Capítulo Veintinueve

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Llegamos al lago. Íbamos tomados de las manos hasta llegar al muelle donde lo había escuchado tocar y cantar por primera vez.

-Este lugar es hermoso, me encanta -Comenté mientras observaba a mi alrededor-

-No tanto como tú -Me dijo él abrazándome- ¿Lista?

-Claro -Le sonreí y ambos son sentamos frente al lago-

Agustín tomó su guitarra, la cuál traía desde que salió del estudio, y comenzó a tocar esa linda canción que había escrito para mi, la cual ahora era todo un éxito en la radio. (Canción en multimedia)

Durante toda la canción Agustín no dejaba de mirarme, la cantaba tan... ¿inspirado? Si, creo que esa es la palabra correcta. Cuando termino, dejó su guitarra a un lado y me miró fijamente.

-¿Te gustó?

-Me encanto, es hermosa

-Claro, esta inspirada en ti

-Eres el mejor, te amo -Acaricié su mejilla-

-Yo te amo más -Fueron sus palabras antes de recostarme en el pasto y comenzar a besarme-

Así pasamos el resto de la tarde, entre besos, caricias y pequeñas conversaciones frente al lago. Hasta que llegó la hora de irnos.

-Ya es algo tarde, ¿Por qué no vamos a casa a cenar? -Le dije-

-¿Mi pequeña comelona tiene hambre? -Dijo haciéndome cosquillas en el estómago-

-Así es -Dije riendo- ¿Vamos?

-Tengo una mejor idea -Se levantó y me ayudó a hacer lo mismo-

Caminamos hasta alejarnos del lago, aún no sabia que era lo que planeaba hacer.

-¿A donde me llevas?

-Dijiste que querías cenar ¿No es así?

-Si, pero... Agustín, por favor, no quiero ir a ningún lado, solo una pequeña cena normal, en casa.

-Y eso tendrás, iremos a mi departamento -Lo mire extrañada- No me mires así señorita -Dijo en tono mandón, reí al escucharlo-

-Tampoco es necesario que pidas algo de cenar...-Me interrumpió-

-No lo haré -Respondió, yo lo miré aún más confundida que antes-

Cuando menos pensé ya nos encontrábamos en la puerta del departamento.

-Agustín, no comprendo, ¿Qué hacemos aquí? Pablo debe de estar durmiendo, no quiero molestar -Dije mientras entrábamos-

-Claro que no molestas y por Pablo no te preocupes, salió de viaje.

-¿De viaje?

-Así es, fue a visitar a su mamá -Dijo mientras se deshacía de su chaqueta-

-¿Y por qué no lo acompañaste? -Pregunté-

-Por ahora no puedo salir, esto del disco no me lo permite, pero pronto iré a verla yo también. Además, es mejor estar aquí, contigo -Me dio un corto beso-

-Viéndolo así, tienes razón, si te hubieras ido en este momento no estaríamos juntos -Lo abracé-

Permanecimos en silencio por un momento, hasta que un extraño ruido nos interrumpió.

-Lo siento -Me disculpé, mi estomago no dejaba de rugir-

-No te preocupes, enseguida arreglamos eso

-¿Como?

-Cocinaré para ti-

-¿Sabes cocinar? -Pregunté sorprendida-

-Por supuesto y no es por presumir, pero lo sé hacer muy bien

-Cantante, chef y además modesto -Reí-

-Hey! Si la señorita se sigue burlando de mi se quedará sin cena

-No lo vuelvo a hacer -Dije poniendo una cara de niñita triste-

-Ok, y ¿Qué es lo que desea este estomago?

-Sorprendeme -Respondí antes de darle un corto beso-

-Lo haré -Me sonrió- Pero, nada de entrar a la cocina, usted se queda aquí mirando televisión mientras yo me encargo de la cena ¿Esta bien? -Me ordenó-

-Esta bien... "Papá" -Respondí y ambos reímos ante mi comentario-

-En un momento vuelvo -Besó mis labios y se dirigió a la cocina-

Mientras Agustín se encargaba de la cena, yo esperaba en la pequeña sala del departamento mirando un poco de televisión. No supe cuanto tiempo pasó, pero debió haber sido bastante porque escuché una voz en la misma habitación en la que me encontraba.

-¿Lista para tu cena? -Preguntó abrazándome por detrás-

-Listisima -Respondí, besé sus labios y ambos nos dirigimos a la mesa a disfrutar de la cena que Agustín acababa de preparar.-

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora