𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒

39. The Only Man Who Won The Word Daddy From My Lips

Perrie's Pov

- Ahora, hermanos, unamos nuestros pensamientos para pedir por John Pinnock y su eterno descanso.

Todos los que están en el velatorio bajan las cabezas, menos yo. Dejo mi mirada fija en el ataúd, analizando pensamientos y recuerdos sobre él. Estoy segura de que estará bien en cualquier lugar en el que se encuentre.

- Familia Pinnock, - dice el sacerdote - pueden pasar a despedirse.

Leigh tiembla a mi lado y tomo su mano para darle fuerzas. La señora Pinnock avanza al ataúd y le cuesta caminar en el último tramo de camino. Se apoya en el féretro y se asoma para ver a su marido una última vez.

No se escucha lo que dice, pero la veo llorar por primera vez desde ayer. Supongo que apenas lo está notando. La mano de Lee presiona la mía con fuerza. Para cuando la señora Pinnock vuelve llega el turno de la morena. Su madre toma su lugar a mi lado y me abraza.

Lee repite lo mismo que su madre, pero llora menos que ella. Ya debe de haberse dado un tiempo para ello antes de venir. Su carácter no le permite mostrarse débil ente los demás.

- Cariño, - me dice la señora Pinnock - es tú turno.

Tardo en asimilar sus palabras, puesto que no tenía pensado pasar a verlo, ni despedirme de él así.

- Anda, ve, princesa.

Inconscientemente camino hacía donde estaba Leigh - Anne, recibo una mirada de ánimo por parte de Jesy y me acerco a John. Observo su rostro. Luce igual a como lo recordaba, unos pocos años mayor, pero igual de guapo. Realmente espero que haya partido tan tranquilo como luce. Siento que esa sonrisa fuera dirigida a mí. No puedo evitar derramar unas lágrimas.

- Hola, papá. Han pasado muchos años desde la última vez que nos encontramos. Lamento mucho tener que vernos en esta situación, habría sido para mí una maravilla haber estado contigo tus últimos días, en serio me siento mal por haber ignorado la situación así, pero tenia esperanzas de que el cáncer se hubiera marchado. Supongo que tú también te enteraste sobre lo que me ocurrió. Fue terrible, no te mentiré. Ahora estoy recibiendo ayuda, ayuda de dos chicas asombrosas y dulces. Una de ellas hizo tu sueño realidad, me está haciendo feliz y me tiene loca por ella. Te habría agradado conocerla, ella es todo lo que decías que sería al encontrarla.

>> Papá, tengo miedo de no vencer a Louise. Me ha declarado la guerra, o me la he declarado yo misma. Sé lo que me dirías en este momento: "No hay nada que no puedas hacer." Créeme, lo estoy intentando, por todos ustedes y por mí. Esta lucha que estoy por empezar te la dedico a ti, el único hombre que se ganó la palabra Papá de mis labios. Te voy a extrañar. Te quiero mucho.