— ¿Quieres hacer algo?— rompí el silencio.
— C-como quieras TaeTae.
— Emm... ¿Vemos una película?— pregunté incómodo.
— E-está bien.
— Okey, espera aquí... iré a buscar— me levanté del sillón y fui a mi habitación.
Revisé todas las películas que tenía en los cajones. La mayoría eran de terror, espero que no le importe.
Volví al salón con una película en mano.
— Lo siento... Todas las que tengo son de terror... ¿No te molesta?
— N-no, s-siempre veo películas de terror en mi casa— se rió falsamente.
— Okey, mejor entonces— puse la película y me senté a su lado.
Al principio de la película estaba todo bien, pero luego comencé a sentir como Jimin temblaba al lado mío.
¿Este mocoso... les tendrá miedo?
Lo miré de reojo y al ver su mirada asustada comprobé todo.
— Jimin— se sobresaltó— no me mientas... ¿Te da miedo?
— S-si...— admitió.
— ¿Por qué no me lo has dicho entonces?
— No quería quedar mal— rodé los ojos.
— Aún así no debes hacer eso. Si no te gusta algo solo dilo.
— Es que si me gustan las películas de terror... p-pero soy muy miedoso y no puedo ver ninguna— bajó su mirada avergonzado.
— Eso no es nada malo... ¿Entonces quieres hacer otra cosa?
— ¡No! ¡Yo quiero ver la película!
— Pero...— me callé al ver su mirada decidida, por lo que me reí y volví a poner la película.
— ¿P-puedo tomar tu mano? A-así siento menos miedo.
— Okey— aparté la mirada avergonzado y luego sentí como su pequeña mano se entrelazaba con la mía.
Mi mirada quedó pegada a la pared. No quería que viera mi rostro, el cual seguramente estaba rojo.
En toda la película estuvimos con las manos entrelazadas.
Cuando terminó me levanté para ir a tomar algo de agua, notando que de nuevo había comenzado a llover.
Volví a la sala y vi que Jimin se había quedado completamente dormido sobre el sillón, así que con una sonrisa me acerqué a el y toqué su mejilla con la punta de mi dedo. Como parecía no despertarse seguí con mi juego.
Saqué mi móvil y le tomé una foto. Se veía muy tierno e inocente así durmiendo, aunque ya despierto también lo era. Cuando guardé mi celular, seguí molestándolo. Él soltaba unos pequeños quejidos pero ni se despertaba. Luego de un rato molestándolo, mi mirada bajo hasta sus labios inconscientemente— que estaban entreabiertos— y me di cuenta que nos encontrábamos demasiado cerca. Llevé mi dedo hasta sus labios y los delineé. Eran gruesos, suaves y esponjosos... ¿Cómo se sentiría...?
No, no ¿Taehyung en qué estas pensando?
Quité esa idea de mi mente, pero al verlo de nuevo, esa estúpida idea volvió.
No... no puedo, sería como aprovecharme de él mientras duerme.
Mi cuerpo se comenzó a controlar solo, acercándome cada vez más a él. Sentía su respiración y la mía unirse.
Miré sus labios y luego sus ojos abiertos como platos.
Ambos nos quedamos unos segundos mirándonos sorprendidos, hasta que reaccioné y me alejé rápido.— L-lo siento...— sentí mi cara arder.
— N-no pasa nada TaeTae— lo miré de reojo, notando su rostro completamente rojo.
— ¿Q-quieres dormir en mi habitación? Te noto muy cansado y está lloviendo muy fuerte, así que creo que sería mejor que te quedes hasta que se calme un poco.
— N-no... estoy bien.
— Ve... parece como si no has podido dormir anoche.
— TaeTae, tú tampoco pudiste dormir... ¿Cierto?— asentí.— Tú también ve a dormir.
— Ahora iré, primero acomodaré aquí.
— Ok. TaeTae— lo miré. Él se acercó rápido a mi y me besó la mejilla— ¡N-no te tardes!— se fue corriendo.
Luego de estar en shock por unos minutos, acomodé todo y fui a mi habitación.
Jimin estaba hecho una bolita con los ojos cerrados mientras abrazaba la sabana.
Me había olvidado que solo tenia una cama. No creo que le moleste si me acuesto a su lado, digo, no haré nada. Aparte es algo normal.
— ¿Jimin? ¿Estás despierto?— pregunté, sin embargo él no me respondió, así que tomé las sabanas y el acolchado, y lo cubrí a él, al igual que a mi. Sonreí y me acosté al lado suyo, quedando cara a cara.
Observé su rostro por unos minutos, hasta que me quede dormido.
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No me Olvides ✦Vmin✦
FanfictionAntes su vida era normal, pero al cumplir los 20 años, ésta se detuvo. Todos sus conocidos y familiares empezaron a envejecer mientras que él seguía igual. Él no podía envejecer. ¿Cuantos años pasaron desde eso? No lo sabe, perdió la cuenta, pero si...