Capítulo Quince

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Narra Agustín:

Entré a la casa y comencé a seguir los gritos, estaba furioso, y asustado, debo admitir, por lo que le estuvieran haciendo. Seguí recorriendo la casa hasta dar con una habitacion, de la cual, provenía la voz de Milagros, intenté entrar inmediatamente, pero me fue imposible, la puerta tenía llave. Comencé a golpearla con todas mis fuerzas para intentar tirarla, esperando poder lograrlo.

Narra Milagros:

Martín se acercaba de nuevo a mí, estaba apunto de tocarme cuando se escuchó un golpe en la puerta de la habitación.

-¿¡Qué rayos sucede!? -Dijo el hombre apartándose un poco de mí-

Noté como intentaban abrir la puerta y lo único que se me ocurrió en ese momento fue gritar para que me escucharán.

-¡Auxilio! ¡Ayúdenme por favor! -Martín cubrió mi boca con su mano-

-Más te vale que cierres la boca

En ese momento se escuchó una voz del otro lado de la puerta.

-¿Milagros? ¿Milagros, eres tú? ¿Estás bien? -Preguntaba desesperado. Inmediatamente conocí la voz y mordí la mano de Martín que cubría mi boca para poder gritar nuevamente-

-¡Agustín! ¡Estoy aquí dentro! ¡Ayúdame!

-¡Cállate! -Me gritó Martín furioso dándome un golpe-

-¡Aaah! -Grité quejándome y llorando-

La puerta seguía tratando de ser forzada para abrirse.

-¡No la toques! -Gritaba Agustín desesperado del otro lado de la puerta-

...

Tom se encontraba fuera de la casa vigilando que ningún otro hombre entrará. En ese momento notó como los dos hombres que habían salido hace un momento, se acercaban a él, a lo que inmediatamente reaccionó defendiéndose de ellos.

-¿¡Quién eres!? ¿¡Qué haces aquí!? -Dijo uno de los hombres tratando de golpearlo, pero pudo evitar el golpe, devolviéndoselo y dejándolo tirado en el suelo inconsciente-

-¡Detente! -Gritó el otro hombre sacando un arma y apuntándolo con ella- Hasta aquí llegaste -Dijo preparándose para disparar-

Tom se abalanzó sobre él intentando quitarle el arma. Ambos hombres se encontraban tratando de defenderse y luchando por el arma.

...

Narra Agustín:

No podía más, la escuchaba gritar y me sentía un inútil al no poder hacer nada. Después de varios intentos golpeando y pateando la puerta para poder entrar, logré derribarla. Inmediatamente el hombre que se encontraba con ella dirigió su mirada hacia mí y furioso sacó un arma y me apuntó con ella.

-¡No te acerques! -Me gritó-

Milagros me miraba espantada, estaba lastimada de su rostro y se encontraba en ropa interior, me enfurecí al notar lo que ese desgraciado había tratado de hacerle.

-¡Maldito! ¡Te atreviste a tocarla! -Le grité antes de dejarme ir sobre él cayendo ambos al suelo-

-¡Agustín! -Me gritaba ella asustada, mientras yo peleaba con el hombre tratando de arrebatarle el arma-

...

Fuera de la casa, Tom se había encargado de ambos hombres, o eso creía. Entró a la casa buscándolos a ambos, cuando escuchó tus gritos pidiendo ayuda. Entró a la habitación.

Narra Milagros:

Después de varios intentos, Agustín logró entrar a la habitación, Martín inmediatamente lo apuntó con su pistola, yo solo lloraba y los miraba aterrada. En ese momento, Agustín se dejó ir sobre aquel hombre, ambos cayeron al suelo mientras peleaban por el arma. Yo no podía hacer otra cosa más que gritar y tratar de liberarme.

A los pocos minutos pude ver a Tom llegar a la habitación.

-¡Tom! -Le grité apenas lo vi, el corrió hacia mí-

-¡Señorita! ¿Está bien? -Preguntaba mientras me desataba-

-Si, pero por favor, ayudalo -Le pedí con mis ojos llenos de lagrimas mientras miraba a Agustín-

Tom estaba apunto de golpear a Martin, cuando uno de los hombres entró y golpeó a Tom dejándolo retorciéndose de dolor en el suelo.

-¡No! -Grité en medio de mi llanto-

Enseguida el hombre se dirigió a ayudar a Martín, deteniendo a Agustín.

-¿Está bien, jefe? -Le preguntó-

-Si, encárgate de él, tengo que llevarme a la chica de aquí -Dijo mirándome-

Intente huir, pero inmediatamente me tomó del brazo, presionándolo demasiado que me lastimó.

-Tú te vienes conmigo hermosura -Decía mientras caminábamos a la puerta para salir de ahí, por más que trataba de liberarme, no podía-

Agustín luchaba por soltarse, mientras gritaba mi nombre e insultaba a los hombres.

-Despídete de tu noviecito, porque sera la última vez que lo veas -Me dijo Martín mientras salíamos de la habitación- Ya no habrá nadie para salvarte

-No estés tan seguro de eso -Se escuchó una voz detrás de nosotros. Ambos nos giramos para ver de quién se trataba.

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora