Las cosas desde que cumplí veinte años comenzaron a tornarse algo raras. Me sentía diferente.
Debido a que mis padres no atendían más personas, porque estaban constantemente enfermos, causaron la molestia de la mayoría del pueblo. Antes éramos respetados sin siquiera ser alguien de la nobleza, pero ahora es muy molesto salir fuera de casa, ya que todos nos miran con odio. No es la culpa de ellos estar enfermos y no poder atender.
Estaba caminando por la calles de tierra para poder ir a comprar algo que me ha dicho mi padre. Luego de encontrar aquel lugar, compré lo que me pidió y regresé hasta mi casa, pero me detuve al ver una niña llorando, por lo que me acerqué a ella y me agaché, quedando a su altura.
— ¿Qué sucede?— le pregunté mientras acariciaba su cabeza.
— M-mi gatito— señaló detrás mío.
Me di la vuelta y levanté mi mirada hacia arriba del enorme árbol. Había un pequeño gato sujetado en una rama.
— No te preocupes, este oppa te lo traerá— le sonreí.
Ella se limpió sus ojitos con sus pequeñas manos.
— P-pero está muy alto.
— Soy un gran trepador de árboles, te lo traeré salvo y sano— sin esperar su respuesta comencé a trepar el árbol, hasta quedar donde estaba su gato.
Miré hacia abajo, notando lo alto que era el árbol. Si caía desde aquí, podría morir.
Vi como varias personas se juntaban al rededor de la niña y comenzaban a susurrar sorprendidos. Y si, no debe ser normal ver a un chico trepando un enorme árbol.Suspiré y me fui acercando al gatito.
— Ven, no te haré daño, te ayudaré a bajar— éste me miró asustado.
Me sujeté de la rama y comencé a gatear en esta, no parecía como si se fuera a romper, aunque el gato estaba al final de la rama.
— Ven— le hablé tranquilamente para que no temiera y así fue, corrió hacía mi y clavó sus garras en mi ropa para refugiarse.— Buen gatito— comencé a retroceder cuidadosamente hacia atrás, hasta que algo me hizo resbalar y perder el equilibrio.
Debía proteger al gato sin importar que, así que rápidamente lo abracé con mis brazos y lo apegué más a mi pecho. Luego cerré los ojos para ya recibir el fuerte impacto y morir.
Al menos moriría como un héroe.
Luego de unos segundos que parecieron una eternidad choqué contra el suelo.
Dios, seguramente ya había muerto. Lo siento mamá, papá, Hoseok hyung... morí salvando algo.
Abrí un ojo lentamente encontrándome con un montón de gente a mi al rededor. Todo me daba vueltas y no sentía mi cuerpo.
— ¡Sigue vivo!
— ¡No puede ser! Esa caída lo debió haber matado.
— ¡Que alguien vaya a buscar un medico!
¿Qué? ¿No morí?
— M-mi gatito— giré la cabeza hacia un lado y vi a la niña de hace un rato.
Bajé la mirada hasta mi pecho y separé mis brazos, dejando ver al pequeño gatito temblando.
— Tu... t-tu gatito está bien— le sonreí.
Ella se acercó rápidamente a mi y tomó al gato.
— M-muchas gracias— comenzó a llorar de nuevo, pero esta vez por felicidad.
Quise levantar mi brazo para acariciar su cabeza, pero solté un quejido.
— ¿Qué te duele?— preguntó una señora al lado mio.
— Sinceramente... todo.
— ¡Tae!— escuché una voz conocida detrás mio.
— ¿Hyung? ¿Cómo llegaste aquí?
— Los rumores sobre ti teprando un árbol están hasta casa, vine corriendo... ¡Pudiste haber muerto!
— Je... lo siento.
Él suspiró.— Lo que importa es que estás bien... aunque te llevaré a un médico.
— No hyung, volvamos a casa... por favor.
— Pero Tae-...
— Hyung...— puse mi cara de perrito abandonado.
— Está bien— suspiró.— Súbete a mi espalda— asentí emocionado y él se agachó. Me subí colocando mis piernas a cada lado de su cuerpo y el me tomó por debajo de los muslos.— Es una suerte que no te hayas roto ningún hueso... pero por favor no vuelvas hacer nunca más eso.
— Está bien hyung... lo prometo.
Cuando llegamos a casa, mi madre fue a buscar rápido los remedios, pero de la nada mis heridas comenzaron a curarse solas. También descubrimos que me fracturé la muñeca y el tobillo, pero igualmente se curaron.
A partir de ese día descubrimos que pase lo que pase, yo no podía morir ni tampoco lastimarme, ya que luego de una hora ésta lastimadura desaparecía.
Ésto no lo podía saber nadie más que mi familia y Hoseok, sino la gente nos tomaría como brujos o demonios, y las desgracias comenzarían a venir.
Sin embargo luego de un año, todo se arruinó. Mis padres seguían enfermos, llegando al punto que hasta caminar les costaba y la gente del pueblo, obviamente, ya comenzaba a sospechar, hasta que de una forma u otra descubrieron todo.
🔥
— Tienes que irte de acá hijo.— Mi padre lloraba mientras me abrazaba.
Mi madre ya había muerto hace unos días.
— ¡No! Vendrás conmigo— grité entre el llanto. No podía perderlo a él también.
— No podré aguantar mucho, no servirá de nada.
— P-pero no quiero dejarte— se escuchó un ruido de una puerta rompiéndose.
– ¡Corre Tae! Sal por la puerta trasera.
— ¡P-pero papá...!
— ¡Taehyung!— Hoseok apareció detrás mio— Tenemos que irnos, usted también vendrá señor Kim.
— No puedo... Hoseok, por favor llévatelo. Cuídalo.
Hoseok pensó con rapidez y luego me tomó el brazo.
— ¡¿Q-qué haces?!— pregunté cuando vi que comenzó a llevarme fuera de la habitación— ¡NO! ¡Papá!
— Lo siento Tae, pero tenemos que irnos.
Me llevó hasta el patio y comenzamos a correr, hasta que yo me detuve y me di la vuelta, viendo como ahora mi casa ardía en llamas... dónde había pasado toda mi vida y la cual estaba llena de recuerdos.
— ¡No!— me puse de rodillas y comencé a llorar.
Hoseok se acercó a mí y me abrazó.
— ¡Falta uno! ¡Hay que buscarlo!— gritaron cerca nuestro.
— Mierda— Hoseok se levantó, me cargó en sus brazos y comenzó a correr de nuevo.
-Fin del flashback-
✧・゚: *✧・゚:* *:・゚✧*:・゚
Aún faltan mas recuerdos, que serían lo que sucedió después de todo esto y como murió Hoseok, pero si ponía todo en este capítulo me iba a quedar muy largo :c
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No me Olvides ✦Vmin✦
FanfictionAntes su vida era normal, pero al cumplir los 20 años, ésta se detuvo. Todos sus conocidos y familiares empezaron a envejecer mientras que él seguía igual. Él no podía envejecer. ¿Cuantos años pasaron desde eso? No lo sabe, perdió la cuenta, pero si...