Capítulo Doce

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Narra Milagros:

Reaccioné. No sabía dónde me encontraba, era una habitación oscura, no podía ver nada. Me encontraba en el suelo. Intenté levantarme, pero fue inútil, estaba atada de brazos y piernas, quise gritar, pero mi boca estaba cubierta con algo, no estaba segura de que era, pero me impedía emitir sonido. Después de varios intentos fallidos de intentar liberarme, me rendí, estaba completamente confundida y espantada, ¿Por qué me tenían ahí? ¿Quién era el responsable de esto?, las lagrimas comenzaron a salir. Ahora estaba completamente arrepentida de haber huido así, claro, demasiado tarde.

Intenté calmar mi llanto cuando escuché voces fuera de la habitación, segundos después, un hombre alto y de espalda ancha entro, encendió la luz y me miró.

-Por fin despertaste, hermosa. Ya me estabas preocupando -Se acerco mas a mi- Me imaginó que tendrás muchas dudas, así que te dejaré hablar para que puedas preguntar -Rió un poco y se acercó más-

Se colocó junto a mi y se deshizo que lo que cubría mi boca, permitiéndome hablar, pero no lo hice, permanecí en silencio.

-Realmente eres bella -Dijo oliendo mi cuello e intentando besarlo- ¿No dirás nada, querida? -Volteé mi rostro para no verlo, eso lo enfureció- ¡Mírame cuando te habló! -Gritó antes de darme una bofetada ocasionando que quedará recostada, las lagrimas corrían por mi rostro sin parar- Tu papito debe de estar buscando a su linda niñita, claro que le diré donde estás, pero no ahora, dejemoslo que juegue a las encondidas un poco más -Se acercó de nuevo a mi colocando otra vez esa cosa en mi boca- Volveré de nuevo contigo más tarde, linda -Besó mi frente y salió de la habitación-

...

Narra Agustín:

Conseguimos el auto. Mientras recorríamos parte de la ciudad, Tom me contaba lo ocurrido con la familia de Milagros y porqué era tan peligroso que ella estuviera sola.

-Desde entonces el señor Beoriegui lo ha estado buscando, pero no logra dar con él

-Ahora con mayor razón tenemos que encontrarla Tom, no podemos permitir que le hagan algo

-Lo sé Agustín, y la vamos a encontrar, yo he estado con ella desde que era una bebé, le prometí que siempre lo estaría y lo voy a cumplir

-Cuenta conmigo, no descansaré hasta encontrarla y traerla de vuelta a casa sana y salva

...

Al día siguiente...

Narra Martha:

Otro día más sin saber nada de la señorita Milagros, la señora cada vez esta peor, tanto que el doctor de la familia tuvo que administrarle unos calmantes para que pudiera descansar. Me encontraba saliendo de la habitación de la señora, pues tenía que estar al pendiente de ella, a los pocos minutos de estar en la sala de la casa, el teléfono sonó, inmediatamente conteste esperando que fueran buenas noticias sobre la señorita.

Llamada:

-Casa de la familia Beoriegui -Respondí-

-Comuníqueme con el señor, ¡Ahora! -Me ordenó una voz del otro lado del teléfono-

Enseguida me dirigí al despacho del señor, quien atendió inmediatamente la llamada.

-¿Si? ¿Quién habla?

-Hola David, ¿Tan rápido te olvidas de mi?

-¡Tú! -Dijo un poco molesto- ¿Qué es lo que quieres?

-Tranquilo, simplemente quería saludar, ¿Como estas?

-Por favor, como si de verdad te importará

-Tienes razón, no me interesa, pero yo se de alguien a quién si

-¿De qué hablas?

-¿De verdad no adivinas? Te daré una pista

Narra Milagros:

En ese momento, el hombre acercó el teléfono a mi rostro mientras me tomaba del cabello halando mi cabeza hacia atrás, lo que provocó que soltara un grito.

-¡Aaah! -Grité-

-¡Milagros! Hija, ¿Estás bien? -Decía mi padre por el teléfono, antes de que yo pudiera responder algo, me alejó del teléfono-

-¿Te gustó la sorpresa, David? -Preguntó el hombre a mi papá-

-Martin eres un... ¡No te atrevas a tocarla!

-Tranquilo, no le haré nada, por ahora, pero eso de no tocarla va a estar algo difícil, porque pienso divertirme un poco antes de deshacerme de ella -Me miró y colgó-

Fin de Llamada.

Apenas terminó la llamada, se acercó a mi nuevamente.

-¿Te gustó escuchar a tu padre? Espero que si, porque será la última vez que lo hagas -Rió- Me quedaría contigo querida, pero tengo algunos asuntos que arreglar, pero no te preocupes linda, te prometo que cuando vuelva nos divertiremos un poco solos tú y yo -Me tomó de la barbilla, besó mi cuello y se fue, dejándome sola en esa habitación de nuevo-

...

Narra Tom:

Ya casi anochecía. Era el segundo día sin saber nada de mi niña, le prometí que siempre estaría con ella y no lo cumplí, si algo le pasa no me lo voy a perdonar. Agustín y yo habíamos dados miles de vueltas recorriendo el lugar sin éxito alguno, cuando se escuchó el timbre de mi celular.

Llamada:

-Hola -Respondí-

-¡Tom! Que bueno que respondes -Dijo Martha del otro lado de la línea- Hay noticias de la señorita.

-¿Que noticias? -Dije esperanzado, Agustín me miró-

-Aunque debo decirte que no son buenas

-Por favor Martha ¡Habla!

-La señorita aparecio, pero aún no sabemos exactamente dónde está, solo que...-Guardo silencio-

-¿Qué? -Dije desesperado-

-Lograron encontrarla, la tienen secuestrada, todo lo que los señores estuvieron evitando todo este tiempo, está ocurriendo, la señora esta muy mal

-Eso no puede ser Martha, él no puede tener a mi niña -Agustín me miró nervioso- La encontraré, Martha, haré hasta lo imposible para encontrarla -Colgué-

Fin de Llamada.

Después de colgar, me quede en silencio por un momento, hasta que Agustín me hizo reaccionar.

-¿Que pasó? Por Dios Tom, dime algo ¿Que te dijeron?

-Milagros apareció -Le dije. Una sonrisa se dibujo en su rostro-

-¿Dónde? ¿Está bien? ¿Ya está en casa?

-Agustín, Agustín, tranquilízate. No todas son buenas noticias.

-¿Por qué? Dime que ella esta bien, que no le ocurrió nada.

-Tal parece que Martin, el hombre del que te conté, la encontró y ahora la tiene con él. Según me dijo Martha, hace algunos minutos el señor Beoriegui recibió una llamada diciéndole que aprovecharía el tiempo juntos antes de deshacerse de ella -Agustín abrió los ojos como platos-

-¡Eso nunca! -Gritó- No permitiré que la toque, así me cueste la vida la voy a alejar de ese hombre antes de que le haga daño

-Agustín, tranquilízate, en ese estado no podrás hacer nada, tienes que calmarte

-¡No puedo! No sabiendo que Milagros esta en peligro

-Te importa mucho, ¿Verdad?

-Mas de lo que pudiera imaginar, sé que apenas nos conocemos pero la amo, la amo desde el primer momento en que la vi. No tuve el valor de decírselo antes, y ahora juro por mi vida que la encontraré, y le confesaré todo esto que siento.

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora