Ciego Paraiso

Capitulo 54

  *Narra Harry*

Estaba pensando en dormirme cuando sonó la puerta.
-Pase -dije.
-¿Como te sientes cariño? -era Mary.
-Bien -sonreí.
-No sabes como extrañé esos rizos andando por mi cocina.
Reí por lo bajo y luego sentí las manos de Mary sobre mi mano derecha.
-Toma Harry -puso una medalla en mi mano.
-Es la Virgen, ella te cuidara y te devolverá la vista por amor, porque por amor hoy no ves.
Una lágrima salió por mis ojos y por un momento sentí que vi algo borroso, como un bulto frente a mi. Pestañé rápido y otra vez volvió lo negro, tal vez fue solo un reflejo. Suspiré y pensé cuanto deseaba volver a ver, ____ aun me amaba y nada iba a cambiar eso, ni siquiera mi cambio de identidad.
-¡Harry! -exclamó Mary.
-¿Qué?
-¿En qué tanto piensas cariño? Estas rojo como el trasero irritado de un bebe.
Reí ante la comparación de Mary, ¡Como quería a esa mujer!
-Veo que estas muy animado -entró el Dr. Horan a la habitación.
Sonreí, la verdad lo estaba.
-Harry, vamos a llevarte a hacer unas pruebas, ¿estás listo?
-Si -respondí con la pequeña esperanza de que volvería a recuperar la vista.

Entramos al frío laboratorio y me sentaron en una fría silla colocando unos fríos aparatos en mis ojos. Si, en ese lugar todo era frío y metálico.
-Harry, la prueba de hoy es para ver si puedes ver con unos lentes. Puede ser que veas, como que no. ¿Estas consciente?
Asentí levemente para que los aparatos no fueran a salirse de su lugar.
-Bien... Aquí vamos.
El doctor apretó unos botones de los aparatos para ponerlos a funcionar.
-Cierra los ojos Harry, cuando te diga, los abres.
-Esta bien.
Escuchaba unas cuantas teclas sonar, creo que usaba su computadora y tecleaba algo, ese sonido me estaba estresando. Respiré profundo y toqué la medalla que Mary me había dado; volvería a ver por amor.
-Harry... Abre los ojos ahora.
Lo pensé antes de hacerlo, otra vez una corriente atravesó mi cuerpo corriendo por toda mi sangre acumulándose en mi cabeza, lo hice, abrí mis ojos y una luz indescriptible me hizo volver a cerrarlos.
-¿Que paso? -preguntó el doctor.
-Una luz... -susurré.
-¿Una luz que Harry?
-Una luz me molestó.
Escuché un pequeño "clic" y el doctor me ordenó:
-Abre los ojos y no vayas a cerrarlos.
-Esta bien -acepté.
Con inseguridad volví a abrir los ojos y... vi algo... era borroso e irreconocible.
Parpadeé rápido para intentar aclarar la vista y lentamente aquella figura se fue viendo más clara. Era el doctor. Pude verlo.