Capítulo Treinta y Ocho

216 20 3
                                    

Narra Joseph:

Llegué al hospital. Pregunté por Milagros a una de las encargadas, la cual solo me dijo que permaneciera en la sala de espera. Me dirigí a donde me indicaron y ahí me encentré con el señor David y otro chico.

-¡Señor! -Exclame al verlo- ¿Como esta Milagros?

-¡Joseph! Hijo, ¿Que haces aquí? -Dijo sorprendido-

-Mis padres y yo volvimos al enterarnos de su perdida, de verdad lo siento mucho -Respondí-

-Muchas gracias Joseph, me alegra poder contar con ustedes -Sonrió un poco-

-Sabe que siempre podrá hacerlo -Le sonreí- Pero, ¿Como esta Milagros? ¿Que es lo que tiene?

-No lo sé -Respondió angustiado- El doctor no nos ha dado noticias

-Pero ¿Qué fue lo que ocurrió?

-Estaba demasiado mal por lo de su madre, le pidió a Agustín que la sacara de ahí y simplemente se desmayó. Solo espero que este bien

-Y así sera -Lo animé- Disculpe, pero ¿Quién es Agustín?

-Oh, lo siento. Agustín te presento a Joseph, un muy buen amigo de la familia. Joseph él es Agustín, novio de Milagros

-Mucho gusto -Dijo aquel chico de ojos verdes extendiendo su mano-

-Lo mismo digo -Respondí-

Así que ¿Él era su novio?, Agustín. Por fin lo conocía, tenia frente a frente a mi rival. Así es, mi rival, pues sigo amando a Milagros y lucharé para conseguir su amor.

Narra Agustín:

Después de presentarnos, me sentí algo incomodo, tal parece que no le agradé a ese tal Joseph, pero no me importa, lo único que me preocupa en este momento es que Milagros este bien.

Los 3 seguíamos esperando noticias, estábamos desesperados, o por lo menos yo. Levanté la mirada y pude ver al doctor acercarse a nosotros. Inmediatamente nos pusimos de pie y nos dirigimos a él.

-¿Como esta mi hija? -Preguntó el señor David-

-¿Que es lo que tiene? -Pregunté-

-Todo esta bien -Respondió el doctor- No hay peligro

Escuchar eso fue como volver a vivir.

-Gracias a Dios -Dijo su padre-

-¿Que fue lo que le paso? -Preguntó Joseph-

-Solo fue un leve desmayo, nada de que preocuparse. En su estado es normal

-¿Estado? ¿Que estado? -Preguntamos confundidos-

-¿Acaso mi hija esta enferma? -Preguntó el señor David-

-Nada de eso -Respondio el doctor- Tal parece que no están enterados

-¿Enterados? ¿De qué? -Preguntó impaciente Joseph-

-La señorita esta embarazada. -Respondió- Felicidades

Al escuchar eso, los 3 quedamos en shock, o eso fue lo que yo sentí. Mili, mi Mili estaba embarazada, no lo podía creer, ¡Seriamos padres!

-¿¡Qué!? -Dijo Joseph sorprendido-

-Por su reacción, supongo que usted es el padre de la criatura -Se dirigió a Joseph-

-N...no -Tartamudeo un poco-

-De hecho...-Dijo el señor David mirándome-

-Soy yo -Dije acercándome-

-Oh, pues ¡Muchas felicidades! Un hijo es el mejor regalo que puede haber -Me dijo con una gran sonrisa-

-Gracias -Respondí- ¿Puedo verla?

-Claro, acompáñeme

Fui tras de él hasta llegar fuera de la habitación en la que ella se encontraba. Aun no podía creer lo que me habían dicho, tendría un hijo con la mujer que amo.

-¿Ella lo sabe? -Pregunte antes de entrar-

-No, aún no

-Yo se lo diré -Avise-

El doctor asintió con la cabeza y se retiro dejándome solo. Permanecí algunos segundos frente a la puerta asimilando lo que pasaba. Era hora de entrar y decírselo.

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora