Capítulo Treinta y Uno

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Llegamos a mi casa.

-¿Quieres pasar un momento? -Pregunté-

-Me encantaría, pero me esperan en el estudio, linda

-Esta bien -Agaché la mirada-

-Hey, quita esa carita -Dijo levantando mi rostro- Apenas tenga un poco de tiempo libre vendré a verte ¿Ok?

-Ok -Suspire-

-Saluda a tus padres de mi parte -Dijo antes de besar mi frente y alejarse-

Entré a casa e inmediatamente me dirigí a la habitación de mi madre.

-Buenos días mamá -La saludé-

-Buenos días, cariño

Me senté en la cama junto a ella.

-¿Y? -Preguntó-

-¿Qué?

-¿No me contaras sobre tu noche con Agustín? -La miré-

¿Ella como lo sabía? Me quedé sorprendida ante su pregunta.

-Yo...-Rió ante la expresión de mi rostro-

-Tranquila, no tienes porque estar nerviosa, soy tu madre y sé por lo que estas pasando

-¿Qué? Mamá yo...-Me interrumpió-
-No tienes porque intentar mentirme

-Mamá, por favor, entre Agustín y yo no pasó nada, solo dormimos, ¿Me crees? -La miré-

-Claro que te creo, es solo que al enterarme que no pasaste la noche aquí, creí que... bueno, tu sabes a que me refiero

-Jajaja, si, lo sé, pero nada de eso, no aun -Suspire-

-Lo siento. Aunque ¿Sabes?

-¿Qué?

-Sería lindo saber que seré abuela -Sonrió-

-¡Mamá! -Le dije ante su comentario-

-¿Me lo vas a negar?

Aunque yo no quisiera aceptarlo, mi madre tenía razón, sería maravilloso estar esperando un bebé de Agustín.

-Tu mirada me lo dice todo -Comentó-

-Me conoces bien -Reí un poco-

-Claro, soy tu madre

-La verdad, me encantaría, pero no pasará, no por ahora o al menos hasta que Agustín acepté

-¿Hay algún problema?

-No, es solo que él quiere hacerlo de una manera especial -Sonreí al recordar las palabras de mi novio-

-Y así será, te lo aseguró -Dijo mi madre colocando su mano en mi hombro-

-¿De verdad te gustaría tener un nieto? -Pregunté curiosa-

-Por supuesto, después de la felicidad de sus hijos, es lo que toda madre desea, convertirse en abuela -Me sonrió- Aunque, creo que yo no tendré tiempo para eso -Su sonrisa se borrto inmediatamente, la abracé-

-Mamá, por favor no hables así, claro que tendrás tiempo, ya lo verás, tendrás un hermoso nieto

-¿Sabes que sería lindo? Una linda parejita, que mejor que un niño y una niña

-Algún día los tendrás, y te tocará jugar con ellos y consentirlos en todo, serás la mejor abuela -La abracé y ella soltó algunas lágrimas- Bueno, ya, nada de lágrimas

-Tienes razón -Me sonrió-

-Mamá, te quería preguntar, ¿Sabes algo de Joseph?, no lo veo desde... bueno, desde lo que paso con Martín.

-Lo último que supe fue que salieron del país, al parecer el señor Miller tenia un importante negocio que realizar fuera y quiso llevarse a toda la familia

-Oh, me gustaría verlo, no creí decir esto, pero, lo extraño

-¿Agustín sabe de él?

-Si, y me encantaría que se conocieran

-No te preocupes, lo harán, todo a su tiempo. Hay otra cosa de la que me gustaría hablar contigo

-¿Sobre qué?

-Pablo.

-¿Pablo?

¿Qué quería hablar mi madre sobre él?

-Así es

-¿Que quieres hablar de él?

-Quiero saber... ¿Que es lo que sientes por ese chico?

-...

Al escuchar su pregunta, me quedé en completo silencio, no supe que responder.

¿Qué siento por él? Nada. Pablo es solo un buen amigo, tenemos una buena amistad ¿Que otra cosa podría haber? Además, es el mejor amigo de mi novio, jamas sentiría algo más que cariño de amigos y agradecimiento hacia él ¿O si?

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora