17. Louise

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N.A. Dedicado a ValeriaNeblina. Lofiu very mucho.


Jade's Pov


Desde el momento en que cruzo la puerta del lugar un cálido ambiente cubre mis brazos. Esta noche el viento es helado y este lugar es el consuelo perfecto para mi piel.

James se acerca al encargado y pide una mesa para nosotros. Es una pizzería, pero tiene mucha demanda. El señor que atiende nos dirige a una mesa que esta justo en la esquina del restaurante pegada a la ventana. La misma da una bonita vista de la plaza del frente.

- ¿Qué pizza ordenará? - pregunta el mesero que aparece cuando nos sentamos.

James me mira a modo de pregunta. Me encojo de hombros.

- Supongo que será una de pepperoni con jalapeños.

El chico anota con velocidad y pregunta de nuevo:

- ¿Qué beberán? - yo respondo primero.

- Yo quisiera un expresso, por favor.

- Yo un americano con crema, te agradezco - le dice James al mesero, quien asiente y se marcha con paso veloz.

- Americano con crema... ¿Desde cuando consumes crema? - pregunto.

- Desde que EUA me mostró un lado bueno de la crema - responde haciendo referencia a mi travesura.

Cuando teníamos 16 le cambié la crema en polvo por talco para bebés. Sabía tan delicioso que dejó de beber café con crema.

- Creía que no bebías mucho café, al menos no de los fuertes... - me dice.

- Si, bueno, ser psiquiatra es difícil, un expresso es más sano y funcional que un shot de tequila así que...

- Comprendo. El café te mantiene al 100 - le sonrió mientras asiento.

- Entonces ¡caímos! - ambos nos soltamos a reír y atraemos la mirada de los demás.

- Y la vez que te perdiste en el sótano, ¿recuerdas? - le pregunto aun riendo.

- ¡Por favor! Sigo intentado olvidarlo... - se queja frotando su estómago.

- Te duele el estomago de tanta risa - me burlo. Luego imíto su acto.

- Creo que por ahora somos dos...

Entonces mi móvil suena.

- Perdona, debo tomar la llamada.

- Tranquila, pido la cuenta mientras hablas - me dice.

Asiento levemente y descuelgo.

- Diga...

- Doctora Thirlwall, su paciente está teniendo una crisis, es necesario que venga.

En ese instante me paro de la mesa, tomo mis cosas y camino hacia la puerta.

- Hable con ella y dígale que estoy en camino - cuelgo.

- ¿Ocurre algo? - pregunta James, tomándome por sorpresa.

- Lo siento, Jamie, pero debo ir al hospital justo ahora.

- Te llevo - acepto con un gesto y salimos al estacionamiento.

Subimos a su auto rápidamente y arranca. Los semáforos se interponen en nuestro camino, y juro que estoy a punto de pisar el acelerador por James. Comienzo a tamborilear con mis dedos sobre mi pierna. Acabo de notar que salí sin ponerme el abrigo y me lo pongo sobre las piernas que están frías.

- Tranquila, Jadey, estamos por llegar - asiento mordiendo mis dedos - ¿Tuvo una crisis?

- Eso parece. Suele tener pesadillas, pero esta es la primera en dos noches.

- Es un caso difícil, ¿no?

- Bastante. Su situación es más compleja que otros casos que he tenido. Esta tarde... - me detengo.

- Puedes decírmelo. Solo si quieres, claro.

- Esta tarde me llegó un nuevo estudio de personalidad, y, la verdad, el resultado no fue el que esperaba.

- ¿Tan mal está? - pregunta frunciendo el ceño.

- Peor. Al inicio parecía solo ser terapia para sus posibles traumas, su falta de confianza... Pero ahora es más que eso. Al parecer es susceptible a los cambios de personalidad... Hay registros de que desde los 16 llegaba a tener comportamientos distintos a los habituales, se cambiaba de nombre, su caminar era distinto, cosas que normalmente eran de su agrado las rechazaba. Y la única persona que podría ayudarme a corroborarlo está muerta...

Cuando me doy cuenta, James ya está aparcando en el estacionamiento.

- ¿Te puedo acompañar? - pregunta.

- No te lo aconsejo, pero puedes esperarme en mi oficina.

- Eso basta. Vamos.

Bajamos del auto y caminamos a paso rápido por el extenso patio. Una vez que estamos frente a la puerta golpeo con el enorme arillo de metal. Unos segundos después la puerta es abierta por el guardia.

- Gracias, lleva al joven a mi oficina - le digo empezando a correr.

Como no dispongo de tiempo para desperdiciar esperando el ascensor, subo por las escaleras. Avanzo con zancadas largas y firmes. Salgo justo en donde inicia el pasillo de Perrie y escucho gritos, llanto y cosas rompiéndose.

Para el momento en que consigo meter la llave en la cerradura, abro y observo a Perrie alzando una silla para, posteriormente, estrellarla contra la pared y volverla mil pedazos. Una de las patas de la silla sale volando en mi dirección y alcanza a golpearme en el brazo.

Perrie lo pasa por alto y va en busca de otra cosa. Intento ignorar el dolor y le hablo:

- ¡Perrie, cariño! - la llamo. Se gira con rudeza en mi dirección. Por instantes me siento atemorizada, pero reúno valor - Cálmate, ahora.

Dichas esas palabras, su espalda se yergue dándole una postura dura y una sonrisa malévola adorna sus antes tiernas facciones, sonrisa que me dice que la parte que más temo, ha iniciado.

- Vaya, vaya... Mira que tenemos aquí... Tu debes ser la famosa Jade, la chica que cree que por ser psiquiatra tiene autoridad para ordenar... Lamento decepcionarte, pero Perrie no está aquí. Al menos no por una temporada.

- ¿Qué has hecho con ella? - pregunto con voz firme.

- La dejé en donde no causará más problemas. Ella es débil y asustadiza, y me temo que esas actitudes no son las mejores ahora.

- ¿Ahora?

- Si, Ahora. Necesitas a quien te diga las cosas como son, sin miedo. Y créeme, yo soy a quien necesitas si quieres sacarla de aquí rápido.

- Y ¿quién eres? - pregunto observando sus movimientos.

Esta versión de ella es más dura y, muy seguramente, peligrosa.

- Soy Louise, un placer, Jadey - mi nombre lo pronuncia con diversión - Sabes, es patético que Pezzie crea que tú la amas. Es tan ingenua... - suspira - Y bueno, ahora que me has interrumpido, iré a la cama. Mañana charlaremos, de una manera productiva, eso te lo aseguro. Buenas noches, doctora Thirlwall.

𝑆𝑡𝑜𝑟𝑚 - 𝐽𝑒𝑟𝑟𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora