Capítulo Tres

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1 semana después...

Todo seguía normalmente, por suerte mis padres jamats se enteraron que Tom me ayudó a salir de casa.
Desde aquel día de la cena con los Miller, estaba obligada a verme con Joseph una vez por semana, y hoy era una de esas veces.

-Milagros, ¿Estas lista?, Tom te espera en el auto para llevarte a tu cita con Joseph. -Decía mi madre entrando a mi habitación-

Sin obtener respuesta de mi parte, salí de mi habitación dirigiéndome a donde Tom para salir lo antes posible de casa.

Durante mi cita con Joseph, lo único que él hacia era hablar sobre "Estoy ansioso por nuestra boda", "Todo mi dinero será tuyo", "Tendrás todo lo que desees", "Me muero por ser tu esposo" y cosas así, que a mi no me importaban ni un poco.

-¿Estás bien? -Me preguntó- No has dicho ni una sola palabra, linda.

-No, la verdad es que me siento un poco mal -Mentí-

-Oh, cariño ¿Por qué no lo dijiste antes? Te llevo a casa. -Dijo levantándose de su asiento-

-No, no te molestes, Tom esta afuera esperándome, el me llevará.

-Nada de eso -Dijo él- Yo mismo te llevare, permiteme un momento -Dijo mientras se encargaba de pagar la cuenta-

Sin poder detenerme, me puse de pie y salí corriendo de ahí, no quería pasar ni un minuto más con él. Ya fuera del lugar no sabía hacia donde dirigirme, había mentido con lo de "Tom está afuera esperándome" pues estaba completamente sola. Pude notar como Joseph trataba de encontrarme mientras gritaba mi nombre, así que salí corriendo, alejándome lo mas posible de ahí. No me dí cuenta de en qué momento me alejé tanto, ahora me encontraba en un horrible callejón, sola, o eso creía yo hasta que ví como 2 tipos se acercaban a mi.

-¿Qué hace una chica tan linda sola por aquí? -Preguntó uno de los hombres mientras se acercaban más-

-Una linda chica rica -Dijo el otro hombre mirando mi ropa-

-Nos pagarían muy bien por ella. -Comentó el otro-

-Pero antes de sacarle provecho, ¿Por qué no nos divertimos un poco?

Y ahí, ambos hombres comenzaron a acercarse aún más a mí, acorralándome contra la pared. Uno de ellos comenzó a besar mi cuello.

-Eres hermosa -Decía mientras trataba de bajar sus besos hacia mi pecho, yo solo lo empujaba con mis brazos, alejándolo de mi-

-No te hagas la difícil -Decía el otro hombre- Te va a gustar -Completó y comenzó a deslizar su mano sobre mi pierna por debajo de mi vestido-

-¡No! ¡Suéltenme! -Gritaba espantada mientras golpeaba el pecho de uno de ellos y trataba de liberarme-

-Vaya, tenemos una chica ruda. -Ambos rieron-

Y ahí, mientras uno de ellos me tomaba de las manos para detenerme, el otro bajaba mi vestido hasta dejar descubiertos mis hombros. Yo solo gritaba y lloraba desesperada intentando huir, pero me era imposible.

...

-¿Que te pareció? -Preguntaba Agustín a su compañero, del otro lado del teléfono, después de terminar de interpretar su canción-

-Vaya amigo, es fantástica, esa chica si que te inspiró -Respondió su amigo-

-Gracias Pablo, y tienes razón, la canción completa esta inspirada en ella -Soltó un suspiro-

-¡Wow! Amigo jamás te había escuchado suspirar así.

-¿Qué? No exageres Pablo, solo fue un pequeño suspiro, nada fuera de lo común.

-Si tu lo dices.

-¡Basta! Sabes, tengo que dejarte, debo seguir ensayando, las audiciones son en una semana y quiero sonar excelente.

-Y lo harás, estoy seguro que les encantara -Lo animó su amigo-

-Gracias hermano, eso espero- Agradeció Agustín- Bueno amigo, nos vemos mañana en el juego.

-Claro, no me falles.

-Nunca -Colgaron-

Narra Agustín:

Despues de terminar mi conversación telefónica con Pablo, continué ensayando, quería que todo fuera perfecto ese día y para eso tenia que trabajar duro. Pasé algunas horas mas ensayando, hasta que decidí tomarme un pequeño descanso, así que salí de casa a caminar un poco para despejar mi mente.
Me había alejado tan solo algunas cuadras de mi departamento, todo en la calle era silencio, era el único que estaba fuera de casa a esas horas de la noche, o eso creía.

-¡No! Por favor, ¡No! -Escuché que gritaban, era la voz de una chica.-

Caminé silenciosamente hacia el lugar de donde provenía esa voz. Llegué a un callejón y me oculté para poder observar lo que sucedía, sin que alguien me notara.

-Si no es por las buenas, sera por las malas -Dijo un hombre en el mismo lugar-

Y ahí, vi como ese hombre le daba una fuerte bofetada a la chica, tirándola al piso, y mientras el la sujetaba, su compañero trataba de tocarla.

En ese momento me enfurecí demasiado, no conocía a la chica, pero si hay algo que me molesta y que odio, es que traten así a una mujer, todo aquel que se atreva a dañar a una dama se las verá conmigo.

...

Narra Milagros:

Estaba exhausta, me era imposible liberarme de esos tipos, mi rostro estaba rojo de tanto llorar y del golpe que me había dado uno de ellos. Me encontraba tirada en el piso de aquel callejón con ambos hombres tratando de aprovecharse de mi, estaba tan espantada que hubiera preferido que me mataran a seguir pasando por eso. A unos momentos antes de darme por vencida y dejar que esos tipos me hicieran lo que quisieran, apareció un chico en el lugar, no pude observarlo bien ya que estaba oscuro, solo pude notar como se abalanzaba sobre uno de los hombres quitándolo de encima de mí. El otro hombre miraba como golpeaban a su compañero y sin siquiera intentar ayudarlo, salió corriendo del lugar, espantado. Intenté levantarme pero me fue imposible, me sentía cansada, mis piernas temblaban y mis ojos amenazaban con cerrarse. Logré mantenerme consciente un momento mas y noté como aquel chico que había llegado hace un momento se acercaba a mí, ya no había rastro del hombre con el que se había enfrentado hace unos minutos.

-Señorita ¿Se encuentra bien? -Escuché que me preguntaba mientras se inclinaba hacia mí-

-Me... Me siento un poco...-Y ahí, antes de terminar la frase, mis ojos se cerraron y ya no supe más de mí.

...

Narra Agustín:

Después de encargarme de uno de los hombres y lograr que ambos se alejarán de ahí, me acerqué a la chica tratando de ayudarla a ponerse de pie, le pregunté como se encontraba, pero justo antes de que ella pudiera responderme vi como sus ojos se cerraban y quedaba inconsciente en mis brazos, la sujeté bien y me alejé con ella de ese horrible callejón. Al salir de ahí y llegar a un lugar más iluminado, la mire de nuevo, vi su ropa, su cabello, su rostro y descubrí que...

-Es... es... es ella -Dije antes de quedarme un momento más contemplándola bajo la luz de la luna-

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora