26. Don't Look At Me

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Perrie's Pov


La enfermera deja la charola en la mesa y le doy las gracias. La cena es panqué, té y un vaso con yogurt natural. Lo más atractivo resulta ser el panqué porqué es de chocolate.

Desde el primer bocado me siento mejor. He terminado el libro y mi cabeza a empezado a crear cientos de historias. Algunas buenas y otras malas, prefiero las buenas por el hecho de que todas me dejan a lado de Jade.

Y sobre ella, aún no tengo noticias nuevas. Ni siquiera sé si ella está en este mundo, pero prefiero pensar que sí. El yogurt me lo como primero para compensar con el calor del té. Como todo en silencio y me pierdo mirando la luna. La luna la vi por primera vez después de meses con Jade a mi lado. Si, me agrada poder recordar cosas lindas, aunque sean pocas, eso las hace especiales.

Tocan en la puerta y entra Patt, no luce animado como en la tarde, sé que no trae buenas noticias.

- ¿Qué tal la cena? - pregunta intentando sonar natural.

- Estuvo bien, hasta que te he visto esa mirada, ¿qué pasa? - le respondo.

- Ay, cariño, es que no sé cómo decírtelo...

- Solo hazlo, Patt, ¿qué ocurre con Jade?

- La han puesto en observación, después de la cirugía estuvo normal, pero hace unos minutos entró en coma...

- ¿QUÉ? - exclamo al tiempo en que me paro de la silla.

- Tranquila, Perrie. - dice tomándome por los hombros - Mantente tranquila, no te alteres.

- Pero... Patt, quiero ir con ella, tengo que ir... - digo con lágrimas corriendo por mis mejillas.

- Perdona no puedes hacerlo, no te dejan ni siquiera salir a los jardines.

< ¿Este lugar tiene jardines? Olvida eso, Perrie>

- Debes ayudarme, Patt, te lo ruego, no puedo quedarme aquí de brazos cruzados esperando.

- Perrie, debes comprender, a nadie en la cabeza le interesa autorizarte una visita al hospital, no si es a tú psiquiatra.

- ¡No puedo quedarme así, Pattrick! Debo estar ahí... - suplico con desesperación.

- ¿Por qué deberías?

- ¡Porque la amo! La amo y no estoy dispuesta a esperar por ella encerrada en esta habitación, tengo que cuidarla, yo debo hacerlo.

- Realmente lo lamento, pero no puedo sacarte de aquí.

Finalmente las luces se han apagado y yo me abrigo con el suéter que me han dado las enfermeras. Después de mi "charla" con Patt decidí no quedarme a esperar como idiota. Seguramente estoy que haré traerá graves consecuencias, pero por mi Jadey haría cualquier cosa.

Rebusco entre los pliegues de mi colchón y saco diferentes objetos, un broche, la varilla de un sujetador, una aguja y, sin malos propósitos, un cuchillo. Sorprendente lo que puedes conseguir sin ser descubierto.

Tomo los objetos y corro a la puerta, dejo los zapatos junto a mi y empiezo a probar la cerradura con el cuchillo, el cual resulta ser demasiado ancho para el orificio.

Sigo con la varilla y al tenerla dentro encuentro el seguro, pongo toda mi sensibilidad en ella tiro del pequeño metal, un chasquido me hace brincar de emoción.

Muevo la perilla y gira completamente. Grito interiormente y me levanto para dejar mis útiles instrumentos en mi bolsillo. Tomo los zapatos y salgo a hurtadillas del cuarto.

Cierro la puerta y avanzo por el pasillo. He hecho memoria las últimas horas y deduje como se llegaba al vestíbulo, así que camino con confianza por el lugar y llego a las escaleras. Para mi sorpresa bajo tremendamente rápido y llego al final de la tortura helada.

El lugar está vacío, pero tiene luz. Localizo el escritorio de la recepcionista y me acerco a él. Hay tantos papeles que no sé hacia qué lugar mirar.

Miro los pequeños papeles de colores que tienen avisos, siendo así debe haber algo sobre Jade. Hay una columna de cada color y entiendo el sistema, hay un color para cada médico.

Busco el que tenga el nombre de Jade y lo encuentro por su apellido. Reviso la columna con paciencia y encuentro un papel fechado con el día de hoy:

"14/04/17, la doctora está en el Newcastle Medical Center, accidente automovilístico la madrugada de hoy. Reporta Jessica Louise Nelson. Suplanta Pattrick Sullivan"

Tomo nota mental y comienzo a caminar a las ventanas que rodean. Justo ahí, escucho al guardia bajando las escaleras. Como puedo, regreso al enorme escritorio y me oculto debajo, poniendo la silla frente a mi ubicación.

Lo escucho caminar hacia donde estoy, me pongo completamente tensa y pongo atención a lo que hace. Toma el teléfono que está justo sobre mi cabeza y marca un número, aterrada contengo la respiración.

<No me veas, no me veas...>

- Me indicaron que llamara a... - el resto de la conversación no es de mi interés, me concentro en rezar para que se vaya.

Después de eternos minutos cuelga y se va. Lo escucho subir al elevador y en cuanto se cierran las puertas del mismo salgo de mi escondite y me acerco a la primera ventana.

Para mi sorpresa no está activado el seguro, la deslizo hacia arriba y siento el aire fresco golpear mi cuerpo. Meto la cabeza en la ventana y observo un cómodo césped. Feliz me estiro y pongo las manos en el pasto, me deslizo por el lugar y caigo. Acabo de descubrir lo débil que estoy físicamente.

Cierro la ventana y me pongo los zapatos que cayeron conmigo. Me ajusto el suéter al cuerpo y camino por el lugar. En el centro del estacionamiento hay una linda fuente, la cual se encuentra trabajando.

Mis pasos son largos y un tanto dolorosos, pero la adrenalina que me recorre el cuerpo me ayuda a avanzar. El camino hacia la entrada de las instalaciones del hospital se me hace largo, más porque el aire me lastima las piernas.

No pienso darme por vencida ahora que estoy aquí, y menos sabiendo que mi tiempo es corto. Cuando me doy cuenta, estoy acercándome a la parada de autobuses. Para mi fortuna tengo fachada de necesitar transporte, jamás me ha gustado usar mi imagen de chica afectada, pero esta vez necesito hacerlo.

𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora