Esa noche los tres, Pablo, Tom y yo, queríamos quedarnos en el hospital, pero lo más adecuado era que nos organizáramos bien, para no estar cansados todos. Tom y yo logramos convencer a Pablo de que se fuera a dormir a casa, nos costó demasiado trabajo, pero aceptó, ademas al día siguiente el tenía que asistir a su trabajo y continuar con sus actividades cotidianas. Tom trató de convencerme de que yo también me fuera a casa a descansar, pero no lo logró, era la primera noche que Agustín pasaría ahí y no lo iba a dejar solo, yo tenía que estar con él.
-Bien, entonces me quedaré aquí con usted -Me dijo Tom-
-No, no es conveniente que ambos pasemos la noche en vela, mejor ve a descansar, yo me quedaré aquí
-Pero, señorita...-Lo interrumpí-
-Nada de peros, es más, no te lo pido, te lo ordenó ¿Recuerdas que debes obedecerme? -Le sonreí- Ahora, a descansar.
-Gracias -Dijo él dándome un abrazo-Mañana estaré aquí a primera hora para que usted pueda ir a descansar
-Esta bien, no te preocupes
Nos despedimos y el se fue del hospital. Yo me quede esperando indicaciones de una de las enfermeras para poder entrar con Agustín.
Después de algunos minutos, por fin me indicaron que podía pasar a la habitación y así lo hice, la enfermera me escoltó hasta allá y después se marchó dejándome sola con él. Entré, sabía que no tenía caso quedarme ahí, pues en el estado de Agustín no era necesario, pero no podía, o mejor dicho, no quería dejarlo solo, tenía la esperanza de que en cualquier momento despertará, de que abriera esos hermosos ojos cafés y me volviera a mirar como solo él lo hacía, de volver a ver esa hermosa sonrisa en su rostro, eso era lo único que quería, tenerlo conmigo de nuevo, pero no solo físicamente como ahora.Me acerqué a él, me dolía verlo ahí recostado, sin moverse y cubierto de todos esos cables, rodeado por esas maquinas. Coloqué mi mano en su frente mientras algunas lagrimas comenzaban a recorrer mi rostro, poco a poco recorrí mi mano pasándola por su cabello y jugando un poco con él, enroscándolo en mis dedos.
-Despierta -Le susurraba- Abre tus ojos, por favor, te necesito...-Más lágrimas comenzaron a salir de mí-
Deposité un pequeño beso en su frente y con mucho cuidado de no moverlo, me recosté junto a él en la camilla, apoyé mi cabeza en su hombro y con una mano rodeé su cintura.
-Te amo -Dije antes de acurrucarme un poco mas quedándome dormida al poco tiempo-
-Mil... Milagros -Escuché que me llamaban-
Abrí los ojos lentamente y me quedé sorprendida de lo que vi.
-E...eres tú...-Dije tartamudeando un poco-
-Así es pequeña, aquí estoy contigo -Decía mirándome tiernamente-
-No lo puedo creer, ¡Despertaste! De nuevo estas aquí, conmigo -Lo abracé- No sabes la falta que me hacías -Dije con algunas lágrimas en los ojos- Te extrañe demasiado, no me vuelvas a dejar, por favor -Le pedí-
-Claro que no, nunca te volveré a dejar -Dijo abrazándome- Yo también te extrañé y...
-¿Y qué?
-Y también te amo -Dijo mirándome fijamente-
En ese instante una lágrima rodó por mi mejilla, él la secó con uno de sus dedos.
-¿Escuchaste lo que te dije? -Pregunté-
-Todo -Respondió-
Le sonreí y me respondió de la misma manera.
-Te amo, Agustín
-Y yo a ti- dijo tomándome de las mejillas, acercándome a él y besándome lenta, pero tiernamente...
-Milagros, Milagros -Me llamaban nuevamente- Milagros, despierta
Desperté. Inmediatamente miré a mi costado y vi a Agustín ahí, aún inconsciente, todo había sido un sueño, un milagroso y hermoso sueño.
-Milagros -Me volvieron a llamar, giré mi mirada y ahí estaba ese chico-
-Pablo ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar trabajando? -Pregunté mientras me levantaba de la cama y secaba mis lágrimas-
-Avisé que faltaría hoy, tenía que venir a ver si había algún cambio en Agus -Respondió-
-No, todo sigue igual -Dije mirando a Agustín y tomando su mano-
-¿Por qué no vas a descansar un poco? Yo me quedaré con él hoy, ve a casa -Me dijo-
-No, si regresó a casa mi madre no me dejará salir, y mucho menos sabiendo que es para verlo a él. Prefiero quedarme aquí.
-Pero tienes que descansar, además, no has comido nada desde ayer.
-No tengo apetito, lo único que quiero es quedarme aquí, a su lado -De nuevo tomé la mano de Agustín-
Pablo se acercó a mi, me tomó de los hombros y yo lo miré.
-Agustín va a despertar -Me dijo mirándome- Y cuando eso suceda tú tienes que estar aquí, pero no así, a él no le gustaría verte así, te ves agotada y sin ánimos. Anda, ve a descansar un poco, come algo y más tarde vuelves, yo me quedaré aquí, si hay algún cambio te aviso.
-Pablo, no...-Me interrumpió-
-Toma -Dijo entregándome unas llaves y un papel- Son las llaves y la dirección del departamento, ve ahí si no quieres ir a casa, toma lo que necesites -Me sonrió-
-Gracias -Dije dándole un abrazo, él se sorprendió un poco, pero me correspondió-
-Tom esta afuera esperándote, él te llevará
-Esta bien, pero por favor, cualquier cambio, avísame inmediatamente -Le pedí-
-Lo haré -Me respondió-
-Gracias, de nuevo
Me acerque a él, le di un pequeño beso en la mejilla y salí de la habitación.
Narra Pablo:
-¡Wow! -Dije sorprendido por lo que acababa de hacer Milagros- Es muy linda -Toqué mi mejilla dónde me había besado- Ahora sé porque la amas -Le dije a mi amigo, aunque sabia que no podía escucharme.-
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"Amor Verdadero." -Agustín Casanova
FanfictionMilagros, una chica de 17 años de edad. Era la unica hija del señor y la señora Beoriegui, una importante familia y de las mas ricas del lugar. Los padres de Milagros tenian millones, por lo que la chica era la envidia de muchas otras chicas de su e...