Aquella noche se celebraba la gran fiesta de aniversario de la empresa de los Robbins, era un gran evento que Edward Robbins se encargaba de realizar invitando a los accionistas y sus empleados, sin olvidar a la familia anfitriona quienes estaban desde Stephen Robbins junto a su esposa, luego su hijo que era acompañado por su hija.
Megan ya estaba cansada de que todos le detuvieran para saludarle y tratar de iniciar una conversación de negocios con ellas, de las cuales sólo podía escapar si se encontraba con alguien más o Hayley iba a su rescate cuando podía hacerlo. La verdad es que usualmente todos querían hablar con los futuros propietarios de las empresas, sobretodo cuando sus descendientes no están interesados en las empresas, era su oportunidad de empezar a buscar oportunidades para comprar acciones en un futuro.
—Me tienen cansada. —Hayley se quejó. —¿Podemos escaparnos como antes?
—No quiero hacer molestar a mi abuelo. —Megan tomó una copa de vino que había. —Algo es algo.
—Dios, si vuelvo a escuchar a alguien más hablando de lo importante que sería que la empresa de mi padre trabajara con una empresa x, voy a estallar. —Gruñó.
—Sólo mantén la calma. Hablar de negocios es un fastidio, pero es lo que debemos soportar por ahora.
—Aún así, no quiero seguir escuchando acerca de negocios. —Suspiró.
—Es una lástima, yo venía a explicarte algunos asuntos respecto a los negocios de tu familia. —Megan casi escupió el vino al escuchar esa voz, fue cuando se volteó y se quedó sin aire por un momento al ver a la latina con el vestido ajustado, pero elegante.
—Uhm, poco sexy. —Le molestó Hayley. —Soy Hayley, por cierto.
—Es un gusto, soy Nicole. —La latina besó la palma de la mano de la veterinaria haciéndole sonrojar.
—¿Qué haces aquí?
—Supongo que debí contarte esto hace mucho. —Nicole sonrió de forma traviesa y antes de que pudiera explicar algo, Valerie había corrido hacia la fiscal para abrazarse a su cintura mientras reía.
—Hey, pequeña.
—Hola Megan. —Dijo amablemente antes de ir junto a Nicole.
—Te buscábamos. —Stephen llegó algo agitado, por un momento pensó que había perdido a la niña y si eso hubiera llegado a pasar era hombre muerto.
—Estaba saludando a Megan y a su amiga. —Stephen se giró a mirar a Hayley sonriendole. —Por cierto, él es mi hermano Stephen.
—Es un gusto. —Hayley le sonrió. —Creo que querías decirnos algo.
—Oh, cierto. —Nicole cargó a la niña que llevaba un vestido azul. —Nosotros somos los nuevos socios de la empresa de tu padre, antes nuestra madre era sólo una accionista y decidió darnos sus acciones hace un tiempo, ahora compramos más para llegar a la mesa directiva.
—No sabía que eras una mujer de negocio. —Megan le miró asombrada mientras Nicole le arreglaba el cabello a la niña.
—Ser arquitecta es sólo su pasatiempo. —Stephen habló tranquilamente. —Yo le dejo todo lo mío a cargo pues sólo soy un policía.
—¿Y tienes esposas? —Hayley le preguntó sin pudor alguno haciendo reír a los hermanos y Megan le miró avergonzada.
—Tío Stephen, vamos a bailar. —Valerie le pidió y el hombre no se pudo negar, quizás él también sentía un poco de culpa por la niña.
—Supongo que esa niña me ha quitado la conquista de la noche. —Hayley suspiró.
—No te preocupes, Valerie no es de gusto. Creo que le has gustado, pero esta noche ha venido como el niñero de Valerie.
—No me molestaría ayudar, con su permiso. —La veterinaria se perdió entre la gente dejando a la fiscal junto a su cliente ahí.
—Disculpa a mi amiga, no te mentiré, ella siempre es así. —Nicole sólo rio acercándose a Megan.
—No te hagas problema, es agradable. —Ambas se miraron un largo rato a los ojos. —Te he extrañado y Valerie también.
—¿En serio? —Nicole asintió mirando los labios de la fiscal, le estaba provocando y aquello estaba resultando. Megan pensó en atreverse a besar a la latina en frente de todos, pero para su fortuna un elegante hombre llegó a su lado.
Edward Robbins vestía un elegante traje negro, algunas canas aparecían en su cabello y su barba que se encontraba perfectamente arreglada. Edward siempre se había preocupado de su apariencia y al pasar los años eso no había cambiado.
—Aquí está la mujer que estaba buscando. —Ambas tomaron una distancia considerable para ver al hombre que les miraba con una sonrisa. —Nicole García.
Y no era algo extraño que Edward le recibiera con esa felicidad, no era por el hecho de tener una nueva socia que está a cargo de los negocios de Shannon Harris, quien luego de "accidente" de la alergia en aquel evento había "cambiado" su nombre. Edward se encontraba feliz porque ella había logrado comprar la parte de Gino, él sabía que era una gran suma que él no podría hacer pues sólo serían problemas con el hombre y nadie más se atrevía a quitar los espacios de Gino en los negocios, esa mujer debía ser muy valiente o muy estúpida. Pero Edward se equivocaba, Nicole era la mujer más inteligente que iba a conocer y él seguramente no lo notaría.
—Es un gusto volver a verlo, señor Robbins.
—Por favor, dime Edward. —Sonrió. —Espero mi hija no te esté molestando con cosas del caso.
—En absoluto, sólo hablábamos. —Nicole le sonrió. —Su hija es una mujer muy agradable. —Nicole miró a la rubia quien se había sonrojado, pero su padre apenas lo había notado pues había empezado a hablar de negocios con Nicole quien miraba a la fiscal. Hasta que a sus espaldas vio al hombre que esperaba ver esa noche, Gino.
Y entonces recordó que le traía ahí, cuando fue al baño ya había observado todo el lugar y había mandado la señal, entonces empezó la cuenta regresiva.
01:00
Salió del baño en dirección a Megan en un paso lento, incluso pasó por una copa de vino. Cuando volvió junto a Megan le miró con una sonrisa mientras su padre volvía con el tema de conversación.
00:30
Stephen le interrumpió diciéndole que no encontraba a Valerie, ella rápidamente se alejó para empezar a buscar a la niña. Ella sabía que Megan también lo hacía desde otra parte.
00:15
Nicole vio a la niña escondida bajo la mesa diciéndole que sólo estaba jugando a las escondidas y que había ganado, la latina sólo se abrazó a ella con una sonrisa.
00:05
Nicole miró a Stephen quien asintió y en ese momento las luces se apagaron y un fuerte ruido sonó, una bomba de humo cubrió el lugar y Nicole abrazó a la niña junto con Stephen para proteger el cuerpo de la niña que empezó a llorar.
Un minuto después las luces se prendieron, el lugar parecía estar hecho un desastre. Nicole se levantó y Stephen cargó a la niña, rápidamente fueron en busca de Megan, pero esta no aparecía.
—¿Dónde está? —Le preguntó a Hayley que se veía tan alterada como Nicole.
—No lo sé, ella estaba buscando a la niña. —Y Nicole corrió en dirección en donde había visto por última vez a Megan y se detuvo al ver la pulsera que la rubia siempre llevaba, la tomó en sus manos y se quedó mirandola. —Es su pulsera...
—Hay que llamar a la policía, se la han llevado. —Nicole le miró con lágrimas en los ojos.
Nicole y Stephen lo habían logrado de nuevo, habían logrado la escena que querían a la perfección. Su plan iba de maravilla, pronto podrían volver con Shannon a vivir en paz.
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Killer Love
Teen FictionNicole García creció en las calles del Bronx teniendo una niñez llena de violencia y maltrato, cuando cumple 12 años decide dejar su casa para escapar de aquel infierno entrando a otro. Cuando por fin piensa encontrar ayuda con una joven mujer que d...