4. Brave

841 69 4
                                    

Jade's Pov


- ¿Qué quieres saber del colegio? – me pregunta después de un rato.

- Lo que me quieras contar. – le respondo. No quiero presionarla.

- Pues no fue de mis mejores etapas. Jamás me gustó el colegio.

- ¿No tenías amigos? ¿Un novio?

- Ser sociable no es lo mío. Hubo una única amiga pero fuera de eso, todos me consideraban una loca, enferma, drogadicta, escoria de la sociedad. O eso les escuchaba decir.

- Comprendo. – la animo a seguir.

- Y sobre novios, hubo un chico que me busco durante un tiempo... Pero no son lo mío. – dice cabizbaja.

- ¿A qué te refieres?

Sé a qué se refiere, pero ella debe decirlo. Se debe aceptar a sí misma.

- Me refiero a que no me atraen los chicos. Soy... y-yo soy... lesbiana. Me gustan las chicas. Otra cosa por la que tenía problemas en casa. – suspira con molestia.

- Tu padre, ¿no es así? – asiente con la cabeza.

- Durante el 5to semestre conocí a una chica que era muy linda. Era divertida, despreocupada, siempre sonreía. Me encantaba estar con ella. Cuando estábamos juntas olvidaba todo lo que me esperaba en casa. Sonreía, me sentía yo misma, era como ser otra. La persona que sabía que quería ser. Como siempre, todo lo bueno que tenía... en algún momento debía terminar. Una noche, ella y yo estábamos en mi casa. Habíamos regresado de un restaurante, después de celebrar 3 meses juntas. Mi padre estaba hecho una furia por no haber logrado separarnos en las primeras semanas. Ella se opuso totalmente a las amenazas de él. Esa noche... habíamos planeado algo muy especial. Esa noche mi padre estaría fuera; seguramente bebiendo. Ella me estaba besando, fue nuestro último beso. Mi padre entro en mi habitación gritando y maldiciendo. No estábamos acostadas en la cama, estábamos sentadas. Él la tomo del cabello y la arrojó al suelo. Y yo me lancé a su cuerpo. Revise su rostro, la tomé entre mis brazos y me disculpé. "Lo lamento, lo lamento." Fue lo único que pude decir. En ese momento mi padre me apartó de ella y me sacó a rastras del cuarto. Me lanzó contra la barandilla del pasillo. "No tienes vergüenza. No piensas en lo que dirán los vecinos al saber que pecas por acostarte con una mujer, con una zorra." me pateó directo en el estómago. Debía pararlo o mataría a Rose. "La dejaré." le dije, provocando que el siguiente golpe se quedara en el aire. Me atreví a mirarlo. Estaba sorprendido. "La dejaré, pero debes estar consciente de que lo vas a pagar. Y debes saber que aunque nos separemos JAMÁS voy a dejar de amarla, de recordarla, de quererle junto a mí." En ese momento yo ya estaba de pie, impulsada por un pequeño episodio de valor. Y me dio una bofetada. Rose salió de mi cuarto y se acercó a mí para revisarme. Sus manos pasaban por mi rostro, mi labio estaba partido y sangrando, mi ojo estaba hinchándose. Tomé su mano y pasé con ella junto a mi padre. Bajamos hasta la puerta principal y abrí la puerta y la hice salir. "Se acabó. No me busques, no me llames. Olvídame. Te amo tanto que prefiero un millón de veces que estés lejos de mí antes que ir a un funeral a tu memoria. Márchate. ¡LÁRGATE!" Cerré la puerta en sus narices. Subí las escaleras cubierta de lágrimas. Fue la última vez que la vi.

Me quedo atónita. No sé qué decirle. Simplemente no hay palabras para intentar consolarla o reconfortarla. No puedo imaginar lo mucho que quiso a esa chica como para preferir alejarla de ella.

- Eso fue muy valiente, Perrie. – le digo poniendo una mano en la rodilla que inmediatamente deja de sacudir.

- No lo creo. No luché por ella. – alza la vista a la ventana y veo sus ojos cristalinos.

- Pero fuiste lo suficientemente valiente para alejarla de ti. Perrie, ¿no lo ves? De alguna manera tú la salvaste. Y te admiro mucho por ello. Eres una chica muy inteligente, cariño.

Me mira seria. Su mirada se vuelve fuerte, intensa, pesada.

- Me recuerdas a ella. Sabía escuchar, al igual que tú. – dice dejándome sin habla – Me atrevería a decir que sus miradas son idénticas; con una mirada saben lo que deben hacer después. Saben cómo reconfortar.

- No por nada estoy aquí, Perrie.

Me sonríe.

¡Me ha sonreído! Tiene una sonrisa hermosa. Ella es hermosa. Es perfecta, interiormente comienzo a saltar.

- Te agradezco el café, Jade. Estuvo delicioso. Creo que... creo que intentaré dormir un poco.

- Eso suena bien. Si necesitas algo presiona ese botón verde. – le digo señalándolo en su buró.

Tomo ambas tazas y me acerco a la puerta. Se acerca a mí y me quedo estática. Vuelve a sonreír. Pasa su mano detrás de mí y abre la puerta.

- Gracias. – dice al momento que me abraza. Le devuelvo el gesto con mucho gusto.

- Buenas noches. – pronuncio.

- Buenas noches.

Salgo de la habitación y abandono el lugar con una enorme sonrisa. No puedo creer lo que he logrado en un solo día. No puedo creer lo que atraviesa mi mente en este momento. Creo que esta mujer me está volviendo loca.



𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora