Capítulo Veintidós

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Narra Pablo:

-¡Milagros! -Grité al verla y me acerqué a ella- ¿Estás bien? -Le pregunté-

Ella se encontraba apoyada en una de las paredes de la habitación, apenas y podía mantenerse de pie. La tomé de la cintura y la ayudé a llegar a la cama para que se sentará.

-Estoy bien, no te preocupes -Dijo con voz débil-

-Como vas a estar bien, apenas puedes estar de pie, y estas algo pálida

-Debe ser el cansancio, solo eso -Me dijo- Ya se me paso

-Pues para estar seguros, recuéstate un poco y descansa, ¿Ya comiste algo? Tienes que alimentarte.

-Si, Tom me dejó algo de comida antes de irse

-Creo que deberías quedarte en cama por el resto del día

-No es necesario, Pablo, de verdad ya me siento mejor

-¿Estas segura? -Me senté a su lado-

-Si, no te preocupes -Me sonrió-

Me perdí en su sonrisa, se veía tan linda sonriendo, me alegraba verla así y no llorando y sufriendo por Agustín.
Me acerqué un poco más ella y acaricie tierna y delicadamente su mejilla.

-Me alegra que estés mejor -Le dije-

Y ahí, sin tener fuerza sobre mi mismo, me fui acercando más a ella hasta quedar a unos centímetros el uno del otro, podía sentir su respiración en mi rostro y no dejaba de mirar sus ojos y sus labios.

Narra Milagros:

Noté como Pablo estaba cada vez más cerca de mi y no dejaba de mirarme, tenía su rostro a tan solo unos centímetros del mío y podía sentir su respiración. Vi como dirigía su mirada hacia mis labios y poco a poco se acercaba más a los míos. Me quede paralizada, hasta que...

-Tenemos que irnos -Dije levantándome de la cama y tomando mi bolso-

-Si, claro -Respondió él-

Salí de la habitación y él hizo lo mismo. Ambos nos dirigimos hacia el hospital sin siquiera decir ni una palabra durante todo el trayecto.

Llegamos al hospital. Al ver a Tom inmediatamente me acerqué.

-¿Como sigue Agustín? ¿Ha habido algún cambio? -Pregunté, él me miro, su mirada era triste-

-¿Hablaste con el doctor? -Preguntó Pablo-

-Si, si lo hice -Dijo serio-

-¿Y? ¿¡Qué dijo!? -Pregunté impaciente-

Pablo y yo lo mirábamos esperando una respuesta de su parte. Su silencio nos mataba.

-Tom, por favor -Dijo Pablo- ¿Qué pasa?-

-No ha habido ningún cambio en él, nada que muestre que se esta recuperando, Agustín puede permanecer así por semanas, meses, incluso años. No es necesario que permanezcamos aquí, incluso el doctor dijo que si lo autorizábamos, podía desconectarlo de una vez por todas-

Al escuchar eso, las lágrimas salieron sin parar. No podía creer que ni siquiera hicieran el esfuerzo de salvarlo, simplemente querían desconectarlo y dejarlo morir, ¡NO! Yo no lo iba a permitir.

-¡NO! ¡Ni siquiera lo piensen! ¡No voy a dejar que lo hagan! ¡No!, si es por la cuenta del hospital no se preocupen, yo me encargo, pero no pueden hacer eso ¡No pueden dejarlo morir! ¡No! -Dije en medio del llanto-

-Milagros, tranquilízate- intento calmarme Pablo- ¿Qué respondiste? -Le preguntó a Tom-

-Yo... Bueno pues, pensé bien lo que dijo el doctor, y tiene razón, no tiene caso que estemos aquí todo el día, todos los días, no sabemos cuando y si es que va a despertar, así que...

-Por favor Tom, ¡Habla! -Dije espantada por escuchar lo peor-

-Yo... Les dije que... No, que no iba a permitir que lo hicieran, Agustín es muy fuerte y sé que va a salir de esta -Al escucharlo, me sentí tranquila-

-¡Gracias! ¡Muchas gracias, Tom! -Lo abracé aún llorando- ¿Crees que pueda verlo?

-Si, nos permitirán pasar una vez a cada uno antes de marcharnos -Intenté sonreír-

-Bien, entonces, vuelvo en un momento -Dije secando mis lagrimas y separándome de Tom-

-Estaremos aquí -Dijo Pablo antes de alejarme-

Llegué a la habitación y entré, enseguida me acerqué a él y coloqué mi mano sobre la suya acariciándola delicadamente y jugueteando un poco con sus dedos.

-Hola, Agustín -Le dije como si fuera a responderme- De nuevo estoy aquí, contigo, te dije que no te dejaría solo y lo voy a cumplir -Tomé su mano entre las mías- Vengo a despedirme, pero solo es por algunos días, el doctor dice que no es recomendable que estemos aquí, así que regresaré a casa e intentaré arreglar las cosas con mi madre, pero no te preocupes, vendré cada semana a verte, aquí estaré ayudándote a recuperarte, lista para verte abrir tus ojos de nuevo, ver esa linda sonrisa de nuevo en tu rostro, escucharte decir mi nombre, cuando lo hagas aquí voy a estar, lo prometo -Acerqué su mano a mis labios y deposite un cálido beso en ella-

Después de pasar un momento con él, salí de la habitación para que Pablo pudiera entrar.

Los tres salimos del hospital, Pablo se quedó en su departamento a descansar, pues a partir del siguiente día, retomaría sus clases. Tom y yo nos diríamos a casa, mi padre me había pedido que lo mantuviera informado sobre Agustín y me dijo que contaba con él para todo, ahora, venia la parte difícil, intentar arreglar las cosas con mi madre, hacerle entender que no todo en la vida es dinero, que no importa la clase social, lo que importa es el cariño y el amor de las personas, y yo a Agustín lo amaba.

"Amor Verdadero." -Agustín Casanova Donde viven las historias. Descúbrelo ahora