Capítulo Treinta y Tres

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Llegué a donde Agustín me esperaba. Al verme, se me quedó mirando por un momento, me ponía nerviosa y lo único que pude hacer fue sonrojarme.

-Te ves...HERMOSA -Me dijo ofreciéndome su mano-

-Gracias -Respondí aún un poco sonrojada-

-Me encanta cuando te sonrojas -Dijo acariciando mi mejilla aún roja-

-Pues a mi me da pena, así que deja de hacer que yo me ponga así -Ambos reímos-

Salimos de casa y nos dirigimos al lugar donde sería nuestra cena. Llegamos. No era el lugar más elegante de la ciudad como a los que acostumbraba ir, pero era hermoso y perfecto para estar únicamente en compañía de Agustín, así que lo elegante y la clase del lugar era lo que menos me importaba.
Al entrar, uno de los empleados nos condujo hacia nuestra mesa. Ambos tomamos asiento y conversamos en lo que la cena llegaba. La comida era deliciosa. Durante toda la cena, Agustín no dejaba de mirarme y decirme cosas lindas, yo solo me sonrojaba y le sonreía. Terminamos de cenar. Él se encargo de pagar la cuenta del lugar, de nuevo me tomó del brazo y ambos salimos de ahí.

-Agustín, no sé como agradecerte esto, fue hermoso -Le dije mirándolo-

-No tienes nada que agradecer, con tenerte junto a mi me basta -Me pegó a su pecho- Te amo -Nos besamos-

-Gracias por todo -Le sonreí-

-¿Qué? No, aún no termina. ¿Recuerdas que te dije que te tenia una sorpresa? Pues es hora de dártela -Me ofreció su mano y yo la tomé-

Le di un tierno beso en la mejilla y nos alejamos de ahí.

-Antes de ir por tu sorpresa, ¿Te molestaria si pasamos a mi departamento primero? Olvidé algo -Le dijo cuando íbamos en camino

-Por supuesto, vamos -Le sonreí-

Continuamos nuestro trayecto hasta llegar a su departamento.
Entramos.

-Espera aquí, ya vuelvo -Me dijo-

Permanecí en la sala por algunos segundos mientras él se dirigía a su habitación.

-Amor, ¿Podrías venir un momento? Creo que necesito ayuda -Me llamó desde su habitación, yo solo reí al escucharlo-

-Claro, enseguida voy -Respondí-

Me puse de pie y comencé a caminar hacia su habitación.

-¿Con qué quieres que te ayude? -Le dije mientras caminaba por el pasillo hacia su habitación, pero él no respondió- ¿Agus? Agustín te estoy hablando ¡Contéstame! -Le pedí, pero nada, seguía sin recibir respuesta de su parte-

¿Por qué no respondía? De verdad comencé a preocuparme ¿Le habrá pasado algo?

Cuando esas ideas comenzaron a rondar mi cabeza, aceleré mi paso hasta llegar a la puerta de su habitación, la cual estaba abierta, pero la habitación estaba oscura.

-¿Agustín? ¿Dónde estas? -Entré- Por favor, respondeme

Y en ese momento, sentí como sus brazos rodeaban mi cintura por detrás y sus labios besaban mi cuello. La habitación aun estaba oscura.

-Por Dios Agus, ¡Me asustaste! -Le reclamé-

-Lo siento -Me abrazó aún más fuerte- Solo quería darte tu sorpresa -Susurró en mi oído mientras encendía la luz...-

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora