Capitulo 23

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 El Dr. Payne estaba en mi habitación, fue a cambiarme la venda y al día siguiente me la quitarían aunque luego tendría que usar unos parchos por una semana más.
-Listo campeón, ya terminamos –me dijo luego de ponerme la nueva venda.
-Gracias... -respondí.
-Harry... presiento que tienes algo que decirme –dedujo el doctor.
-Si... -respiré -¿Cómo esta ____?
-Voy a retirar su venda en unas horas. Hoy sabremos si la operación fue un éxito.
No dije nada y en mi interior oraba para que todo haya salido bien.
-Sé que estas nervioso Harry, pero no te preocupes, puedo apostar a que ella verá la luz muy pronto.
-Eso espero –dije.
-Ella y su padre quieren saber quién fue el donante.
-¿Y qué les dijo? –pregunté.
-Lo que me dijiste, que preferías mantenerte anónimo.
-Gracias doctor.
-Pero ¿sabes que más paso? –hizo una pausa –Liam estaba hablando sobre ti con Zayn y una señora, según me dijeron era la nana de la señorita Mayer los escuchó.
-¿Mary? ¿Lo sabe?
-Ellos pudieron despistarla y mentirle. Harry puedo guardar tu secreto pero no podemos engañar a todo el mundo mintiéndole sobre ti.
-Lo siento pero es necesario que ella no sepa que yo fui su donante.
-Está bien Harry, pero tarde o temprano aunque no sea por nosotros, ella se va a enterar.
El Dr. Payne se retiró y me dijo que mandaría a Liam para darme noticias de ____.

Luego de quedarme solo, la enfermera fue a llevarme de comer y mientras comía con su ayuda alguien tocó la puerta.
-Adelante –indicó mi enfermera.
-Hola! Halley quiere comer contigo Harry, ¿Tú quieres? –era Angie.
-Claro, ¿Dónde está?
-Aquí –respondió ella.
-Ven siéntate a mi lado, comeremos juntos.
-Bueno, yo los dejo –dijo Angie.
-¿No vas a ayudar a Halley? –pregunté al ver que a mí me estaban ayudando.
-Ya me acostumbré a esto, como sola –respondió Halley.
-Entonces yo también me tengo que acostumbrar, ¿Me permites? –me referí a la enfermera.
-Como gustes, si tienes problemas solo usa el botón que te dije.
-No los tendré –sonreí.
-Entonces nosotras nos vamos –dijo Angie.
-Adiós –dijimos Halley y yo al unísono.
Nos quedamos solos y ella estaba en silencio, solo escuchaba cuando el tenedor tocaba su plato.
-¿Halley?
-¿Si? –respondió.
-¿Qué hiciste esta mañana? –intenté hacer platica, mientras luchaba con mi comida.
-No mucho, la pasé bajo un árbol escuchando la naturaleza.
-¿La naturaleza? ¿Cómo la escuchas?
-Los pájaros y los demás sonidos que hay en el aire.
-Entiendo...
Me estaba costando trabajo comer, pues cuando quería entrarme algo a la boca, tomaba otra cosa, creo que lo preferible era comer algo con la mano como una hamburguesa, un sándwich o algo así, algo fácil.
-Ya te vas a acostumbrar –dijo Halley muy calmada.
-Eso espero... es difícil, pero es lo que escogí debo acostumbrarme, ¿no?
-Así es...
-¿Qué harás en la tarde?
-No tengo planes, pero creo que iré a clase de música.
-¿Música? ¿Dónde?
-Aquí, imparten algunos cursos para que podamos darle luz a nuestra vida de oscuridad.
-Me gustaría tomarlo, el de música.
-Será genial tener un amigo en la clase.
-¿Cómo? ¿No tienes amigos?
-No... por eso quise conocerte, a ver qué pasaba. Es que la mayoría de los que están aquí es porque odian su vida y todo lo que los rodea, siempre están de mal humor y son antisociales.
-Entonces seremos compañeros de música, debo preguntarle al doctor cuando puedo salir de esta habitación, me aburro mucho aquí, ¿Sabias?
-Lo imagino, así estaba cuando vivía con mi tía.
-¿Encerrada?
-Sí, ella prefería tenerme encerrada para no tener que estar cuidando de que no me callera. Estoy mejor aquí, puedo estar libre.
-Me da gusto por ti –le dediqué una sonrisa.

Era triste no poder verla, ella era una chica dulce, me gustaba pasar tiempo con ella, teníamos cosas en común, pero había cosas que no podíamos cambiar, por ejemplo: cuando hablaba con ella creía que estaba con ____. No la podía sacar de mi mente, estaba presente en cada una de las cosas que hacía y en las que no hacía también. Ella era una adicción de la que me tenía que olvidar.  

Ciego ParaisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora