𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒

35. The Big Looking - Glass

Perrie's Pov

Salimos del auto después de estacionarnos en frente de una linda zona de departamentos, las fuentes la hacen ver más agradable, al menos para mi vista. Sigo a Jesy por el camino mientras cargamos las bolsas entre las dos.

- Es aquí. - me dice después de subir dos plantas - No es mucho, pero creo que sobreviviremos.

Abre la puerta y me hace entrar primero. Recorremos un corto pasillo que tiene un acceso a su estancia y otro que supongo que debe llevar a las habitaciones, el baño y la cocina.

- Ven, Perrie, te llevaré a tu habitación, ya esta lista para ti.

Me lleva al fondo y me encuentro con dos puertas medianas, una frente a la otra. Abre la de la izquierda y entramos.

Me quedo realmente sorprendida al ver el tamaño del cuarto.

- Tienes todo lo que necesitas aquí - dice Jesy dejando las bolsas al pie de la hermosa cama matrimonial. - Esa puerta lleva al baño. Ese será tu ropero, tienes unos burós para cualquier cosa que quieras tener a la mano.

Se acerca de nuevo a la cama y levanta la cobija.

- Aquí puedes guardar los zapatos. - dice mostrándome los accesos de la cama - Y supongo que eso es suficiente para que conozcas tu cuarto.

- ¿Significa que tengo baño propio? - asiente.

- Por esta razón la renta es justa, nena. Ahora ve a bañarte, te separaré la ropa que escogiste, tarda lo que quieras, tenemos calentador solar.

Asiento levemente y voy al baño. La tina es asombrosa, tiene esas cositas extrañas de los jacuzzis y es enorme.

- Hay toallas ahí dentro.

Le doy las gracias y cierro. Abro el grifo y dejo que se llene la bañera. Me desnudo con calma, sintiéndome más que cómoda con la confianza que Jesy me está ofreciendo. Tiene un corazón enorme, no lo dudo.

Dejo la ropa doblada sobre la taza del inodoro y me topo con mi propia imagen. El enorme espejo que se yergue frente a mi, me deja ver mi cuerpo actual.

Las imágenes que he estado reteniendo me abruman. Estaba totalmente delgada, débil, frágil...

Nada que ver con lo que observo ahora.

Mi masa muscular es mayor, aún no es perfecta, pero me mantengo en pie sin sentir dolor.

Mi piel ya tiene color a pesar de estar demasiado sensible.

Sonará extraño que me fije en esto, pero incluso mis senos se notan distintos, antes solo parecía tener el cuerpo de una niña de 10 años, delgada, sin forma aparente... A pesar de tener 22.

Ahora puedo reconocerme como la mujer que soy... la mujer que mi padre no me dejó ver a pesar de haber intentado maquillarme para creerme mi realidad.

Ya no más, se término, ya no mentiras, no seguiré jugando con Jade, si quiero dejar que me ayude, debo poner todo de mi parte.

Es hora de hablar claro con Jade, con la chica que llegó a ayudarme, la mujer que es mi salvación.