Capitulo 28

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  Era hora de cenar, así que fui al comedor esperando encontrar allí a Halley. Fui hasta la mesa que siempre nos sentábamos pero no sentí su aroma.
-¿Halley? -dije para ver si estaba ahí.
No obtuve respuesta, por lo que me senté a esperar que llegara. Minutos más tarde sentí la mano de alguien en mi hombro
-¿Halley?
Escuche su respiración ahogada y me puse de pie, con torpeza toque sus mejillas y las sentí mojadas mientras su respiración estaba casa vez más agitada.
-¿Que paso? -pregunte secando sus lágrimas con el pañuelo que saque de mi bolsillo trasero.
Ella no emitió palabra solo se abalanzo sobre mí y lloró en mi hombro. La abracé fuerte para que sintiera mi apoyo fuera cual fuese la razón de su llanto.
-Tranquila aquí estoy... ¿quieres que vayamos a otro lado? -pregunte en su oído.
-Si -sollozo en mi cuello.

La tomé de la mano y me la llevé a mi cuarto. Estando allí lloró con más desesperación, haciendo que me inquietara al no poder hacer nada.
Busqué agua para ella y se la di a tomar. En mis meses sin vista había aprendido a manejarme por mi mismo permitiendo solo la ayuda muy necesaria, no me gustaba molestar.
Logré que se calmara un poco y luego esperé a que me contara lo que la había puesto mal.
-¿Y Bien?
-Harry... Angie... Angie... está ¡MUERTA! -gritó y volvió al llanto.
-¿QUE?! -me sobresalté.
-Tuvo un accidente en la mañana, te vine a buscar cuando me enteré pero no estabas. ¡Te necesité tanto Hazza! -se lamentaba en mis brazos.
-¿Pero cómo es que esta... muerta? -pregunte mientras mi voz empezaba a quebrarse.
Angie era muy divertida, siempre hacia que Halley y yo nos riéramos, además de guía de Halley también era su mejor amiga, sabia sus secretos y le contaba los de ella a Halley, eran inseparables. Me sentía mal porque los últimos días Halley estaba todo el tiempo conmigo y apenas hablaba con Angie para no preocuparla sobre su estado. Me sentí mal por haber robado su tiempo juntas, aunque la verdad es que nunca sabemos cuándo la muerte nos tocará la puerta.

A la mañana del día siguiente nos preparamos para ir al funeral, Halley estaba deshecha, lloraba a todas horas y no había quien la tranquilizara. Los familiares de Angie se acercaban a Halley sabiendo la relación que había entre ellas pues según me habían contado, Halley llegó a irse de vacaciones con ella.
La mañana pasó lenta, los minutos parecían horas, estaba sentado junto a Halley para apoyarlo cuando alguien se acercó a mí.
-Aun no puedo creer que no eres el -era Niall.
-¿Me hablas a mí? -pregunté.
-Si -respondió brevemente.
-Hola -lo saludé con ironía.
-Edward Higgins -cantó.
-Niall Horan -lo imité.
-Lo siento linda -se dirigió a Halley.
-Gracias -murmuró.
La rodeé con mi brazo y Niall se despidió.

Estuvimos todo el día allí hasta que se llevaron el cuerpo de Angie al cementerio. Cuando regresamos a la clínica acompañé a Halley a su cuarto y estuve con ella hasta que se quedó dormida.
Me fui a mi cuarto y cuando entré sentí la presencia de alguien.
-¿Quien está ahí? -pregunté.
-¿Cómo estas Harry? -me respondió. Era Louis Tomlinson. ¿Que hacia allí?  

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