Valerie iba sentada en el carro de supermercado para evitar que la niña siguiera llenando el carro de comida chatarra, Nicole sabía que iba a ser un error mostrarle ese mundo a una niña que nunca había comido pizza o una hamburguesa de un local de comida rápida.
—Megan. —Dijo la niña haciendo que su tutora le mirara confundida.
—¿Qué?
—¡Megan! —Nicole se volteó y vio a la fiscal acercarse con una sonrisa, Nicole sonrió pero su motivo era otro, fue una coincidencia muy buena para ella. —Hola, Megan.
—Hola pequeña, —Megan acarició el cabello de la niña antes de besar su mejilla. —hola Nicole.
—Hola señorita Robbins. —Nicole dijo antes de empezar a caminar con el carro, la fiscal rápidamente las alcanzó.
—No sabía que venían a este supermercado.
—Ahora vivimos relativamente cerca, así que no es raro encontrarnos. —Nicole se encogió de hombros mientras veía los cereales, Valerie señaló el que quería y ella leyó los ingredientes rápidamente, no quería que el fantasma de Beatrice la asesinara por alimentar mal a su hija. Terminó echándolo y sin que la niña lo notará por hablar con Megan echó otro más saludable al carro.
—Y soy la estrella de la obra. —Dijo feliz Valerie.
—Deja de presumir, bicho.
—Que no me digas bicho. —Valerie se quejó. —Soy una mariposa.
—La mariposa es un insecto. —Megan no pudo evitar reír por la discusión de ambas. —No porque seas Julieta dejarás de ser mi pequeño bicho. —Nicole tiró de las mejillas de la niña, sabía que Megan le miraba atentamente.
—Por fin las encuentro. —Grace llegó con un montón de verduras antes de dejarlas en el carro. —Tienen que dejar de seguir caminando cuando yo estoy eligiendo las verduras del mes.
—Lo siento, Grace. —Ambas dijeron con una sonrisa. La fiscal y la enfermera intercambiaron una mala mirada.
—Bueno, pero ustedes preparan la cena de esta noche. —Ambas asintieron y Megan alzó una de sus cejas.
—Pero tú te encargas del postre. —Comentó Nicole con un tono sugerente que Valerie no notó y en serio pensó que Grace haría uno de sus postres, la enfermera no pudo evitar sonrojarse mientras Megan empezaba a sentirse celosa y algo lastima, hace una semana Nicole la estaba besando en su casa del árbol.
—Okay. —Grace le sonrió algo tímida, la enfermera sabía que Nicole ya no estaba en algo con la fiscal, hace días que Megan ya no iba al edificio y Stephen le había comentado que solo necesitaban terminar el caso para poder descansar de su trabajo. Quizás tenía una oportunidad con Nicole.
—Si nos disculpas, seguiremos con las compras. —Nicole miró a Megan a sus ojos. —Avísenme si ocurre algo con el caso, hasta luego. —Nicole tomó la mano de Grace llevándosela junto a Valerie quien sólo se despidió con un gesto antes de poner toda su atención en la enfermera.
Megan se quedó ahí parada viendo cómo se iban a otro pasillo, no podía creer que Nicole se había comportado así con ella, pero no la culpaba, ella simplemente le había dejado. Pero no podía arriesgar su puesto luego de todo lo que había pasado para llegar ahí y cuando estaba a punto de terminar con el caso de Steve Collins. Megan luego de comprar todo lo necesario se decidió por llevar una botella de vino, no quería pensar en nada esa noche.
Pero aquello fue la peor idea, era media noche cuando se encontraba tocando la puerta de la latina. Nicole abrió su puerta fingiendo sorpresa, ella sabía que estaba ahí desde hace diez minutos pensando en si tocar la puerta o no, ella tenía cámaras en todas partes.
—¿Megan?
—¿Puedo pasar? —Nicole negó, no por qué no quisiera, pero Valerie podía despertarse. —Oh, Grace está adentro.
—No, Grace está en su casa. —Megan volteó a mirar la puerta del departamento de Grace. ,
—¿Por qué no está contigo?
—Porque ella tiene su propia casa y está a un metro de distancia. —Nicole dijo como si fuera obvio.
—Pero ustedes se están acostando. —Nicole soltó un suspiro.
—Megan, ¿Qué haces aquí?
—No puedo dejarte hacer eso, no puedes acostarte con ella, yo te gusto. —Nicole salió al pasillo juntando su puerta.
—No entiendo qué diablos quieres, Megan. Primero me dices que no puedo estar contigo y simplemente escapas dejándome en una maldita casa del árbol, ahora vienes y me dices que no me puedo acostar con quién quiera. —Megan desvío la mirada.
—Pero el caso...
—Ya lo he entendido, tu carrera es primero. —Megan miró los ojos de Nicole, viendo esos ojos fríos que le caracterizaban pero aún así le encantaban. —Vamos, es hora que vayas a casa, te acompañaré a que tomes el taxi. —Nicole se iba a alejar, pero Megan tomó su mano deteniéndola.
—Solo yo creo ser capaz de hacer pagar a ese imbécil. —Megan dijo sin que se le trabara una sola palabra.
Nicole sabía que eso era verdad, pero también sabía que la fiscal estaba metiendo sus narices en donde no debía, Stephen lo sabía también tuvieron que cambiar sus planes, debían hacer que Megan cayera ante Nicole para que la sacaran del caso o ella misma lo hiciera. Nadie nunca se había negado cuando se trataba de la latina, al menos hasta que llegó Megan y eso le enfurecía, esto ya se había vuelto algo más personal de demostrarse que ella aún podía hacer esto. Es por eso que su juego está vez debía ser distinto, pues Megan claramente no iba a caer tan fácilmente y necesitaban sacarla pronto del caso para evitar que ella descubriera de alguna forma la verdad.
—Vamos, te llamaré un taxi. —Megan mordió su labio cuando Nicole se soltó de su agarre.
—Nicole.
—¿Para qué haces todo esto?, ni siquiera vamos a estar juntas. —Nicole fingió estar lastima, aunque no le costó mucho. —Al menos Grace nunca a jugado con mis sentimientos.
—Yo no he estado jugando con tus sentimientos, —Megan le miró seriamente. —era algo real.
—Solo déjame en... —Y ahí lo había conseguido, Megan la atrapó contra la pared para besarla. Por fin la había hecho llegar al límite, Nicole lo dejó pasar por unos segundo antes de apartarla. —No hagas esto, no cuando mañana me volverás a alejar. No tienes idea de lo loco que ha sido este último tiempo y mi vida, no puedo permitirme entregarle mi corazón a alguien que no entendería todo de mí y que...
—Yo lo sé todo. —Nicole se tensó, sabía que la fiscal debía saber de su pasado, pero no le gustaba que la gente se metiera en eso. —Sé sobre la lucha de tu custodia, de tu padre...
—Vete al demonio. —Y ese era el punto sensible de Nicole, apartó a la fiscal y volvió a su departamento. No le gustaba recordar su pasado, menos a su padre.
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Killer Love
Teen FictionNicole García creció en las calles del Bronx teniendo una niñez llena de violencia y maltrato, cuando cumple 12 años decide dejar su casa para escapar de aquel infierno entrando a otro. Cuando por fin piensa encontrar ayuda con una joven mujer que d...