"Amor Verdadero." -Agustín Casanova

Capítulo Treinta y Cuatro

Cuando encendió la luz no podía creer lo que mis ojos veían. La habitación estaba decorada de una forma hermosa, perfecta para pasar una noche juntos.

-¡Sorpresa! -Dijo cuando la habitación ya estaba visible-

-Agustín, esto es tan... lindo. Gracias

-Lo mejor para ti, dijiste que querías que fuera especial, y así será, lo prometo

Y ahí, sin más, lo besé. Me apoderé de esos rosados, carnosos y perfectos labios mientras nuestro beso subía cada vez su intensidad y pasión.

-Te amo -Le dije entre besos-

Me tenia sujetada de la cintura, yo estaba de espaldas a la cama, así que él me condujo hasta ella sin separar nuestros labios ni un momento. Cuando por fin llegamos, mis piernas chocaron con el colchón provocando que cayera encima y Agustín sobre mi, los besos no paraban.

Narra Agustín:

Ambos nos encontrábamos ya sobre la cama. Quería que esta noche fuera especial, como ella lo deseaba, así que iría lento y delicadamente para no lastimarla.
Seguía besando sus labios, poco a poco comencé a bajar mis besos por su cuello y seguí bajando hasta llegar al escote de su vestido, ahí me detuve un momento.

-¿Estás segura de esto? -Le pregunté-

-Más segura que nunca -Respondió antes de besarme de nuevo-

Continué besándola mientras mis manos recorrían su espalda buscando el cierre de su vestido, cuando por fin lo encontré, comencé a bajarlo lentamente mientras ella desabrochaba poco a poco cada uno de los botones de mi camisa. Cuando ambos lo logramos, colocó sus suaves manos en mis hombros y comenzó a deslizar mi camisa por mis brazos hasta lograr deshacerse de ella, ahora era mi turno. Comencé a deslizar su vestido por sus hombros y brazos hasta dejar descubiertos sus pechos, los cuales no pude evitar mirar, eran perfectos. Me deshice completamente de su vestido dejándola solamente en ropa interior, de verdad era hermosa en todo sentido, tenia un cuerpo que me hacia suspirar, babear y excitarme cada vez más.

Narra Milagros:

Agustín logró dejarme en ropa interior, pero él aún portaba su pantalón, así que era mi turno. Comencé a acariciar su espalda desnuda mientras el no dejaba de besarme, poco a poco bajé mis manos hasta llegar a su pantalón, inmediatamente me deshice de su cinturón y continué bajando su bragueta lentamente, cuando por fin lo logré, deslice su pantalón por sus piernas hasta dejar descubierta su ropa interior, el me ayudó deshaciéndose completamente de su ropa.

Las caricias y los besos continuaban. Comenzó besando mis labios, bajó por mi cuello y ahora se encontraba apoderándose de mis pechos, depositaba miles de pequeños besos en cada uno mientras se deshacía de mi sostén, hasta dejarlos a ambos al aire libre y a la vista de sus hermosos ojos.

-Eres hermosa -Me susurró al oído-

Ambos continuamos hasta quedar completamente desnudos. No pude evitar mirar a su miembro al momento en el que me deshice de su boxer "¡Wow!" fue lo único que pude pensar en ese momento, moría porque estuviera dentro de mí..
Sus caricias y besos continuaban, pero yo ya no podía mas.

-Hazlo ya, por... favor...-Le decía entre pequeños gemidos-

-Trataré de no lastimarte -Respondió con su voz agitada-

Se levantó un poco de sobre mí y abrió un tanto mis piernas, se colocó entre ellas mientras se recostaba sobre mí pero sin aplastarme y lentamente sentí como comenzó a introducirse en mi cuerpo.

-Oh! Agustín...-Era lo único que podía articular en ese momento-

Iba lento, pero ya no lo soportaba, quería que entrará por completo.

-Por... Favor... Solo hazlo...-Le pedí-

Comenzó a introducirse más y yo no pude evitar soltar un quejido, que, al escucharme, él se detuvo.

-Lo siento, ¿te lastimé? -Me dijo con esa mirada tierna que solo él tenía-

-No... Solo hazlo... De una vez...

Continuó hasta lograr penetrarme completamente. Al llegar al tope no pude evitar erguir mi espalda, me sentía tan llena de placer, lo cual, al parecer, excitaba a Agustín aún más. Comenzó a hacer movimientos dentro de mi mientras con sus manos acariciaba mis pechos, ¡Dios! Con cada movimiento lo disfrutaba más. No podría más, necesitaba llegar ya, así que mientras mis manos recorrían su espalda, mis caderas hacían pequeños movimientos circulares. Estaba apunto de llegar, pero quería hacerlo junto a él, así que lleve mis manos hacia nuestra unión y comencé a hacer pequeñas caricias sin dejar mis movimientos de caderas. A los pocos minutos, sentí a mi cuerpo inundarse de placer, calor y amor, lo habíamos logrado, ambos habíamos llegado a nuestro primer orgasmo juntos. Estaba satisfecha y exhausta, al igual que él. Salió lentamente de mi, yo solo sentí como mi cuerpo se estremecía al sentir el contacto de ambos y di un pequeño gemido. Ya estando fuera de mí, se recostó a mi lado, me colocó de espaldas a él pegándome a su pecho desnudo, me rodeó con sus fuertes brazos, y susurró en mi oído.

-Eres maravillosa

Yo solo pude sonreír ante aquel comentario, me encontraba tan exhausta que no podía articular palabra. Agustín besó mi mejilla, nos cubrió a ambos con la delgada sabana y así, abrazados, ambos caímos en un profundo sueño después de quedar llenos de placer.