Capítulo Ocho

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Llegamos a casa.

-Oh, no por favor -Dije al ver el auto de mis padres estacionado- Tom, mis padres ya están aquí -Dije angustiada-

-Yo me encargo de todo, solo sigame el juego

Bajamos del auto y entramos a casa. Estaba realmente asustada, a mis padres no les gustaba que saliera de casa, si no era con ellos.

-¿¡Donde estabas!? -Dijo mi madre furiosa apenas me vio-

-Yo...

-Sabes muy bien que tienes prohibido salir sin nosotros

-Solo fue un momento -Respondí-

-Es mi culpa -Dijo Tom- Yo le insistí en salir, estaba un poco estresada con esos de las clases y...-Lo interrumpió mi madre-

-¿Y tú quién eres para desobedecer mis ordenes?

-Lo siento mucho, señora

-¿Lo sientes? ¿Crees que con eso puedes remediarlo? Oh no, claro que no.

-Mamá, por favor fue culpa mía, yo era la que quería salir de aquí -Me interrumpió-

-Estas despedido, en este momento tomas tus cosas y te vas de mi casa

-¿!QUÉ!? ¡NO! Mamá no puedes hacer eso, por favor, Tom no es culpable de nada, yo fui la quiso salir, estoy hasta de estar encerrada siempre

-No te metas en esto Milagros, y tú ¿Qué haces ahí parado? ¡Vete! ¡Ahora! -Le ordenó mi madre de nuevo a Tom-

-¿Por qué, mamá? ¿Por qué me tratas así? ¿Por qué me odias tanto? -Dije mientras las lagrimas recorrían mi rostro-

-Te dije que no te metieras en esto Milagros -Me miró-

-¡Te odio! -Le grité antes de salir corriendo hacia mi habitación llorando-

...

Narra Pablo:

Después de que dejé a Agustín solo y llegué al departamento, decidí darme una ducha y descansar un poco, o eso creí yo, ya que al despertar vi la hora y noté que ya estaba oscureciendo, había dormido casi toda la tarde. Entré a la cocina a buscar algo de cenar y comencé a preocuparme un poco por mi amigo.

-¿Le habrá pasado algo? Ya es tarde, Agustín siempre vuelve a casa a la hora de la cena

En ese momento escuche como la puerta del departamento se abría, era él.

-Por fin llegas, estuve apunto de llamar a la policía -Bromeé-

-No es para tanto -Dijo mientras dejaba su guitarra en el sofá-

-¿Con quién estabas? Digo, porque traes una sonrisa que apenas te cabe en el rostro -Reí y tomé un sorbo de jugo-

-Estaba con la mujer mas maravillosa del mundo -Dijo tirándose sobre el sofá también-

-¡Wow! Y ¿Se puede saber quién es?-

-Milagros -Suspiró-

-¡Espera! ¿Qué Milagros? ¿La chica del café? ¿A la que ayudaste la otra noche?

-Esa misma -Dijo con una sonrisa de oreja a oreja-

-¿Fuiste a buscarla? ¡Cuenta todo amigo!

-No hay nada que contar, nos encontramos por casualidad y dimos un paseo por el lago, solo eso.

-Bueno, es un comienzo, ¿La invitaste a salir de nuevo?

-Si, pero tuvo que irse, Tom la esperaba

-¿Quién es Tom?

-Su mayordomo

-Oh

-Pero antes de irse le di el numero del departamento para que llamará

-¡Lo ves! Te lo dije, no todas las chicas ricas son iguales

-Si, y tenias razón

-Ese es mi amigo -Le di un leve golpe en el hombro-

-Bueno Pablo, estoy cansado, tomaré una ducha y me iré a la cama -Dijo levantándose del sofá y alejándose de ahí-

-¿No cenaras? -Pregunté sorprendido, pues Agustín jamás dormía con el estomago vacío-

-No tengo hambre -Gritó entrando en la ducha-

¡Wow! Esa chica si que lo pone mal, mira que Agustín, mi amigo Agustín Casanova, se queda sin apetito por una chica, él si que esta grave.

Reí un poco y seguí con mi cena mientras miraba un poco de televisión recostado en el sofá.

...

Narra Milagros:

Llegué a mi habitación e inmediatamente cerré la puerta y me recosté en mi cama llorando. No comprendía por qué mi mamá me trataba así, y para colmo, estaba apunto de alejarme de la única persona que me apoyaba.
Algunos minutos después, llamaron a mi puerta.

-¡No quiero ver a nadie! -Grité como pude entre lagrimas-

-Soy yo, señorita -Escuché la voz de Tom del otro lado de la puerta-

-Oh, adelante -Respondí secando mis lagrimas

Tom entró y se acercó a mi cama, donde yo aun me encontraba.

-Solo vengo a despedirme -Dijo con su mirada triste-

-¡No! ¡No te vayas, Tom! Por favor, ¡No me dejes! Eres el único al que le intereso, por favor no me abandones -Me abalancé sobre él, abrazándolo mientras las lagrimas salían de nuevo-

-Lo siento, pero son ordenes de su madre. Le prometo que trataré de venir a verla.

-Llévame contigo, por favor -Le supliqué- No me dejes aquí sola con ella

-No puedo hacer eso -Me abrazó- Es hora de irme, cuídese mucho por favor -Dijo antes de besar mi frente y salir de mi habitación-

Me solté en llanto nuevamente, ahora si, estaba completamente sola.
Pasó casi una hora hasta que se calmó mi llanto. Tenia que buscar una forma de salir de aquí.

-¡Agustín! -Dije recordando que me había dado su número- ¿Donde está? ¿Donde dejé ese papel? -Me preguntaba mientras buscaba por todas partes, hasta que recordé- Oh no, ¡Lo puse en el saco de Tom!-

Ahora si estaba totalmente sin salida, la única persona a la que conocía fuera de este lugar era a Agustín y había perdido la única forma de comunicación con él. Solo me quedaba una cosa por hacer en un momento así, no sabia si me arrepentiría después, pero tenia que hacerlo, tenia que llamarlo, él era la última persona a la que podría pedirle ayuda y lo haría, llamaría a Joseph.

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora