Capítulo Treinta y Nueve

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Desperté. Me encontraba recostada en una pequeña cama, dentro de una habitación blanca y en total silencio. No sabía exactamente porque estaba ahí. Lo único que recordaba era haber corrido a los brazos de Agustín y luego desperté aquí. Era algo extraño.
Decidí levantarme para saber que ocurría, pero al tratar de hacerlo, sentí una mano tocarme y una voz hablarme.

-No lo hagas -Me decía-

Giré la mirada hacia la voz y pude verlo de nuevo a él a mi lado.

-Agustín, ¿Que hago aquí? ¿Que pasó? -Pregunté confundida-

-Tranquila linda, todo esta bien -Me decía acariciando mi cabello y tomando mi mano-

Me calmé un poco al escucharlo de nuevo y sentir el contacto de nuestros cuerpos. Suspiré.

-¿Como te sientes? ¿Estas mejor? -Me preguntó con esa voz tan dulce que tiene-

-Si -Le respondí- Pero, ¿Que hago aquí? Lo último que recuerdo fue que te pedí que me llevaras a otro lugar

-Y lo hice, te traje al hospital -Bromeó. Ambos reímos-

-¡Casanova! -Golpeé levemente su pecho- ¿Nos podemos ir ya? Yo no tengo que estar aquí, no sé ni porque lo estoy

-Hablaré con el doctor para ver si puedes salir, pero antes, hay algo que debo decirte -Dijo serio-

-¿Qué ocurre? -Pregunté preocupada- Agus, por favor, sea lo que sea dímelo ya -Dije impaciente-

-Cálmate, de hecho es una buena noticia -Me dijo-

Lo miré fijamente y pude notar como una sonrisa se dibujaba en su rostro y ese brillo de sus ojos se hacia mas notorio.

-Tú...Yo...-Continuó- Mili, seremos padres -Dijo con una enorme sonrisa-

-¿¡Qué!?

¿Escuché bien? ¿En realidad dijo eso? Por Dios, ¡Estaba embarazada! ¡Tendré un hijo de Agustín! Era la mejor noticia que me podrían haber dado.

Al escucharlo, mis ojos se cristalizaron inmediatamente y las lagrimas comenzaron a salir. Sentí la mano de Agustín en mi rostro, secándolas.

-Linda, no llores -Me pidió-

-No puedo evitarlo -Respondí- Es la mejor noticia que me pueden dar ¡Seré mamá! Agustín, ¡Tendré un hijo tuyo! Estoy tan feliz

Él se acercó aún más hasta poder abrazarme. Sentir sus brazos rodearme, me hizo sentir ese amor y apoyo de su parte.

-Me haces el hombre más feliz -Dijo a unos cuantos centímetros de mi rostro- Te amo

-Yo te amo -Me besó-

Me había olvidado de todo, por un momento solo existíamos él y yo.

-Amor, creo que alguien querrá verte -Me dijo-

-¿Quién?

-Tu padre, esta afuera, así que iré a decirle que puede pasar

-Gracias -Le sonreí-

-Ademas, supongo que si tu amigo esta aquí, es porque también quiere verte -Continuó-

¿Amigo? Yo no tengo amigos.

-¿Qué amigo, Agustín? -Pregunté confundida-

-Joseph -Respondió-

¿Qué? ¿Joseph estaba aquí?

Me extraño un poco escuchar eso, pero también me alegró, tenía ganas de verlo.

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora