Prólogo

1.8K 89 1
                                    


Jade's Pov

Un nuevo día, un nuevo trabajo. Cualquiera diría que lo que hago es estresante, exhaustivo, una pérdida de tiempo... Hasta una locura. Para mi es una cosa excepcional, emocionante y noble. Al final de cada día siento que he hecho un aporte a este mundo lleno de locos. Y por eso mismo me dedico a cuidar de aquellos que la gente ignorante considera locos.

Camino con paso decidido. Nunca se lo que encontraré al llegar al hospital y por eso mismo cada día me siento emocionada.

Entro en el edificio y me acerco al elevador.

- Dra. Thirlwall... – doy media vuelta para encontrarme con Judy, la recepcionista.

- Buenos días, no te vi ahí dentro. – le digo señalando su gigantesco escritorio con la cabeza.

- Buenos días. – me sonríe – Hoy tenemos una nueva paciente, pero subamos al elevador. Le contaré de ella de camino a su consultorio.

Entramos en él y selecciono mi piso. Ella comienza a explicarme:

- Bueno... Esta chica tiene 22 años, se le ha traído aquí en carácter urgente. Según el historial tiene un grave episodio de anemia, consumió drogas hasta hace por lo menos 3 meses y medio. Detuvo el consumo tras su secuestro. Creció en un ambiente de violencia familiar. Toda su adolescencia consumió alcohol, tabaco, se sospecha que cocaína y éxtasis también.

>> Estudio hasta el 5° semestre de preparatoria porque recibió apoyo de una tía suya. Lamentablemente, la señora falleció cuando ella había terminado ese curso, lo cual la llevo a recaer en las drogas de manera crítica. Esta última vez fue consumo de cocaína, marihuana y heroína. Tiene un intento de suicidio y practicaba cuting. La rescataron hace 3 días de un pozo ubicado a las afueras de la ciudad. Al parecer el secuestrador la abandonó ahí en cuanto vio que estaban a punto de atraparlo.

- ¿Se sabe quién es el secuestrador? – pregunto.

<No puedo imaginar lo mal que está esta chica>

- Desafortunadamente, sí. Es su propio padre. Es lo único que dijo. Hasta ahora no se sabe que le hizo. Tiene señas de golpes, pero para su desgracia... Aun no se descarta violación constante. No habló con nadie de los que le practicaron los estudios.

Salimos del elevador. Me da la carpeta del informe.

- Están ahí todos los datos que necesita conocer. Espero que pueda ayudarla. Ha pasado por mucho.

- Yo también lo espero. He de admitir que jamás he tenido un caso como este... Temo no poder ayudarla como necesita.

- No dude de usted misma. Es mucho más capaz que los doctores que la rodean. Mucha suerte, doctora. Thirlwall. – sonríe y se marcha.

De camino por el pasillo leo:

"Perrie Louise Edwards. 10 de Julio de 1993 (22 años). Hermanos fallecidos. Sufre de ataques de pánico. Retraída y callada. No confía en nadie"

Una vez en la puerta del cuarto de la chica cierro la carpeta. Abro la puerta lentamente, me asomo por un pequeño espacio. Esto se debe hacer con cuidado. Observo una melena de cabello rubio, está sentada en la incómoda silla blanca que todas las habitaciones poseen. Está mirando a través de la ventana. Es un día soleado, eso le puede ayudar.

Cierro la puerta con cuidado y una vez dentro coloco mis cosas sobre la mesa. Procuro no hacer ruido. Tomo un enorme suspiro... pero no sé qué decir... Jamás había quedado tan impactada con el historial de un paciente. No sé cómo comenzar.

- Buenos días, Perrie.

Se mueve un poco. No se ha asustado. Supongo que me ha sentido entrar.

- Bello día ¿no crees? – no mueve ni un musculo – Soy la doct... Soy Jade... Puedes llamarme Jadey, Jeed... Llámame como quieras. – me muevo por la habitación y me coloco junto a ella – Sé que seguramente no quieres hablar de nada, ¿no es así? Créeme, te comprendo. Hay veces que guardar silencio es de ayuda... Pero en algún momento es tanta la presión que queremos gritar...

>> Bueno, te dejaré un rato. Vendré a verte para la hora de la comida. Espero que llegues a tenerme confianza suficiente para hablarme. No te quiero presionar, esa no es mi intención.

Camino a la mesa y tomo mis cosas, me acerco a la puerta y la abro.

- Hasta pronto, Perrie.

Me asomo una última vez y la veo girar la cabeza hacia mí. Ojos azules, grandes y hermosos... Llenos de tristeza.

- Adiós... – dice en un tono triste y poco audible.

𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora