Narra Maia
No se a qué juega Christian pero ya me arto, ¿me toma por idiota o qué?
Mi corazón late con fuerzas y ¡mierda! su cercanía me tiene jodidamente nerviosa.
Tengo rabia conmigo misma porque obvio, el estúpido pone su pendeja nariz en mi nuca y de inmediato mis vellos se erizan y eso me da una vergüenza horrible.
Se acerca a mi oido, y con una voz ronca y sexy dice:
-Estas loca.-Puedo sentir su sonrisa en mi oreja y... ¿Qué? ¿Loca? Ugh, lo odio, es un cabrón.
-Imbécil.-Le doy un punta pie y lo empujo. Mis fuerzas son nulas si la comparo con la de él pero, ésta vez le gane.
-Espera.-Se ríe y da saltitos mientras se toca el pie golpeado. Bueno, al menos sé que le dolió.-Maia, espera.-Lo ignoro.
Toco el vidrio de la puerta repetidamente para que mi querido hermano escuche.
-¿Pasa algo?.-Pregunta Breik rodando la puerta.
-No podía abrir.-Respondo de mala gana.
Él me mira y luego mira a Christian confundido. El cabrón se encoje de hombros y yo tuerzo los ojos.
-¿Cuál es mi habitación?.-Pregunto a B.
-La que está junto a un cuadro de Kurt Cobain.-Sin responder nada me alejo de ellos para entrar a mi habitación.
Cuando llego veo que el dichoso cuadro está en la mitad de las dos puertas. Breik es un estúpido. Creo que eso se le pego de su amiguito.
Opto por abrir al azar. Tomo el pomo de la que está a mi derecha, entro y enciendo la luz. Veo mis maletas así que, si, ésta es la mía. Soy buena en esto, eh.
Es una habitación bonita, parecida a la de mi original hogar. Tiene balcón, que rico. La cama doble está perfectamente ordenada y siento unas ganas enormes por tirarme en ella, y eso hago.
Inhalo el aroma a rocío de violetas que aflora de las sabanas, ¡que delicioso! me resulta tan familiar. Mamá antes usaba el mismo y a Breik y a mi nos encantaba. Ahora usa lavanda -muy común- también es rico.
Cierro los ojos por un segundo, no me quiero dormir. Ohh, si me quiero dormir pero, toda esa gente afuera está aquí por mi. ¡Joder, Breik!.
Me levanto y busco en la maleta algo para cambiarme de ropa, aún es temprano por lo que sé que ésta gente no se ira todavía. Dentro de éste cuarto hay una puerta y ojala sea un cuarto de baño. La abro y si, lo es. Me doy una ducha rápida y mientras lo hago veo otra puerta. Me termino de sacar el jabón y me seco el cuerpo.
Abro la puerta y veo otro cuarto. Debe ser el de mi hermano, obvio. Me parece super chevere esta idea de un baño compartido con las dos habitaciones. La cierro nuevamente y entro a mi cuarto.
Me aplico un poco de crema, me pongo las bragas y el brasier. No me gusta nada el vestido que elegí. Busco nuevamente en la maleta y saco una falda tubo negra, es cinco dedos debajo de mi trasero, por lo tanto no es nada mostrona. Tomo un top azul eléctrico y me lo pongo, luego la falda para que quede por dentro. Busco una chaqueta de cuero negra con taches y me la pongo también. Me encanta mi look.
Mi cabello lo dejo tal cual lo traía en el viaje y me maquillo un poco -natural- Busco en el bolso donde traje los zapatos y encuentro los indicados. Mis tacones color azul eléctrico. No llevo accesorios por la chaqueta, así que luego de echarme perfume salgo de la habitación.
Cierro la puerta y me dirijo al salón donde están todos.
Cuando llego mis ojos se quedan clavados en ellos ¿en serio él es de esa clase de persona? joder, cada vez lo odio más.
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°Perfecta Atracción°
Ficção AdolescenteMaia nunca eligió asistir a la universidad Art Prestige, tampoco es que haya sido una elección. Sin embargo, luego de muchos sucesos su vida ha cambiado, y aunque mil veces se pregunte si es para bien o para mal, termina decidiendo que quiere estar...