

—Nicole. —La fiscal le miró notando los ojos de cachorro que tenía Nicole sobre ella. —No me mires así.

—Lo siento, por todo.

—Tranquila, sólo esperaba que tú enojo disminuyera y esperé tu llamado.

—Soy algo vergonzosa para eso, lo siento. En serio quise llamarte, pero con lo del viaje he estado ocupada.

—Está bien. —Nicole besó sus labios en un suave beso.

—Te recompensaré todo, te lo aseguro. Ahora iré a ver a Valerie antes de que le dé un colapso por no saber que dulces llevar.

—Por si quieres saber, tu madre volvió a su casa.

—No es algo que quiera saber, de todas formas es siempre lo mismo. —La mirada de Nicole cambió y rápidamente Megan se arrepintió de decir aquello. —No creas que es una de las mujeres que puedes salvar, yo creí eso hasta que ella lo prefirió a él antes que a mí, de nuevo.

Nicole miraba la casa de al lado impaciente, sabía que si Shannon se enteraba que ella estaba ahí ella podría enojarse por al menos una hora, pero en serio quería saber incluso si su madre seguía viva. Así que se atrevió a tocar la puerta, lo cual había sido un error.

Rosaline le miró asombrada, al frente de ella se encontraba su hija, la persona que pensó que nunca vería luego de que Malcolm le obligara a firmar los papeles de la custodia, aunque en el fondo lo había hecho pues supuse que Shannon podría entregarle un mejor futuro a Nicole, el futuro que quiso darle.

Los brazos de Rosaline le atraparon en un fuerte abrazo, Nicole después de mucho tiempo se relajó.

—Mi pequeña... —La joven latina sintió como su corazón se apretaba al escuchar eso. —¿Estás bien?, ¿Ha pasado algo? —Nicole se separó levemente de la mujer recobrando su postura.

—Solo pasaba a asegurarme de que todo estuviera bien, haces unos días volvimos al país con Shannon pues con mi hermano entramos a la universidad de Nueva York.

—¿Tu hermano?

—Si, es el otro hijo adoptivo de Shannon. —Le explicó. —¿Sigues con él?

—Pues...

—Rosaline. —El cuerpo de Nicole se paralizó al escuchar esa voz, esa maldita voz. —Veo que el viento a traído un poco de basura a la entrada. —Nicole se volteó para ver al hombre que ya no era aquel hombre apuesto que había visto la primera vez, ahora su exterior incluso expresaba su interior.

—Si, pues has llegado tú. —Malcolm se acercó a ella peligrosamente, pero Rosaline se puso entre ambos.

—Malcolm, ella ya se iba. —Nicole miró a su madre con el ceño fruncido.

—De hecho, quiero que le dejes en paz. —Rosaline le vio asustada, pero Nicole mantuvo su mirada en el hombre que le veía divertida.

—¿Harás la misma jugada que Shannon?, porque si es así quiero un poco más.

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