Megan miraba constantemente su teléfono esperando recibir llamadas por parte de la oficina de policías comunicándole el arresto de alguno de los involucrados en el caso de Steve y Beatrice, pero aquello no pasaba. Lo único positivo que había pasado en estos tres meses era haber podido ayudar con el arresto de Steve y el de Gino logrando que su padre quedara en libertad condicional. Algo era algo, pero ahora sólo tenía un objetivo y era encontrar a Nicole.
Sabía que debió aprovechar aquella oportunidad cuando pudo hacerlo, pues ahora llevaban tres meses en su búsqueda y no había rastro de ella, ni de Stephen, Valerie o Shannon. Habían desaparecido y sus personas más cercanas parecían mantener sus vidas completamente normal, como si ellos casi no pertenecieran a sus vidas. Sabía que alguno podía cometer un pequeño error y podría saber en dónde estaban, pero se habían ido sin dejar ni una pista de su paradero. La situación ya empezaba a exasperarle, pero ya no sabía distinguir si era para hacerle pagar o para encontrarle. Sus sentimientos y sus ideas seguían siendo un completo caos.
—Megan. —La rubia levantó su mirada algo sorprendida al ver a Hayley en su oficina.
—Hey.
—Pareces un perro esperando por su amo. —La chica bromeó haciendo que la fiscal frunciera el ceño. —Ya pasaron tus horas de trabajo, vamos a casa.
—Me quedaré unas horas más, tengo que ser la primera en saber que le encontraron. —Hayley vio a su amiga que volvía a observar el teléfono, Megan llevaba así desde que iniciaron la búsqueda y había conseguido contactos en el departamento de policías para obtener la información de manera inmediata.
—Vamos, te llamarán a tu teléfono móvil. Tienes que descansar, creo que tus neuronas empiezan a morir. —Hayley tomó su brazo obligándole a salir, pero Megan se resistió. —Eres más testaruda que mi abuela, y eso que ella es tan ruda como las abuelas latinas. Se pasa viendo novelas venezolanas y mexicanas, aunque debo admitir que hay algunas bastante buenas aunque... —Megan le ignoró pensando en las palabras de su amiga.
—Creo saber en dónde puede estar. —Megan fue a su computadora rápidamente para buscar el registro de Shannon para poder llegar a Carmen y descubrir una propiedad que tenía Nicole el cual nadie pareció observar.
—Vamos en mi auto, yo conduzco porque hasta mi abuela conduce más rápido.
—Usas demasiado a tu abuela para insultarme. —Megan le dijo empezando a caminar rápidamente al estacionamiento del edificio.
—Si, tienes razón. Tendré que pedirle disculpa a mi abuela por insultarle de tal forma.
Al llegar a la casa que se encontraba en el Bronx, Megan decidió ignorar los rápidos latidos de su corazón luego de que casi impactaran otro auto pues Hayley se había saltado una luz y simplemente fue a la casa notando que la puerta estaba abierta. Hayley se le adelantó entrando dando una vuelta en el piso como si se tratase de un espía en una misión secreta, cuando le hizo raras señas a la rubia para que avanzara, la fiscal caminó por la casa dejando atrás a Hayley. Buscó por cada rincón, pero no había encontrado nada, la casa sólo tenía viejos muebles que tenían un montón de polvo.
—Vaya, que desilusión. —Hayley soltó un suspiro. —¿Por qué las cosas interesantes sólo te pasan a ti? —Megan se encogió de hombros evitando responder la rara pregunta de su amiga
—Por un momento pensé que ella podría estar aquí. —Megan se acercó a ver una vieja foto viendo a Nicole cuando era una niña junto a una mujer mayor que tenía una pequeña sonrisa.
—Te refieres a todo el grupo, ¿Cierto? —La rubia miró a su amiga algo confundida. —A veces me creas está duda sobre si quieres atraparle a ella o a todos. —Hayley le miró seriamente, ella hablaba en serio.
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Killer Love
Teen FictionNicole García creció en las calles del Bronx teniendo una niñez llena de violencia y maltrato, cuando cumple 12 años decide dejar su casa para escapar de aquel infierno entrando a otro. Cuando por fin piensa encontrar ayuda con una joven mujer que d...