1. I'll Save Her

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He pasado 30 minutos en mi oficina releyendo el historial de Perrie. Sigo sin poder creer todo lo que ha vivido. No tuvo infancia. Le robaron su infancia, su inocencia, sus posibilidades. Y después de conocer las misteriosas circunstancias del fallecimiento de su tía, creo que no fue una muerte natural. Fue asesinada, estoy segura.

He leído en el periódico local de South Shields he encontrado unos pocos artículos respecto al tema, no está muy detallada la historia, solo se hace alusión a su buen corazón y su imagen de ciudadana modelo; y todo parece haber sido encubierto. Tiene lógica mi idea sabiendo que la mujer intento sacar a la chica de ese ambiente. Y si el padre es el que se ha atrevido a secuestrar y maltratar a su propia hija... No me sorprendería que el fuera culpable.

Entre los artículos del periódico encuentro una fotografía que llama mucho mi atención. Una chica sonriente y sana. Debió ser en la temporada que detuvo el consumo de drogas.

"Debbie y Perrie Edwards preparándose para el esperado momento"

La curiosidad me gana y leo el resto del artículo:

"29 de Agosto de 2010. El concurso anual de teatro se celebró la noche de ayer en el parque del centro de la ciudad. 15 colegios participantes. Un arduo proceso de selección que nos llevó a este momento. Tras una larga presentación de cortas obras de teatro los participantes se sentían cada vez más ansiosos por conocer los resultados. Las premiaciones se dieron de la siguiente manera:

- Mejor guion: Mozart's visit.

- Mejor vestuario: Wild nature.

- Mejor actor: Christopher Jensen.

- Mejor actriz: Perrie Louise Edwards.

- Mejor obra: Wild Nature"

Aún recuerdo haber ido a ver a mi prima a ese concurso... La vi mucho antes de este día... Ahora todo está claro. Ya comprendo porque he sentido ese cosquilleo en el estómago al ver la fotografía. Recuerdo haber prestado atención únicamente a esa obra. Wild Nature del colegio de la ciudad. No preste atención específicamente a la obra, sino a esa chica con un particular gusto en cuanto a tintes de cabello se refería. Sus ojos, su carisma y su sonrisa me capturaron en el instante que ella salió a escena... Jamás olvidaré ese día.

Ahora que he leído esto me he convencido de que este será mi caso prioritario. Le ayudare a recuperar esa sonrisa y esa alegría que me encantó. Todo está más claro ahora. El destino me la ha traído de nuevo y la mantendré cerca. La voy a salvar.

He pasado varias horas buscando diferentes métodos de acercamiento... Siento que ella necesita atención diferente. Jamás imaginé volver a verla, encontrarla o conocerla, tenerla cerca. Como su doctora, es incorrecto que piense en ella de manera personal, eso ya lo sé, pero fue inevitable... Me tuvo en sus manos desde ese día.

Tocan a mi puerta.

- Pase. – respondo mirando la computadora.

- ¿Qué tal todo con la chica? – entra Judy con una deslumbrante sonrisa.

Se la devuelvo de igual manera.

- Supongo que bien. Te sorprenderá escuchar esto: ella habló.

- ¿Qué? ¡No lo puedo creer! Es un milagro. Se lo dije doctora, usted lograría lo que nadie. ¿Qué le dijo?

Sonrío con ella. Esta mujer contagia mucho su humor.

- Solo me dio un adiós. Me despedí de ella después de haberle prometido regresar con ella para la comida.

- Eso ha sido todo... Pues realmente espero que esta muchachita se recupere pronto ¿Que tanto lee en la computadora?

- Unos artículos médicos. Estoy buscando técnicas de comunicación y contacto que resulten sutiles para ella. – le respondo – Algo hice bien hace un rato, pero no sé qué fue. Tal vez la falta de formalidades... – pienso en voz alta.

- No se ha presentado como su doctora, ¿verdad? – niego lentamente.

- Creí menos brusco presentarme como Jade. Supongo que eso le dio una pauta de confianza o... una presión menos. Lógicamente sabe que soy su doctora, pero mi intención era que me viera como una... amiga, tal vez.

- Pues parece haber sido una buena idea. La felicito y le recomiendo que tome rumbo a la habitación de la chica, faltan unos pocos minutos para que le lleven la comida.

Asiento con la cabeza y cierro la computadora. Tomo mi bloc de notas y salgo después de darle un pequeño abrazo a Judy.

Nuevamente camino hacia el cuarto que pertenece a Perrie. Me siento mejor armada esta vez para hablar con ella. Creo que seguiré tomando mi personalidad habitual, mi yo fuera de la clínica, la Jade Thirlwall original. Me mostrare justo como soy: animada, relajada, abierta, comprensiva y divertida.

Una vez más estoy frente a su puerta. Como escucho voces dentro abro rápidamente. Veo a la enfermera dejando la bandeja de comida. Cuando cierro la puerta gira hacia mí.

- Dra. Thirlwall, buen día. – saluda.

- Gracias, lo mismo digo. ¿En cuánto vienes por la bandeja?

- Cuando usted me indique. – responde con una sonrisa.

Miro a Perrie, quien está sentada en su cama mirándome con miedo y angustia, decido seguir el procedimiento.

- ¿Te parece bien 1 hora, Perrie? – le pregunto con una sonrisa. No hace ruido, pero detecto un pequeño asentimiento suyo – Una hora.

- Muy bien. Buen provecho.

La enfermera sale del lugar y me acerco a Perrie con movimientos suaves. Me coloco a su izquierda y me hinco.

- ¿Qué te parece si intentas comer algo? – no autoritaria.

Intento que ella sienta tener la decisión en sus manos.

Me mira con la cabeza baja. No responde. Solo respira lentamente. Comienza a jugar con sus uñas. Observo sus manos. Están muy pálidas, delgadas y amoratadas. Sus uñas están astilladas y rotas.

- Eso te lo hiciste tú, ¿no es así? – le pregunto con calma – Tranquila, no es necesario que hables sino quieres hacerlo.

Me dispongo a destapar la charola de la comida y, una vez que coloco la tapa junto a la bandeja Perrie se mueve para sentarse en la silla. Sonrío al instante.

- Tienes hambre, ¿verdad? – saco los cubiertos de la bolsita y se los acerco.

La charola tiene una crema de zanahoria y un pequeño trozo de carne de pollo con verduras al vapor. Le han dado agua simple.

Toma la cuchara con cuidado. Al verla dudar le digo:

- Está comida no sabe a hospital, descuida. – entonces mete la cuchara en el plato y juega la crema con ella.

Toma una pequeña cucharada y la come con cuidado.

- ¿Te ha gustado? – me mira aun con temor – Vamos, no debes temerme. Solo soy una chica más. Básicamente somos de la misma edad...

Sigue comiendo. Al parecer su ánimo ha cambiado. Eso va por buen camino. Lo siguiente me sorprende. Se levanta de la mesa cuando acaba de comer y se sube nuevamente a la cama.

- No quiero que anochezca.

Giro rápidamente a verla. Estoy impactada.

- No quiero tener pesadillas... – su tono aun es débil, pero me alegra que hable.

- Tranquila, esta noche tengo guardia. Puedo pasarme por aquí de vez en cuando si eso quieres. – le digo sonriendo. Ella asiente levemente – Así será, Perrie.

𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora