𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒

15. My Jade

Perrie's Pov

Tengo miedo de abrir los ojos ¿Qué me asegura que lo que hizo esa chica funcione? En cuanto abrí los ojos después de caerme... Sentí mi mundo caer. No volver a ver la luna, el cielo, el suelo, la insignificante silla... O el rostro de Jade... No creo que esa sea vida. No ahora que me he acostumbrado a ver sus hermosos ojos café todos los días.

- Vamos, Perrie, si te niegas no sabremos si sirvió lo que hizo Jesy.

- Sigo teniendo miedo... - respondo en tono bajo.

- ¿A qué temes? Te aseguro que Jesy sabe lo que hace.

- Solo tengo miedo a una cosa.

- Dímela - pide acariciando mis mejillas.

- A no verte de nuevo - puedo sentir que sonríe. Besa mi frente y libero un largo suspiro.

- Princesa, no debes temer, te aseguro que solo fue momentáneo. El golpe fue fuerte, pero no lo suficiente para causarte una ceguera eterna. Confía en mi...

<¿Confiar? Ni siquiera confío en mi misma.>

- O solo ten fe. Nada saldrá mal, eso es una promesa.

- Pero sigue frente a mi - le pido con voz temblorosa.

- Aquí seguiré. Tómate tu tiempo para abrir tus ojos. Comprendo que tengas miedo.

Tal vez no sea para tanto, pero después de meses en la oscuridad, haber vuelto a la luz... Y ahora oscurecer de nuevo... No sé que he hecho para merecer tanto, no sé que haré si me quedo en la oscuridad por siempre.

- Creo que estoy lista...

<Ya es hora de dejar de temer, Perrie>

Abro los ojos y me cuesta enfocar la vista. No detecto un color en específico ¿Es eso negro? ¡NO!

- ¡Ahh! - grito cubriéndome los ojos nuevamente con terror ¿Qué es esto?

- Pezz... Tranquila - dice Jade abrazándome - Necesitas tiempo para acostumbrar la vista. Inténtalo de nuevo. Pasaras por una serie de luces... Todo aclarara con lentitud.

Asiento un poco frenética con la cabeza. Abro de nuevo los ojos y esta vez un brillo golpea. Frunzo el ceño ante la sensación. La luz se disipa y vuelvo a ese color que tanto me gusta. Sonrío al instante en que veo los ojos de Jade. Mi Jade.

La abrazo con fuerza y ella me cobija en sus brazos. Me atrevo a ocultar mi rostro entre su cuello y huelo su cabello. Jamás podría dejar de hacerlo. Me volvería adicta a ella y solo a ella. No hay droga más saludable y perfecta que Jade.

Lo sé, sueno cursi y exagerada... Pero eso es lo que ella me produce: seguridad, calma, paz... hasta amor. Ese amor que jamás recibí tan constantemente como necesitaba.

- ¿Estás bien? - pregunta acariciando mi cabello.

- Lo estoy ahora que te tengo aquí...

- Me alegra escuchar eso, princesa.

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Jade's Pov

"¿Qué pasó con Joanna Edwards?" Es el título del artículo que he encontrado en la página de The Newcastle Sun, el periódico oficial de nuestra ciudad.

"Según miembros de la familia Edwards, la señora Joanna tuvo un infarto la tarde del Jueves. No se conocen las causas exactas de este. Sin embargo, según se dice, la señora Edwards no tenía ninguna clase de padecimientos o historiales referentes a problemas con el corazón. El hermano mayor de la señora Edwards, Alexander Edwards, comentó que había pasado días rodeada de estrés por problemas en el colegio con su sobrina (hija de Alexander). Si bien, no se conocen razones justificables para el supuesto infarto, se cree que hay algo más detrás. Se conoce que hace un año, Joanna se convirtió en la tutora legal de Louise Edwards tras el fallecimiento de su cuñada, Deborah Edwards, y los problemas de adicción del señor Alexander..."

El resto del artículo toca los comentarios de los vecinos de la zona en la que vivían todos ellos. Honestamente, ya no se que pensar... Infarto... Los problemas ya conocidos del señor Edwards... Sin dudas hay más cosas de fondo y estoy dispuesta a hacer que se descubran. Más si eso me ayuda a que ese hombre no se quede en la cárcel solo por secuestro... Unos cargos por homicidio no le caerían mal.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos. Ya no quiero hacer caso a los mensajes incesantes de mi madre, pero no me permite tomar un respiro. Simplemente no puedo mantener el móvil apagado, puesto que yo si trabajo y tengo demasiadas cosas que atender.

Leo la pantalla y frunzo el ceño ¿Por qué mi padre pretende ayudar a Norma?

"Jadey, cariño. Deberías charlar con tu madre. La está pasando muy mal. Nena, no hagas algo de lo que después te arrepientas. Lamento si te lo tomas como presión de mi parte, pero sé lo que te digo. Te amo, pequeña. Papá."

La que debería estar arrepentida es ella y si pretende que yo la busque, no lo haré. Lo intenté y no me dejó. Si le interesa vendrá a buscarme aunque eso implique ir a la clínica. Es mi turno de tomar el control del juego. Esta vez no ganará.

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Abro los ojos con dificultad. Parece broma, pero realmente estoy agotada. No he hecho más que leer y cumplir con mis horarios normales en la clínica. Tal parece que mi padre tiene razón, el agotamiento mental es mil veces peor que el físico.

Hay veces que desearía seguir teniendo 16. Mis únicos problemas eran a causa de la presión de los exámenes, otras veces una que otra gripe o que no alcanzaba a comprender un nuevo tema de cálculo. Mi vida era más sencilla puesto que yo aún ignoraba mis verdaderas preferencias.

Ni siquiera había tenido novio a esa edad. Estaba más interesada en devorarme todos los libros de la biblioteca publica o los que papá me prestaba cada vez que terminaba uno.

El único chico que me hablaba era James. Lo conocí cuando se mudaron él y su familia a Newcastle, ambos tenemos la misma edad, sino mal recuerdo yo había cumplido años unos 2 meses antes que él. Teníamos unos 7 años.

Ambos éramos testarudos y poco pacientes... Supongo que eso hizo que nos peleáramos tanto por los juguetes. Unos años después nos volvimos mejores amigos, dado que yo era considerada desde chica una niña rara y poco sociable, y no es que no lo fuera sino que no me gustaba hablar con personas de bajo criterio y poca seguridad.

Como sea... Él me acepto con todo y manías. Incluso llegué a pensar que me estaba enamorando, pero hoy en día solo lo veo como mi amigo, más ahora que me ha demostrado su lado real. No el que necesita para mirar a su madre. Un James sin máscaras. Un James auténtico. Mi James.