Capítulo Cuarenta y Nueve

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Narra Agustín:

Salí del hospital, no iba a dejar que tanto mi hijo como la mujer que amo murieran si yo podía hacer algo.
Una hora después, volví al hospital, tenia que hablar con el doctor, pues había encontrado un donante. Llegué hablamos y quedo todo listo para la operación, ahora solo quedaba esperar un poco mas a que Milagros despertara para poder comenzar el parto. Entré a su habitación y me estuve junto a ella esperando que reaccionara.

-Agustín, Agus...-Comenzó a llamarme apenas despertó-

-Tranquila, aquí estoy contigo -La tomé de la mano-

-Mi bebe, Agustín, ¡Mi hijo! ¿Como esta? -Dijo exaltada-

-Amor cálmate, está todo bien -Acaricié su cabello-

Ella suspiro aliviada y me miró.

-¿Que ocurre? -Preguntó-

-No es nada, todo esta bien -Besé su frente- No sabes como me alegra que hayas despertado -Sonreí-

En ese momento, el doctor entró a la habitación.

-Lamento interrumpir, pero tenemos que preparar a la paciente para el parto -Dijo él-

-¿Qué? Pero no, no pueden, aún faltan algunos días -Exclamó ella-

-Mili, amor, tranquila. Si el doctor dice que ya es tiempo de que nazca es porque ya esta listo para eso. Todo va a estar bien ¿Si? -La calmé-

-Esta bien, pero estarás conmigo mientras nace, ¿Verdad? No me dejes sola -Me pidió-

-Por supuesto que estaré contigo, por nada me perdería ese hermoso momento -Le di un beso corto-

-Te amo -Me dijo-

Mis ojos se cristalizaron al escucharla, pero pude contener las lagrimas, no iba a permitir que me viera llorar en ese momento.

-También te amo -Respondí -Ustedes son lo mas importante para mí.

Algunas enfermeras entraron y se llevaron a Milagros a la sala de parto. Mientras la preparaban, me dirigí con su padre y Pablo para informarles que estaba apunto de dar a luz. Enseguida volví a la sala de parto para ver nacer a mi hijo... o hija. Entré, ya todo estaba listo.

-Agus...-Me llamó ella-

Me acerqué y tomé su mano. El doctor dio indicaciones y ella comenzó con su trabajo, yo solo rogaba que todo saliera bien. Después de una larga hora de gran trabajo hecho por Milagros, un llanto inundo la habitación.

-¡Felicidades! Es un lindo varoncito -Avisó el doctor-

Colocaron a mi hijo junto a su madre, era tan hermoso ver esa imagen de ellos dos juntos, que mis ojos se cristalizaron nuevamente, Mili lloraba de felicidad.

-Hola pequeño, bienvenido, eres hermoso -Le decía ella tomando su manita- Es idéntico a ti -Dijo mirándome-

-No lo creo, él es hermoso como su madre -Respondí y bese sus labios-

Ella me miró, me sonrió y antes de que pudiera decirme algo más comenzó de nuevo con uno de los ataques. El doctor y las enfermeras inmediatamente comenzaron su trabajo.

-¡Alejen al pequeño de ella! -Ordenó el doctor- Señor, tiene que salir -Me pidió- No se preocupe, ya tenemos todo listo -Completó-

Yo solo asentí con la cabeza y obedecí sus ordenes.

-Todo estará bien Mili, lo juro -Susurré antes de alejarme-

Narra Pablo:

Hacia ya más de dos horas que Agustín se había marchado para estar con ella y ni él ni nadie salia a darnos noticias. El padre de Milagros estaba muy preocupado y desesperado, Tom intentaba calmarlo. Yo también estaba igual, necesitaba ver salir a mi amigo de ahí diciendo que todo había salido bien, pero nada de eso ocurría.
Casi una hora después, por fin vimos como el doctor se acercaba a nosotros.

-¿Como está mi hija? -Preguntó el señor David-

-Afortunadamente todo salió bien, el bebé esta sano y la operación fue todo un éxito -Sonrió-

Al escuchar eso, los 3 soltamos un suspiro de alivio. Ya todo el peligro había pasado.

-¿Podemos verla? -Preguntó de nuevo el señor Beoriegui-

-Claro, acompáñenme -Nos pidió-

Los 3 comenzamos a seguirlo rumbo a la habitación de Milagros. Cuando estábamos fuera de esta, Tom y el señor entraron inmediatamente, mientras que, antes de que yo pudiera entrar, el doctor me detuvo.

-Disculpe señor Pablo, ¿Me permite un momento? Necesito hablar con usted -Me dijo-

-Claro -Asentí y comenzamos a caminar hacia su consultorio-

¿De qué quería hablar conmigo? De verdad me extrañaba, estaba realmente confundido.

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora