Nuestras miradas no pueden estar más conectadas en este momento, pero ¿a quién engaño? No quiero verlo.
Sin saber cómo ni cuándo, él está al frente mío. Creo que ahora parezco un terremoto de tanto temblar, ¿por qué ese chico produce ésto en mí? ¿mi reacción será plenamente de miedo o... algo más? Ohh, me voy a volver loca.
De repente sus manos se aferran a mis brazos y débilmente trato de quitarlo.
-Suéltame -El hilo de mi voz no ayuda en nada, pero vamos, hago mi mayor esfuerzo.
-No lo haré -Dice firme en su palabra.
-No tienes derecho a tocarme.
-Claro que lo tengo. Soy tu novio -Las últimas tres palabras las han escuchado más de la mitad de las personas presentes.
Siento tanta vergüenza que si hoyo sale en mi defensa estuviera feliz de esconderme en él.
-No somos nada. No te conozco, ¿vale?
-Ahora no porque sufriste ese incidente, pero si me conoces, Maia. Me conoces mejor que nadie.
-No. No. Y no. Solo déjame en paz, no quiero tener nada que ver contigo, Christian.
-Tu me quieres -Su voz es tan débil como la mía al comienzo de la conversación.
-No, no te quiero. No me importas. No siento nada por ti. Justo en este estado no sé si es real lo que dices o no.
Su mirada pasa al suelo. Mis palabras fueron duras y crueles, pero es la realidad, no puedo recordar nada y por lo pronto lo único que puedo hacer es alejarme de él.
-Yo sé que aquí -Su dedo índice toca mi pecho con delicadeza y mi piel se eriza al instante -Sientes lo mismo por mí. Yo sé que recuerdas en algún lugar de tu cabecita y tu mente a este tonto.
-No logro recordar nada. Lo siento.
-Yo sé que me recuerdas.
-No -Niego con la cabeza.
Aunque mi corazón lata con demasiada fuerza no doy para recordar nada. Soy un tonta.
Me alejo despacio. Él solo me ve y no sé si éso es lo que hace que mi pecho duela.
-Quiero ir a casa -Kel asiente y con el helado derretido en su mano camina hasta la caneca para tirarlo.
Christian
La veo alejarse y un gran nudo se apodera de mi garganta. Siento unas ganas infinitas de correr hasta ella y detenerla, pero sé que no vale la pena. Es justo así como ella lo dice, no me recuerda en lo absoluto, y no la culpo porque no es como si ella no quisiera recordarme.
Cuando la pierdo de vista mis fuerzas me fallan y una lagrima se desvanece al recorrer mi mejilla. Solo queda esperar, le demostraré lo fuerte que soy por ella.
Ahora debo cumplir con mi deber. Llevar este bolso es lo único que me queda en este momento y ya se hace tarde.
Maia
Estoy completamente confundida, ¿cómo puede llegar ese tal Christian y hacer un vuelco en mi mente? ¿y si mi verdadera yo si lo ama y lo que estoy haciendo es alejarlo? Me muero si pasa eso.
Cuando llegamos a casa de Kelie nos pusimos a ver películas de acción, tal y como le gustan a ella y a su hermano. A mí me gustaron. Ahora mientras estoy acostada no puedo pegar el ojo, no puedo dejar de pensar en él y en Breik. Siento que estoy cometiendo un error y lo peor es que no quiero afrontarlo.
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°Perfecta Atracción°
Novela JuvenilMaia nunca eligió asistir a la universidad Art Prestige, tampoco es que haya sido una elección. Sin embargo, luego de muchos sucesos su vida ha cambiado, y aunque mil veces se pregunte si es para bien o para mal, termina decidiendo que quiere estar...