12. We Fight

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Jade's Pov


Abro los ojos al escuchar el celular vibrar en la mesa de noche. Estiro el brazo y lo tomo para silenciarlo. Lo reviso y noto que no es la alarma. Es un mensaje.

"Creo que debemos hablar. Dime que me escucharás. Lo lamento mucho, Jadey.

Norma"

Ruedo los ojos y borro el mensaje. No volveré a caer en las garras de Norma. Jamás.


Seco mi cabello. Lo sacudo mientras paso la secadora por él. Aire no muy frío ni muy caliente. Dejo que se ondule solo, no hace falta más para ello. Me acerco al ropero y tomo una blusa roja ajustada y de manga tres cuartos. Me pongo unos jeans de mezclilla negra. Busco mis botas negras y me las pongo con cuidado. Anoche no note que me había torcido el tobillo, con los tacones que llevaba, al salir huyendo de casa de mis padres.

Bajo a la cocina en busca de galletas. Una vez que las encuentro las guardo en mi bolso. También voy al refrigerador a buscar mayonesa, jamón, pechuga de pollo y lechuga, para preparar emparedados. Una vez que están listos los guardo en bolsitas y de ahí al bolso. Una vez que llevo todo, tomo las llaves y salgo al hospital.


Perrie's Pov


Un cosquilleo en la mejilla me hace abrir los ojos. Me encanta la primera vista de mi mañana. Sonrío mientras me remuevo en las cobijas para girar hacia el otro lado de la cama.

- Buenos días, pequeña. – me saluda sonriendo ampliamente.

- Buenos días, Jadey. – salgo de la cama a la par que ella retrocede.

- Parece que dormiste bien. – me acerco a ella y la abrazo.

Me encanta sentirme protegida en sus brazos. Ella me recibe.

- Dormí gracias a ti.

- ¿Fui de ayuda? – asiento con mi mejilla contra su cuerpo. Inhalo su delicioso perfume, jazmín y duraznos.

- Más de lo que crees. Pero, háblame de lo que hiciste ayer. – le digo separándome de ella.

Tomo su mano y dejo entrelazados nuestros dedos. La quiero cerca de mí.

- No hice nada importante. Solo salí con una amiga – dice restándole importancia. Mientras que a mí se me revuelve el estómago al escuchar "Amiga".

- Una amiga... Y, ¿qué hicieron? – las palabras salen atropelladas de mi boca.

- Tomamos café en mi casa. Hacía tiempo que no teníamos oportunidad de quedarnos a charlar.

- ¿Cómo se llama?

- Jesy. Es la chica más agradable y graciosa que imagines. Te agradará.

Hago una mueca sin poder evitarlo. Creo que estoy celosa. Sí, lo estoy.

- Oye, ¿estás bien? – me pregunta alzando mi rostro con sus suaves dedos. Niego lentamente con la cabeza – Puedes decirme cualquier cosa, Pezz.

¿Me llamó Pezz?

Mi corazón late fuerte después de eso. Amo como suena con su voz.

- Lo sé, Jade, pero estoy bien. Hoy me preguntarás más, ¿no es así? Digo, por la terapia y eso. – intento cambiar el tema.

- Si estás bien para ello, puedo hacerlo.

- Entonces empieza.


Jade's Pov


El repentino cambio de humor de Perrie me hace sentir incomoda. ¿La hice molestar? Se sienta en la silla que está al lado contrario de mí. Me ha molestado que soltara mi mano. Amo su toque. Rendida me siento en la silla que queda vacía.

- Entonces... Cuéntame ahora de Cailtlin. – se recarga en la mesa, coloca sus manos como apoyo bajo su barbilla.

- ¿Qué quieres saber? – dice sin mucho afán.

- ¿Cómo era? ¿Cómo te llevabas con ella? ¿Qué le ocurrió? – suspira con pesadez.

- Era muy hermosa, por dentro y por fuera. Siempre admiré su actitud descuidada y animada. Cuando era pequeña parecía no notar lo que ocurría dentro de casa. Ella vivió mejor sus primeros años que Jonnie y yo... Así fue hasta que cumplió once. Desde ese día jamás quiso festejar su cumpleaños... "Me sorprende que aún viva. Es la única que ha tenido una mejor niñez, algo decente, y ¿por qué? No lo sé. No comprendo, Debbie, como esa niñita tonta sigue respirando. Es estúpida, ingenua, ¡siente que vive en la jodida fábrica de Willy Wonka! No tolero sus balbuceos, sus risotadas sin razón, sus historias fantásticas. Juro que si esa niña no madura, yo la haré madurar a golpes de ser necesario". Ella lo escuchó decir todo eso... Para ella, mi padre era un todopoderoso. Era su héroe. Creo que fue la única que lo amo en algún momento. Más que nadie...

- ¿Qué pasó después? – le pregunto cuándo se queda callada y pensativa.

- Creció y la perdimos. Maduró de forma muy rápida. Jonnie y yo quisimos intervenir pero no lo permitió. Ambos nos rendimos y cada uno hizo lo que deseó. – se talla los ojos – Crecimos por nuestro lado. Jamás tuvimos una comunicación amplia, Caitlin y yo nos volvimos un poco más unidas después de la muerte de Jonnie. Para ese entonces yo tenía 17, ella 15. Un par de veces nos quedamos en casa bebiendo, fumando, hasta drogándonos. La peor parte es que yo se lo permitía... – cubre su rostro con sus manos y llora, prefiero no acercarme – Yo tengo la culpa... provoqué su muerte...

Su llanto se vuelve más fuerte. Decido que es mejor abrazarla. Me acerco a ella y me agacho para rodearla con mis brazos. Se aferra a mí y la dejo calmarse. De repente deshace el abrazo y me quedo mirándola. Se seca las mejillas con las mangas de su sudadera gris.

- ¿Por qué crees tener la culpa?

- No lo creo, sé que la tengo. Fui la última persona que la vio con vida. Fui quien la orillo a tomar esa decisión. ¡Fui yo!

- Perrie... – digo intentando tomarla de los hombros.

Me mira directo a los ojos. Su mirada me intimida por unos segundos.

- Esa noche peleamos...

𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora