Capítulo Seis

479 26 0
                                    

Me sorprendí al abrir la puerta, salir al balcón y ver de quien se trataba.

-¿Que haces aquí? -Dije secando una lagrima que corría por mi rostro-

-Necesitaba hablar contigo, sé que no es correcto que este en tu habitación, pero ¿Me permites pasar?

-Adelante -Respondí abriendo más la puerta para que pudiera entrar-

-Gracias

-Por cierto, te debo una disculpa por lo que tuviste que presenciar hace un momento, de verdad estoy muy apenada contigo, Joseph.

-No te preocupes, me di cuenta de la verdadera vida que tienes que vivir y que por supuesto no te mereces, jamas creí que a una mujer como tu madre pudiera interesarle más el dinero que su propia familia.

-Por favor no se lo cuentes a nadie -Le supliqué-

-No lo haré, tranquila. Pero me gustaría proponerte algo -Dijo tomándome de ambas manos y haciendo que lo mirará-

-¿Si?

-¿Te casarías conmigo?

¿¡Qué!? ¿Joseph me esta proponiendo matrimonio?

-Joseph yo...-Me miró- Creí que después de lo que ocurrió no querrías pertenecer a esta familia-

-Es por eso que te pido que seas mi esposa, tu no mereces tener una vida así y si me aceptas, te prometo que te daré la vida que siempre soñaste, tendrás todo lo que desees, viviremos juntos y...

-Joseph, me halaga que hagas esto por mi, pero... No quiero lastimarte

-¿Por qué habrías de lastimarme?

-Verás, siempre soñé con este momento pero....-Me interrumpió-

-No conmigo -Soltó mis manos-

-No, no es eso -Hice que me mirará- Joseph, eres un hombre fantástico y sé que encontrarás a la mujer indicada para ti, solo que no soy yo. Siempre quise formar una familia con alguien a quién yo eligiera, no con alguien de quién mis padres pudieran aprovecharse. De verdad lo siento, pero no puedo corresponderte.

-Te comprendo, pero ¿Podrías responderme otra pregunta más?

-Por supuesto

-¿Hay alguien más? Quiero decir, ¿Estas enamorada de otra persona?

En ese momento no supe que responder, me quedé en silencio, ni siquiera yo lo sabía. Joseph me miraba esperando una respuesta de mi parte.

-La verdad, no lo sé -Respondí- Es decir, no estoy segura de lo que siento por él, apenas lo conozco y...-Me interrumpió-

-Esta bien, no tienes que darme explicaciones y no te preocupes por mi, quedamos como amigos -Me extendió su mano-

-Claro, amigos -Sonreí-

-Quien quiera que sea ese hombre que tiene tu corazón, espero que sepa lo afortunado que es

-Gracias

-Ahora debo irme, mis padres me esperan para la cena

-Joseph, ¿como le diremos a tus padres que nuestro compromiso terminó?

-No te preocupes, yo me encargo de eso

Esas fueron sus ultimas palabras, despues de eso, besó mi frente y se marchó. 

...

Una semana después...

Pablo leía un revista mientras se encontraba en la sala de espera del estudio en lo que transcurrían las audiciones. Después de esperar por un tiempo, por fin vio salir a su amigo de aquella cabina.

-Agustín -Exclamó levantándose de su asiento- ¿Qué tal te fue?

Al escucharlo, su compañero dirigió su mirada al suelo, al parecer no le había ido muy bien, o eso aparentaba.

-Pablo, gracias por estar aquí, de verdad necesito de un amigo en este momento -Dijo con voz triste-

-Hemos sido amigos desde niños y sabes que siempre te apoyaré

-Si, y ahora más que nunca te necesito conmigo... ¡Para ir a festejar! -Alzó la voz, Pablo lo miró confundido- ¡Me aceptaron, Pablo! Les gustó la canción

-Sabia que lo lograrías, Agus, no se necesita ser un genio para saber que tienes talento -Le dio un cálido abrazo-

-Gracias amigo

-Pero por favor, deja de hacerme ese tipo de bromas -Le dijo serio- Por un momento creí que no te habían aceptado, estuve apunto de entrar y decirle algunas cosas a ese hombre -Agus rió ante aquel comentario-

-Lo siento -Colocó su mano en el hombro de su amigo- Pero ¿De verdad harías eso?

-Por supuesto, nadie que no valore el talento de mi mejor amigo se salva de mi -Ambos rieron-

-Gracias, y ahora ¿A donde iremos a festejar?

-Conozco el lugar perfecto

Ambos amigos salieron del estudio rumbo a aquel lugar del que Pablo hablaba.

...

Narra Milagros:

Hace una semana desde el incidente con Joseph y mi madre. Desde aquel día no salia de mi habitación para nada, pedía que me trajeran la comida o cualquier cosa que necesitará ya que no quería toparme con mi madre y tener otro problema más. Papá había dejado de insistir en que yo asistiera a las reuniones con sus socios, gracias a Tom, quien se encargo de convencerlo de que ese tipo de cosas eran para adultos, que una señorita como yo tenía que preocuparse por sus estudios y cosas así, lo quería tanto, Tom ha estado conmigo desde que yo era una bebé, es como de la familia, y lo mejor es que siempre me apoya, en ocasiones hasta parece ser que soy hija suya y no de mis padres, ya que el suele preocuparse mas por mí que por él mismo.

-Adelante -Dije al escuchar que llamaban a mi puerta-

-Señorita -Dijo Martha entrando a mi habitación- Su profesor la espera en el estudio para sus clases de hoy.

-Gracias Martha, puedes retirarte, enseguida bajo.

Cuando Martha salio de mi habitación, me quedé unos minutos mas ahí, contemplando la hermosa vista desde mi ventana, cuando algo o mejor dicho alguien, entró en mis pensamientos, no supe porqué, solo sabia que por más que lo intentaba, no podía dejar de pensar en él.

¿Qué será de él? ¿Como estará? ¿Pensará en mi? ¿¡Que estas diciendo Milagros!? ¿¡Por qué estás pensando en él!? ¡Olvídalo ya!

Por alguna razón, desde ese último día que lo vi, no podía sacarlo de mi mente, recordaba esos ojos café mirándome y sentía como una corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo.

-Agustín...-Dije en un pequeño suspiro que hasta yo me impresione-

Nunca me había enamorado, no sabía como se sentía, pero de algo estaba segura, esto que sentía por ese chico de ojos café y cabello lacio, era más que un simple agradecimiento.

Después de unos minutos de estar perdida en mis pensamientos, un golpe en la puerta de mi habitación me hizo volver al mundo real nuevamente, era Tom.

-Señorita, el profesor la espera.

-Lo sé -Respondí- Pero no quiero ir a esas aburridas clases -Dije haciendo un pequeño berrinche-

-Tiene que hacerlo

-No, Tom por favor, estoy harta de esto, ¿Por qué no puedo asistir a una escuela como los demás? Quiero salir de esta prisión.

-Le prometo que terminando sus clases saldremos a dar un paseo, pero ahora andando, o el profesor se pondrá furioso.

Salí de mi habitación con Tom detrás de mi, sin duda tomaría esas aburridas clases, pero lo haría sin quejarme una vez más con tal de salir nuevamente de ese terrible lugar al que mis padres llamaban hogar.

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora