*Narra Zayn*
Eran más de las 9:00 pm y nadie pasaba por el camino, mi teléfono estaba sin batería y la cara de Halley era cada vez de más miedo y confusión.
-Perdón Hall... -me acerqué al lado del copiloto por la ventana.
Ella no dijo nada y siguió con su mirada perdida, podía sentir que estaba enojada.
-¿Tienes frio? -pregunté al notar que sus dientes castañeaban.
Halley asintió levemente, me había devuelto la chaqueta cuando llegamos al auto, estaba en el asiento trasero, abrí la puerta y atraje la chaqueta poniéndola sobre sus hombros.
-¿Y tú? Te congelaras –dijo.
-Estaré bien, lo importante eres tu, estas bajo mi responsabilidad.
Ella soltó una leve risa y dijo divertida:
-Creo que no nos cuidaste muy bien, estamos perdidos, sin combustible y sin batería.
Reí con ella rogué a Dios que alguien pasara, pero era prácticamente imposible que alguien pasara por allí, eso era como el camino a la perdición sin contar que el lago del puerto era muy bonito.
-¿Crees que podamos salir de esta Zayn? –preguntó luego de unos minutos.
-Si, claro. No nos dejaran morir aquí, supongo.
Tenía miedo de que fueran a dejarnos ahí, tal vez se preocuparían pero no tendrían idea de donde estábamos así que, no podía responderle nada seguro a Halley.
Mi estómago volvió a gruñir y Halley sonrió por eso.
-¿Hambriento?
-Un poco –admití.
-¿Qué comerás?
-Bueno, aún quedan algunas frituras supongo que comeré esto.
Ella se encogió de hombros y se acurrucó más en mi chaqueta, era muy tierna ¿cómo no me había dado cuenta antes?
Bostezó unas cuantas veces, debían ser más de las 10 o las 11, asi que era normal que tuviera sueño.
-¿Quieres dormir? –le pregunté.
Negó con su cabeza y fui a sentarme a su lado en el asiento del conductor.
Lancé un largo suspiro y un estornudo salió de mi boca y nariz.
-Salud –dijo Halley dedicándome una sonrisa.
-Grac... -estornudé otra vez.
-Uh... Zayn... creo que te estas enfermando –buscó mi mano –Estas helado.
Se quitó la chaqueta y con torpeza la puso sobre mí.
-No, Hall... estoy bien. No importa si me enfermo.
-Sí importa, Zayn. Cúbrete.
-No. –dije firme volviendo a poner la chaqueta sobre ella.
Un largo rato después note como se durmió, era realmente tierna, parecía un ángel, pero estaba incomoda. Salí del auto y la tome en brazos para llevarla al asiento trasero, así estaría un poco más cómoda. Ella se aferró a mi cuello y cuando la iba a dejar, se quejó:
-No te vayas.
-No me voy, estaré en el asiento de adelante.
-No... por favor, quédate conmigo.
Ella estaba medio dormida por lo que supuse que estaba soñando asi que me queda con ella en el asiento trasero.
-Abrázame –dijo acurrucándose en mi cuello.
Cumplí su petición, la abracé tan fuerte como pude, no quería dejarla ir, pero ¿por qué? Después de unos minutos nos quedamos profundamente dormidos-¡Ey! – tocaron el cristal del auto
Con dificultad abrí mis ojos y vi a un hombre parado allí. Salí poniendo la cabeza de Halley con cuidado al costado del asiento.
-Nos perdimos, se acabó el combustible y no tengo batería en el teléfono –dije sin que el hombre preguntara.
-Bien... -esperaba mi nombre.
-Malik, Zayn Malik.
-¿Eres hijo de Yaser Malik?
Asentí con los ojos pesados y un dolor en el cuello.
-¡Hijo! –Exclamó –Estuve con tu padre en la universidad, resolveré su problema.
Fui a su auto y salió con un galón de gasolina. Llenó mi tanque y dijo con una gran sonrisa:
-Linda novia, saluda a tu padre de mi parte.
Mire a Halley que aun dormía y me di el típico saludo de los hombres para despedirlo. Cuando se fue me subí en el auto y emprendí marcha detrás de el para salir de ese lugar desconocido. Llevé a Halley a la clínica y al llegar ella despertó.
-¿Dónde estamos? –preguntó.
-Ya llegamos a la clínica –dije ayudándola a salir del auto.
Entramos y en recepción estaba Harry con un no muy agradable rostro.
-¡Hola, Edward! –lo salude por la presencia de algunas personas.
-Tienes muchas explicaciones que darme Malik –se puso de pie con su rostro ardiendo.
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Ciego Paraiso
FanfictionSINOPSIS Voy cruzando la avenida y me envuelve la ciudad, se me caen las ideas y los planes que se fueron a pasear. Veo la gente tan deprisa caminando hasta sus cárceles voluntarias, uno que otro vagabundo se me acerca y me ruega piedad. Estoy en un...