-¿Terminaste tu comida?
Kel entra a mi habitación.
-Llevas días en los que no has comido prácticamente nada, no puedes seguir así.
-Comí lo que pude, Kel.
-No, Maia, estas muy mal. Vas a terminar en el hospital tú.
-Estoy preocupada, Kelie, y así no consigo comer, lo sabes.
Me levanto de la cama y voy directo a la ducha, ya casi es hora de ver a Christian.
Me cambio rápidamente, la hermana de Christian estará aquí en diez minutos.
En cuento termino bajo y la encuentro parqueando.
Entro al auto y solo la veo con sus ojos enrojecidos como todos estos últimos días, aunque al menos hoy está maquillada.
Llegamos al hospital y ella entra primero a ver a su hermano.
Desde afuera veo como ella se tira encima de Christian, lo abraza, lo besa y noto como seca sus lagrimas cada dos segundos.
No se cuanto tiempo pasa, he estado ensimismada cuando sale la chica, con su nariz y mejillas rojas.
-Es tu turno, Maia. Solo quedan quince minutos -Abrazo su delgado cuerpo y sigo el camino.
Tomo la fortaleza que necesito para ver un día más al chico que fue todo para mí postrado en una cama.
Han pasado dieciocho días desde lo ocurrido, aun no reacciona, pero ha avanzado mucho. Al menos es dicen los médicos. En estos momentos solo tiene dos aparatos, los que constantemente toman su presión arterial y los latidos de su corazón.
Christian se pondrá muy bien, eso lo sé.
Justo en frente de él pienso en como sería mi vida doblemente desastrosa si en este momento fuera su novia. Aun así no me alegro de no serlo y creo que sufro como no lo haría por alguien más.
Tomo su mano como cada día que vengo a ese hospital.
Estos días me he puesto a pensar qué hizo este chico para ganarse mi corazón y aun no logro descifrarlo. El terco recuerdo del día en que el balón de fútbol partió su labio y su mirada me enloqueció no para de aparecer por mi mente, sin hablar del día en que asustada corrí por todo el campus luego de haber manchando su camisa. Las locuras que hice por verlo, la canción que cantamos y bailamos juntos. Su mirada atrapada en la mía. Sus dulces besos, esos que llenaban mi alma y corazón de amor puro. Eso y más aparece por mi mente y concluyo que para amarlo no necesité una razón.
¿Olvidarlo? si todo el tiempo que estuve fuera no hacia más que engañar mi mente, él siempre estuvo presente en cada momento. No se cómo olvidarlo y esa es la razón de sentir mi alma desmoronarse cada vez que lo veo, pero no logro evitar estar aquí. Me duele como nadie tiene idea haber terminado con él, me duele porque juro que ese chico era todo lo que desee tener en todo mi vida. Y me duele aun más verlo aquí.
Recuesto mi cabeza muy cerca de la suya. Cierro los ojos mientras derramo cada lagrima que creía imposible derramar algún día.
-¿Sabes lo que desee cuando ocurrió lo de las fotos con esa perra? aunque suene ridículo, debo aceptar que desee morir mientras estaba en esa clínica, lo único que conseguí fue ser la burla de ella -aprieto su mano, mientras derramo gotas de dolor -desee nunca haber aparecido en tu vida, sin embargo en este justo momento juro que me arrepiento de eso, nunca cambiaría nada de lo vivido. Nunca jamás borraré tus huellas de mí. Me encantas desde que te vi y no logro comprender cómo ni cuándo comencé a enredarme en ti. No solo te amé, quiero decirte que te a...
-Señorita Steinfeld, el tiempo ha acabado.
-Odio cuando es chica dice eso -Sollozo y me levanto le doy un beso en la frente y camino viendo como Kel entierra la cabeza en sus manos.
-Yo también lo odio.
La vez ronca hace que mi cuerpo tiemble, mis piernas se hacen gelatina, me tiembla hasta el alma.
Cuando consigo retroceder y dar la vuelta una sonrisa me espera.
-¿Es un sueño? -Murmuro muy despacio, estoy estúpida en este momento. -Christian -Me acerco a él y mis lagrimas vuelvan a salir precipitadamente -¿estás bien? ¿cómo te sientes?
-Bie...
-No, no hables. Seguro te duele todo.
Christian
Maia comienza a dar vueltas y aunque duele no logro evitar sonreír al verla tan feliz y a mi lado.
-Doctor, por favor, venga, ha abierto los ojos.
Cruza sus manos frente a su rostro mientras llora.
-Ven aquí -Consigo decir.
No puedo creer que esté aquí, ¿puedo ser más afortunado? No se cómo, pero aquí está y aquí estoy yo, mirando sus hermosos ojos que irradian felicidad. Estoy completamente feliz de ver que esa sonrisa radiante y esas lagrimas llenas de felicidad sean por mí.
Se acerca a mí y mi mano toma la suya. Tiro de ella, necesito sus brazos al rededor de mi cuerpo.
Esta tan cerca que su boca provoca la mía, me acerco, no pienso dejar pasar esto. Sus labios se entreabren listos para mí.
-Vamos a examinar al paciente, por favor, salga.
Maldigo en mis adentros.
Ella se aleja, me mira nerviosa mientras sale.
Maia
La hermana de Christian está repleta de lagrimas mientras lo ve a través del vidrio de la puerta.
-¿Cómo está? ¿Cómo lo viste? Dime, por favor.
-Christian está bien, lo estará -Le sonrío a la chica que ahora llora de felicidad al igual que yo.
-Gracias Dios mío.
Mientras observamos juntas llamo a Breik.
-¿Pasa algo? -Sollozo feliz -No, no, no ¿qué ha pasado?
-Christian ha despertado, hermano.
-¿Es de verdad? -Escucho un suspiro -Kel, amor, ven ya, vamos. Voy para allá. -Cuelga.
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°Perfecta Atracción°
Teen FictionMaia nunca eligió asistir a la universidad Art Prestige, tampoco es que haya sido una elección. Sin embargo, luego de muchos sucesos su vida ha cambiado, y aunque mil veces se pregunte si es para bien o para mal, termina decidiendo que quiere estar...