Capítulo Treinta y Cinco

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Desperté con los brazos de Agustín rodeando mi cintura, miré mi cuerpo por debajo de las sabanas, ¡Estaba desnuda! Era real, no había sido un sueño. Me giré para quedar frente a frente con él, que aún permanecía dormido, lo miré por algunos minutos, se veía tan tierno. Con mi mano, quité delicadamente uno de sus cabellos que caía sobre su frente y lo puse en su lugar, lo que al parecer lo despertó. Apenas quité mi mano de su rostro, Agustín me acercó a él hasta hacer que nuestros labios se unieran en un tierno beso.-

-Buenos días -Lo saludé con una sonrisa después del beso-

-¿Que tal dormiste, hermosa? -Preguntó-

-Excelente -Respondí aún sonriendo-

-Quisiera despertar así todas las mañanas, teniéndote junto a mi -Me miró fijamente-

-A mi también me gustaría -Lo besé-

-Y lo cumpliremos, porque dentro de un tiempo serás la señora Casanova y estaremos juntos para siempre, serás la única mujer en mi vida, lo prometo

-Te amo -Acaricié su mejilla y él me sonrío. Segundos después reaccioné. -¡Por Dios, Agus, mis padres! -Exclamé-

-Tranquila, vamos, te llevo a casa -Dijo levantándose-

-¿Qué explicación les daré? -Pregunté preocupada mientras nos vestíamos-

-Algo se nos ocurrirá en el camino, no te preocupes-

Salimos de su departamento y nos dirigimos a mi casa.

...

Narra Pablo:

Llegué a casa, por fin había regresado de viaje. Después de unos días de estar con mi madre, volvía a mi vida en esta ciudad.
Entré al departamento y me dirigí a mi habitación a dejar mis maletas, salí y enseguida comencé a llamar a Agustín.

-Agustín, Agus, amigo ¿Estas aquí? -Decía mientras me dirigía a su habitación-

Entré, él no estaba en casa, pero si había pasado la noche ahí.

-¿Qué es todo esto? -Me pregunté yo mismo al ver el desorden en su habitación-

Comencé a caminar en esta, su cama estaba desordenada, su ropa en el piso y...

-¿Qué?

Levanté la mirada y pude notar algunos pétalos de rosas entre las sabanas.

-No, no puede ser lo que estoy pensando -Me decía a mi mismo-

Me giré un poco y vi un bolso de mujer sobre la pequeña mesita de noche. Mi curiosidad fue más grande y la tomé para ver a quién pertenecía, esperaba encontrarme con un nombre en la identificación, un nombre que no fuera el de ella.

-Milagros...-Susurré desilusionado al leer la identificación-

Mis ojos se cristalizaron al imaginarme tal escena de la noche anterior en esa habitación, no quería creerlo, pero todo indicaba que era cierto, Milagros se había entregado a Agustín.

...

Narra Milagros:

Llegamos a casa, por suerte mi papá no estaba, "Algo menos de que preocuparme" pensé. Entramos. Martha y Tom nos recibieron sin cuestionarnos. Invité a Agustín a quedarse al desayuno y aceptó, una vez que terminamos, se despidió y se marcho al estudio. Yo me dirigí con mi madre, a su habitación.
Entré. Se encontraba recostada en su cama como todos los días, pero esta vez no hizo movimiento alguno al escucharme entrar, lo cual me preocupó. Me acerqué a ella inmediatamente para ver que ocurría.

-¿Mamá? -La llamé- ¿Estás bien? -Pregunté colocándome a su lado-

Mi madre giró su cabeza lentamente hacia mi para mirarme.

-Si -Dijo con un poco de dificultad-

-No, no lo estas -Dije al observarla, se veía demasiado débil, mas de lo común- Llamaré al doctor

-No, no es necesario -Dijo tomándome de la mano-

-Claro que lo es, estas...-Me interumpió-

-Es normal, esta enfermedad es así, no te preocupes por mí -Dijo intentando convencerme-

-Igual creo que debería...-Me interrumpió de nuevo-

-¿Como te fue con Agustín? -Preguntó directamente, la miré asombrada-

-¿Lo sabias?

-No fue difícil imaginarlo. No pasaste la noche aquí y ninguno de los dos llamó para avisar como veces anteriores, ¿qué más podría ser? -Rió un poco- ¿Me contarás?

Reí un poco nerviosa y apenada a la vez.

-Fue... Fantástico...-Sonreí-

Comencé a contarle a mi madre, claro, no todo, los detalles son solo para mi, simplemente le dije cuan enamorada estaba, y todo lo que él me hacia sentir, lo que había hecho por mi y lo maravilloso que había sido mi primera vez....

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora