Parte II: Capítulo 10

5.3K 438 29
                                    

Un montón de luces llegaban directo en la cara de la fiscal que acaba de ganar un caso contra un proxeneta y traficante que había asesinado a más de 5 mujeres por intentar escapar de su negocio. Ella ya se había acostumbrado a la prensa, ganara o perdiera un caso ellos siempre al final del juicio le esperaban. Con ayuda de unos amables policías pudo llegar a su auto luego de dar la declaración del caso, una vez en su auto soltó un suspiro y decidió volver a su oficina.

—Señorita Robbers, felicitaciones. —Su secretaria la recibió con una sonrisa como cada vez que lograba ganar un juicio.

—Gwen, te he dicho que me llames por mi nombre. Y gracias, ¿Podrías conseguirme un café?

—Claro, Megan. —La fiscal entró a su oficina y cayó rendida sobre su cómoda silla, había sido una buena inversión. Prendió la televisión para escuchar las noticias sin saber que lo hizo en el momento perfecto.

—Hoy ha sido detenido el famoso empresario Steve Collins —Megan alzó la mirada del papeleo para ver la televisión que había capturado su atención. —, el señor Collins ha sido detenido por el delito de narcotráfico...

—Siempre lo supe.

—Secuestro, agresión y asesinato. Steve Collins habría retenido a su esposa junto a la amante de esta en una de las bodegas que le pertenecen por al menos 72 horas. Hasta lo que sabemos, la señora Collins no resistió el camino al hospital a diferencia de su amante que, aunque tiene heridas de tercer grado se encuentra estable. Seguramente la historia hubiera sido diferente si no hubiera llegado el hermano político de la desconocida amante de Beatrice Collins. Hasta donde sabemos su hermano político pudo encontrarles pues es policía, no se encontraba tan herido como su hermana, pero es el héroe de la historia.

—Megan, ha venido el detective Quinn. —Ella asintió.

—Que pase. —El imponente hombre entró con una cara seria como cada vez que se veían. Megan bajó el volumen de la televisión. —Quinn.

—Robbers.

—¿En qué puedo ayudarte? —El detective miró la televisión antes de mirarle.

—Tengo otro caso para ti.

—Te escucho.

—No creo que sea necesario que te explique demasiado, necesito saber si estas dispuesta a hacerlo para enviarte la carpeta del caso.

—No lo sé, me llevará más tiempo y mi prometido está cansado de mover la fecha de la boda.

—Es tu decisión, Robbers. —Megan miró la televisión para ver como una joven mujer es sacada del hospital en una silla de ruedas. Cuando las cámaras se acercaron su corazón se detuvo por un momento. Aún podía recordarle.

—¿Quién es ella?

—La amante de Beatrice Collins. —Megan subió el volumen de la televisión. —Es la única que sabe bien la historia.

—Ya veo.

—Bueno, debo volver a la comisaría. —El detective iba a salir, pero la voz de Megan le detuvo.

—Quinn —Él se volteó. —, dame el caso.

—Estupendo.

Megan sabía que Francis, su prometido, seguramente se volvería a enfadar por cambiar una vez más la fecha de su matrimonio, pero la idea de un matrimonio con el ingeniero no le emocionaba como lo esperaba o como había observado en otras novias ante la idea de contraer matrimonio. Megan observaba los canales en los cuales no dejaban de mostrar las imágenes de la desconocida amante de Beatrice Collins.

Killer Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora