Capítulo 55

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Christian

Hoy es el día, hoy le dan de alta a Maia, a mi chica, mi princesa. ¡Mierda! ¡¿Qué acabo de decir?! ¿Princesa? Es mi princesa, claro que sí, ¿de quién más lo sería? Pero suena demasiado extraño a lo que suena el antiguo Christian Crawford, el casanovas como solía decir Breik, aunque ¡es una completa farsa! Ahora no me importa abandonar ese apodo por flechado, como me llama ahora ¿tonto, eh?

-¿Estamos listos? –Pregunta Breik luego de tomar el bolso de Maia en sus manos.

-Listo.

-Creo que extrañaré esta habitación –Dice mi chica siendo sarcástica.

-Yo extrañaré verte despertar con esa pijama de unicornio –Jugueteo con ella y me golpea el brazo. No sé cómo en ese delgado cuerpito cabe tanta fuerza.

-Es mi último recuerdo de Anhly.

Decido que este es justo el momento en que debo hacer silencio sin protestar ni poner peros a nada.

Paso mi brazo por su cuello y nos encaminamos a la salida.

Breik se acerca a recepción a pagar algunos medicamentos que le enviaron a casa y al cabo de cinco minutos se junta con nosotros, todo va bien ahora.

Ir juntos en mi auto es una locura, ¿la cargo y Breik va a nuestro lado? ¿Dejaremos a Breik atrás? ¿Él carga a Maia? ¿Van los dos atrás y yo solo delante? ¡Fue un dilema decidir! Por lo que al final Breik trajo su auto y yo el mío, ahora yo voy con Maia y él con el bolso.

-Quiero beber algo antes de llegar a casa, Christian.

-Pues ¡Vamos! –Acepto que mi voz es animada, estoy contento de tenerla de regreso, de que esté conmigo ahora.

-¡Genial!

Solo pasan diez minutos y ya estamos en cosechas, en estos últimos días a ella le encanta beber de aquí, dice que es natural y no sé qué cosas más. Es Maia, no hay que prestarle tanta a tención cuando se trata de preferencias, en eso siempre será versátil.

La dejo en una mesa mientras pido lo preferido de ella, espero por mi pedido y llego a la mesa nuevamente. Agradezco el hecho de que hay pocas personas, la última vez tuve que hacer una fila de más de veinte personas solo para complacerla.

-Aquí está –Pongo el vaso frente a ella y de una bebe de él.

-¿Te había dicho que mi hermanita se fue a Canadá?

-¡¿Qué?! –Grita. –Casi me haces escupirte el rostro, solo no lo hice para no desperdiciarlo –Señala su vaso. – ¿por qué se fue? ¡No pude disfrutar de mi cuñis!

-Pues, solo será un mes, está de vacaciones en su escuela por lo que decidió ir ahí con su grupo de amigas.

-Wow, eso está increíble. Lo haré algún día, pero sola. Y a Corea del Sur –Pone cara de pervertida, esa que jamás le había visto.

-¿Y yo?

-No llevaré leña al monte, querido. –Guiña su ojo izquierdo; eso puede ser sexy, pero me siento sumamente ofendido.

Comienza a reír y justo aquí es cuando caigo en cuenta que mi rostro denota celos.

-Puedes ser muy lindo, pero créeme que ahí encontraré rostros más llamativos para mi vista -Acaricia mi mejilla con delicadeza, me pone los pelos de punta al hablar en ese tono discreto, como si estuviera pecando al hablar.

-Me resigno.

Creo que Maia tiene una obsesión con esos chinos. ¡Ni siquiera se le ven los ojos, joder!

°Perfecta Atracción°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora